La cuadratura del círculo, Cs

Con el gerundio que supone un elemento que como forma verbal no lo contiene, el paso del tiempo, observamos cómo avanzan los mandatos autonómicos que más titulares y sorpresas han generado en sus últimas elecciones. En concreto el de Madrid y el de Andalucía.

Si recabamos en Madrid podemos observar algo a lo que están habituados los de la región capitalina, y no es otra cosa que convertir a sus líderes políticos en ídolos de masas generalmente más por sus acertados o dicharacheros y arrogantes discursos que por la profundidad de los resultados de sus políticas. En ello siempre juega mucho el Gobierno central, especialmente cuando éste es socialista y el regional del Partido Popular porque, bajo ese escenario, todo se convierte en un batiburrillo de dires y diretes en pro de quién tiene más poder sobre lo que se debe o no hacer políticamente en la Comunidad en la que se encuentra la capital y los mayores órganos políticos y administrativos del Estado.

Ya ocurrió con anteriores presidentes, como la añorada por algunos Esperanza Aguirre; aunque hoy a ésta desde sus propias filas la intentan llamar al orden por haber estado rodeada y ser valedora de corruptos. De hecho, tras un periodo oscuro en el Partido Popular con uno de sus presidentes, Ignacio González, imputado por corrupción en una de las tramas más oscuras de nuestra Democracia (salvando la colosal de los EREs en Andalucía), Madrid daría un nuevo cambio con un Gobierno de coalición con el apoyo de Ciudadanos. Conociendo hoy el carácter de la presidenta Ayuso y su necesidad imperiosa de magnificar su poder es más fácil de entender hasta qué punto los de Arrimadas tuvieron que jugar a la discrepancia y a la cultura de la honorabilidad para poder llevar a buen término su trabajo.

Y es que, en Madrid, donde dicen se produjeron diversos milagros de gestión en ese primer periodo de Gobierno presidido por Ayuso, gran parte de esos logros fueron fruto del esfuerzo y las políticas aplicadas de su programa del partido naranja. Así, si Ayuso ha presumido en algún momento de que el PIB de la Comunidad de Madrid creció bajo su mandato un 4,4 por ciento, debería recordar que el Consejero de Economía en ese mandato no fue otro que Manuel Jiménez. Si en algún momento ha podido destacar el gran trabajo en políticas sociales. En defensa de los derechos de colectivos como el LGTBI o el aumento de ayudas a la dependencia o a colectivos vulnerables debería recordar que el Consejero de Políticas Sociales no fue otro que Javier Luengo, de Ciudadanos.

Si la presidenta madrileña presume de la mejora en los transportes o medidas como aumentar los horarios del metro sería justo que recordara que el consejero de Transportes era también de Ciudadanos, Ángel Garrido. Si la cultura fue un referente en Madrid y se hicieron políticas que dinamizaron el sector y convirtieron a la Comunidad en un referente en este mandato fue gracias al programa de Ciudadanos y a la que fue consejera de Cultura de esta formación, Marta Rivera de la Cruz.

Pero los hechos que se produjeron en Madrid en la maniobra orquestada por Ayuso para no tener que compartir poder ni protagonismo convocando unas innecesarias elecciones anticipadas y exhibiendo a un enemigo en casa que no fue sino del gran provecho de las mejores políticas para los madrileños durante ese mandato, dieron con un nuevo escenario en el que Ciudadanos desaparecía y con él muchas esperanzas. La esperanza de imponer un criterio ajeno, un control necesario a un Partido Popular que en el pasado reciente no fue precisamente ejemplar en lo ético ni en lo práctico. Con una mayoría que necesita el necesario apoyo en de VOX Ayuso sucumbe en su poder a asumir propuestas que la derriban del escenario de un centro que su partido jamás ha realmente representado en nuestro país.

