A siete semanas de la segunda vuelta en Perú

A puertas de cumplir 200 años de la Independencia del Perú del dominio español (28 de julio de 2021), las Elecciones Generales del 11 de abril ha conseguido polarizar a los más de 24 millones de electores hábiles. La Oficina Nacional de Procesos Electorales – ONPE al 100% de actas procesadas, publicó los resultados presidenciales de quienes pasan a la segunda vuelta: Perú Libre, Pedro Castillo (19.067%) y Fuerza Popular, Keiko Fujimori (13,365%), dichos candidatos representan extremos opuestos.

Se resalta de estos comicios el alto porcentaje de ausentismo (29.784%) en comparación de anteriores procesos electorales, esto podría deberse sobre todo al miedo al contagio por coronavirus. La falta de efectividad de las medidas implementadas por el Gobierno para combatir el Covid-19 no ha sido suficiente. En efecto, según reportes del Ministerio de Salud (Minsa) en las últimas semanas los contagios no se han reducido, por el contrario, se han incrementado. Cabe destacar que, persiste la tragedia de pacientes Covid en espera por una cama UCI, resultando alarmante que solo exista 61 camas UCI disponibles a nivel nacional de un total de 2,261 camas UCI, reportadas por la Superintendencia Nacional de Salud al 18 de abril (capacidad disponible que puede variar rápidamente, ver OpenCovid-Perú). Sumado a ello, la demanda de oxigeno medicinal es cada vez mayor.

Este contexto desolador de elegir entre una izquierda radical y derecha extrema, ha provocado plantearse nuevo escenario político, esto es, anulación del proceso electoral. Sobre esto, el 17 de abril último un grupo de manifestantes tomaron las calles del Centro Lima para plantear su respaldo al voto nulo o blanco en la segunda vuelta electoral, como rechazo hacia Pedro Castillo y Keiko Fujimori, y exigieron nuevos comicios. Cabe recordar que los peruanos meses atrás marcharon en contra del expresidente Manuel Merino, que trajo como consecuencia la muerte de dos jóvenes y decenas de heridos.

La posibilidad planteada tiene un marco normativo en la Constitución y la Ley. El artículo 184° de la Constitución Política del Perú establece: “El Jurado Nacional de Elecciones – JNE declara la nulidad de un proceso electoral, de un referéndum o de otro tipo de consulta popular cuando los votos nulos o en blanco, sumados o separadamente, superan los dos tercios del número de votos emitidos.”, asimismo en el artículo 365° de la Ley Orgánica de Elecciones, Ley 26859, regula lo siguiente: “El JNE declara la nulidad total de las elecciones en los siguientes casos: 1. Cuando los votos nulos o en blanco, sumados o separadamente, superan los dos tercios del número de votos válidos; 2. Si se anulan los procesos electorales de una o más circunscripciones que en conjunto representen el tercio de la votación nacional válida”. Esto significa que, si al menos el 66% de votos emitidos son votos nulos (viciados) o en blanco, entonces se anula el proceso electoral en curso (segunda vuelta), se volverá a realizar nuevas elecciones, dentro del plazo de 90 (noventa) días conforme al artículo 368° de la Ley en comento. Sobre esto los peruanos debemos evaluar los pros y contras.

Cabe destacar que, cualquiera de los candidatos que salga ganador deberá trabajar para todos los peruanos sin discriminación, construir confianza, combatir la pandemia, reactivar la economía, priorizar la educación en todos los niveles, fortalecer la democracia, luchar contra la corrupción, defender la meritocracia para el acceso a los puestos públicos, lograr disminuir las desigualdades en las regiones del país dando respuesta a sus necesidades no atendidas por muchos años, en suma, alcanzar un Estado eficiente.

En relación a la idea anterior, es exigible construir la gobernabilidad. Como diría Sinesio López Jiménez, la gobernabilidad no es un acto sino un proceso que se construye gradualmente, los principales actores de esta constitución son: El Gobierno, las instituciones, los sistemas de partidos, la sociedad civil y los ciudadanos activos. Por tanto, de acuerdo con lo anterior, la gobernabilidad no solo compete al Gobierno sino también a los actores antes mencionados, por lo que urge un pacto de gobernabilidad, a fin de lograr el bien común, la paz y desarrollo social.

Por lo expuesto, ha quedado claro que la primera vuelta trajo consigo la polarización política de una sociedad, además que a través del voto se ha hecho eco de la situación de los pueblos del Perú profundo olvidados por los diferentes gobiernos de turno, los cuales merecen respeto y atención a sus necesidades e intereses. Una vez más los limeños entendimos que “Lima no es el Perú”. Ahora de cara a la segunda vuelta, urge reflexionar antes de emitir el voto, y a hacernos responsables de las consecuencias que veremos a corto, mediano y largo plazo, impactando a las futuras generaciones que no tendrán la culpa de la decisión que tomaremos este 6 de junio. Sabiduría para el Perú.

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