Violencia vicaria o síndrome de Medea

Violencia de género: término socialmente integrado en nuestra mente pero que la Real Academia de la Lengua Española no piensa incluir en el diccionario hasta 2026.

La última nomenclatura, “violencia vicaria”, que por desgracia estamos escuchando demasiado en estos últimos días, pues la izquierda se empeña en clasificar los tipos de violencia, para luego no poner solución a nada, ya que clasificando las diferentes formas de violencia machista o de género no se pone fin a esta tragedia. El neolenguaje progre lo explican en todos los medios de comunicación, pero con ello no hacen más que dirigir y sensibilizar las mentes de los españoles hacia la parte que a ellos les interesa. Realmente es una técnica muy cruel, casi tanto como lo hacen los propios asesinos que quieren castigar de por vida a la víctima, los medios nos obligan a empatizar y sentir lo que las víctimas supervivientes sienten. Es decir, de las que son aptas para los fines mediáticos feminazis, ya que la violencia machista y vicaria solo es ejercida contra la mujer por un hombre y las víctimas son los hijos de la susodicha.

Síndrome de Medea: vengarse del otro progenitor dañando a los propios hijos, pero claro, Medea era mujer, y por eso no interesa.

Y es que todos los filicidios son igual de repulsivos. No encuentro diferencia entre los asesinatos según sean cometidos por la madre o por el padre. Todos son víctimas y todos merecen ser protegidos y atendidos. Volviendo a las técnicas de manipulación social, decíamos que los medios nos obligan a empatizar y sentir los que las víctimas supervivientes sienten, en este caso las madres. Inundan las horas de televisión con reportajes, debates y crónicas de sucesos, sin contar con los telediarios y noticieros.

Se puede saber todo acerca de las “víctimas de primera”, las elegidas. Padres agresores, que generan víctimas que son politizadas porque van en sintonía con el discurso de la violencia machista, violencia de género. El maná imprescindible para que los chiringuitos ideológicos progres tengan su regadío de subvenciones garantizado. Aunque queda cada vez más patente que este sistema no protege a nadie, al contrario, cada vez hay mayor número de denuncias…o puede que sean ratios que han de cubrir, no lo descarto.

Y ¿qué hay acerca de las “víctimas de segunda”, las ninguneadas? Es cruel hablar en este tono, pero es la realidad que percibo. Estas víctimas no interesan a los medios de comunicación, porque no cumplen con los requisitos de los mandatos progres, que, al fin y al cabo, son los que subvencionan también a estos medios. Estas víctimas pasan desapercibidas, sin darles la importancia que merecen por que las agresoras son sus madres. Y eso no es violencia machista, se les cae el discurso y no hay lugar para el feminazismo. Tampoco hay subvenciones, que conste.

Este mes, además de la tragedia de las niñas de Tenerife, que la han vendido hasta la saciedad, pero la realidad es que también ha habido más menores víctimas de sus progenitores, como el caso de Yaiza, asesinada por su propia madre por venganza a su ex-pareja, no nos han facilitado la empatía hacia este caso. Es más, ni conocemos los apellidos de la niña, ni el nombre del padre, ni la exhaustiva historia que generan los medios contando todo con detalle para generar emociones en el público. Así funciona este asunto, generar emociones para generar adhesiones.

En fin, que clasificando se nos pasa el tiempo y las muertes se acumulan. Urge una ley de violencia intrafamiliar, donde no es tan relevante la clasificación del agresor o asesino como salvar a las víctimas de maltrato o impedir un asesinato. Todas las víctimas son importantes, igual de importantes. No es lógico que si te agrede un hombre sea más grave que si lo hace una mujer, pero ¿qué estamos haciendo? Magnificamos unas agresiones y negamos la presunción de inocencia por ser hombres y en otros casos minoramos y restamos importancia a agresiones por el hecho de ser cometidas por mujeres. Es una injusticia social grandísima.

No entiendo cómo se ha llegado a este extremo, pero se debe corregir. Recuerdo cuando empezó el proceso social de este desbarajuste, creía en la justicia social imparcial, pensaba que no se podría avanzar en este sentido porque las leyes debían ser justas y equitativas para todos los españoles, así lo reza la Constitución. Hoy, veo con tristeza que la Constitución la usan a su antojo y estamos cometiendo injusticias aprobadas socialmente, con la venia de tribunales y jueces de género, que privan de libertad sin conocer los hechos, sólo con que acuse una fémina, y a veces hasta sin la acusación… triste, muy triste, ver que una parte del sistema judicial está vendido, que no es imparcial.

Y por si no queda bastante claro el trato desigual que se da en España, sólo tengo que poner en evidencia que una mujer falleció en Motril por causas naturales este sábado, el marido fue detenido y hasta la finalización de la autopsia, no ha sido puesto en libertad, se ha pasado el fin de semana en el calabozo desde la noche del sábado hasta el lunes. ¿Esto es lógico?

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