Aplicando la máxima de las bajadas de impuestos que llevó a cabo Ciudadanos y que tan buenos resultados dio Ayuso se sigue poniendo medallas que no le corresponden y afloja el muelle del centrismo anunciando una bajada en las pretensiones de leyes contra la discriminación del colectivo LGTBI aprobadas en mandatos anteriores por su propio partido. Pero no queda ahí la cosa. Los de Abascal le siguen exigiendo recortes, y lo hacen dónde más les puede doler a los madrileños más desfavorecidos, en políticas sociales. Y Ayuso calla y otorga con el fin de encumbrarse en un ascenso al abismo de sus ambiciones personales que pronto podrían dar al traste con el idolatrismo hacia una mujer que lleva muy bien el frentismo y la auto defensa bajo el eslogan del “tú más”.

Madrid ha cambiado y mucho desde que Ciudadanos ha abandonado el Gobierno de la Comunidad. Y se va precipitando, poco a poco, sustentado únicamente por unas políticas económicas que no son otras que las que han aprendido del programa político de Ciudadanos. Pero en la vida el equilibrio, la cuadratura del círculo, no se obtiene con una sonrisa y unos aires de prepotencia y engreimiento cuando a los ciudadanos les comiencen a llegar las facturas de su incapacidad de gestión y les falten las manos útiles de aquellos a los que despreció. Y poco queda para ello, se lo aseguro. Eso… si no muere en alguna batalla interna. Menos mal que Almeida no forma parte de su Gobierno. Si no, posiblemente lo habría echado por traidor y hasta capaz habría sido de convocar elecciones por ello…

El caso de Andalucía es similar en la primera parte del cuento. Si bien es cierto que el Partido Popular no había gobernado hasta el momento la Junta, a pesar de todos sus intentos, fue gracias al acuerdo de Gobierno con Ciudadanos que el cambio tan necesario en Andalucía se llegó a producir. Ahora bien, si hablamos de gestión de este Gobierno y de los mejores indicadores de su historia también debemos analizar quién y quiénes se encuentran detrás de estos resultados. Así, por ejemplo, hablamos de que el nivel de crecimiento del empleo en la Comunidad es el mayor de España en estos momentos bajo la consejería de Rocío Blanco, de Ciudadanos que, además, ha conseguido que Andalucía sea la comunidad en la que mayor número de nuevas altas de autónomos se han estado produciendo en estos meses hasta el punto de que ya ha superado a Cataluña en número de ellos.

El milagro del empleo se va acompañado de un crecimiento del PIB en el segundo trimestre de este mismo año de un 3,4 por ciento, lo que supone nada menos que 6 décimas por encima del PIB nacional. El Consejero de Economía andaluz no es otro que Rogelio Velazco, de Ciudadanos, que dirige una consejería que, además, ha llevado a cabo importantes avances en la ayuda a la investigación. Recientemente se ha aprobado una apuesta millonaria para atraer a grandes investigadores a la Comunidad andaluza que se está convirtiendo en una tierra que va a evitar que sus grandes valores tengan que emigrar siendo todo un referente en investigación y desarrollo.

La gestión de la crisis sanitaria en todo el mundo, en España, y especialmente en Andalucía, ha exigido de medidas y acciones que debieron modificar las fórmulas de trabajo, así como las medidas de seguridad en las aulas. Un proyecto que sufrió las críticas más sanguinarias de la oposición y que resultaron no ser únicamente un éxito sino todo un referente de perfecta gestión. Recientemente la Consejería de Educación y Deportes, dirigida por el consejero Javier Imbroda, de Ciudadanos, ha anunciado el llamamiento de 7.000 docentes al sistema de refuerzo al sistema educativo andaluz este año para seguir trabajando y garantizar la salud y la educación de los estudiantes andaluces. Todo un ejemplo de gestión… de Ciudadanos.

En políticas sociales, la consejera de Ciudadanos, Rocío Ruiz, está realizando una labor encomiable con políticas de protección de víctimas de la violencia, con apoyo a políticas de igualdad en todos los campos, con políticas de conciliación, de puesta en valor de personas con capacidades diferentes, con una apuesta por la integración a todos los niveles, y hasta con el incremento de los sueldos de los trabajadores de ayuda a domicilio que se encontraban congelados desde hace más de una década.

Por su parte, el turismo, tan castigado por esta crisis, ha conseguido salvar el verano en Andalucía con medidas de protección, seguridad e incentivos que han propiciado unos buenos resultados y un aumento de las visitas. El turismo andaluz se va alzando aún más como referente a nivel mundial y la gestión al frente de la Consejería de Turismo de Juan Marín, vicepresidente asimismo de la Junta y líder de Ciudadanos, es absolutamente positiva. Pero, es más, entre las competencias que ostenta Marín se encuentra la de Regeneración Democrática. Gracias al trabajo y el esfuerzo de esta Consejería se han conseguido destapar con fechas datos y consecuencias la existencia de esas agencias paralelas a la Administración de la Junta en la que los enchufes (más de 26.000) del socialismo campaban a sus anchas algunos con sueldos de 30.000 o 50.000 euros. Un escándalo que si bien era un secreto a voces ha puesto sobre papel la infamia de esos cuarenta años de gobiernos del PSOE y el punto y aparte de la corrección de lo mal hecho.

Por suerte, en Andalucía, no tenemos a una Ayuso sino a un presidente de corte moderado que no ha tenido la necesidad de sucumbir a las presiones de VOX para modificar su agenda ni ha visto fantasmas en sueños en los despachos de sus socios de Gobierno. Bonilla muestra abiertamente su satisfacción en la gestión de este Gobierno en su conjunto superando con esfuerzo y con tesón todas las dificultades. El presidente del PP Andaluz sabe lo que se juega en Andalucía y sabe lo que Andalucía se juega en esta legislatura que no piensa aniquilar ni por interés propio ni porque le obliguen desde otros despachos a que lo haga, por interés de otros. Ese es su compromiso con los andaluces y es digno de aplaudir.

Pero no es menos que de aplaudir el papel tan importante que Ciudadanos ha llevado a cabo en aquellas comunidades en las que ha tenido responsabilidad de Gobierno, hasta el punto de preferir no formar parte de ese Gobierno ante la más mínima duda de corrupción. Sólo falta que ese aplauso a la formación naranja y a sus representantes en las instituciones se hagan voto en las urnas para garantizar que lo que está ocurriendo en la Comunidad de Madrid y lo que va a ocurrir allí no pueda suceder en Andalucía dónde los ciudadanos tienen en el Gobierno la cuadratura del círculo, y es gracias a Ciudadanos, a su control, a su programa liberal y a su cercanía a las necesidades de todos y todas los andaluces y andaluzas. Y, por supuesto, ya habrá quién piense que un posible Gobierno formado por únicamente Ciudadanos podría ser el mismo círculo perfecto sin necesidad de cuadrar absolutamente nada. El tiempo lo dirá.

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2 Comments

  1. me ha parecido estar en un mitin. Y estoy a punto de dejar de leer vuestra pagina.
    Me puedes decir porque Rocio Ruiz tiene esa mania con los meas. Son NIÑOS hasta los 25 años?. leete la ultima ley.

    • Siento que tu crítica no se cierna sobre puntos concretos con los que discrepes del artículo. Si consideras que hay algún dato que diga que no sea cierto o con el que no estés de acuerdo estás en pleno derecho de rebatirlo, pero considerarlo un mitin porque no te guste la realidad de los datos no me parece serio. Respecto a lo que comentas de los menas te aconsejaría que leyeras las normas estatales, las directivas europeas y un poco de Derecho Internacional para entenderlo. El problema de la inmigración irregular no está dentro de las competencias autonómicas y, nos guste más o menos, la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación tiene que dar respuestas destro de la legalidad. Las leyes que se aprueban en el Parlamento se hacen con la mayoría de los votos de los parlamentarios. Te dejo un enlace en el que la Consejera explica estas medidas y deja clara la importancia de una evaluación de cada caso y la derivación correspondiente que se realiza. https://www.juntadeandalucia.es/organismos/igualdadpoliticassocialesyconciliacion/servicios/actualidad/noticias/detalle/220458.html

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