Elvis

En mi opinión hay tres cantantes en el mundo que son inimitables; Freddy Mercury, Michael Jackson y Elvis Presley. Por supuesto que dista mucho de ser mi intención afirmar con este comentario que no existan más artistas muy buenos aparte de los ya nombrados, pero para mí son personas con talentos alucinantes y poseedores de unos dones que sobrepasan la comprensión.

Cuando piensas en Elvis es inevitable que evoques sin apenas percatarte de ello; esa voz grave tan característica, esos movimientos de cadera que se catalogaron como pecaminosos (hasta el punto de querer meterlo en la cárcel) y su especial carisma rebosando por donde quiera que miraras. La época de este artista no fue fácil; racismo a raudales y machismo inconmensurable marcaron su existencia de formas inimaginables, incluso desearon doblegarle e intentaron que dejase de ser quién era. Triste. Fue un afortunado en muchos aspectos, no obstante, lo que amaba hacer se lo comió vivo por perder la visión de lo que realmente era importante para él; lo que le insuflaba vida.

Cómo seguramente sabréis, se ha estrenado su biopic, dirigido por Baz Luhrmann e interpretada por Austin Butler y Tom Hanks. En este tipo de producciones no te puedes quedar con lo que ves en la superficie, porque en realidad no sabes si fue tal cual o no, más bien te debes adentrar en la esencia del mensaje que te quieren transmitir. Aun así, han realizado un trabajo espectacular en todos los sentidos. Es cierto que físicamente no se parece del todo a Elvis, sin embargo, puedo afirmar sin temor a equivocarme que la vida de este actor jamás volverá a ser la misma. Quiero destacar, además, la interpretación del coronel Parker y ese acento holandés (en la versión original) que ha sido sencillamente magistral. Aunque bueno, viniendo de tan tremendo artista, tampoco me extraña; inclusive cuando no estamos acostumbrados a verlo en un papel de villano.

Con treinta números uno en su haber; es uno de los artistas en solitario que más discos ha vendido en todo el mundo. Y, curiosamente, él pensó que no había logrado nada en la vida, que sería olvidado. No obstante, ¿Cambiaría su creencia si volviese por estos lares y pudiese ver que, cuarenta y cinco años después de su muerte, sigue siendo una influencia tan grande en el panorama musical y el cambio cultural tan enorme que se produjo a raíz de su paso por la tierra? Supongo que nunca lo sabremos. Lo que sí podemos ver con esta película, es al hombre detrás del mito. Sencillo y complicado a la vez; el resultado es lo que forja a las leyendas.

En lo personal, Elvis marcó mi vida desde la infancia. Quien me conoce sabe que llevo el rock en las venas y además no sé qué sería de mí sin ese estilo musical. Si tuviese que otorgarle adjetivos, lo definiría así; es pasión, es desgarre, es fuerza, es sentimiento puro, es historia, es carisma, es melodía, es letra, es actitud, es valentía, es…, es…, es infinito. Surgió el blues (tremendo) y nació el rock and roll (una maravilla descomunal). Lo siento, pero en esta ocasión no puedo ser imparcial. No obstante, admito que la música mueve el mundo y amansa las fieras; es una verdad inamovible; sin estilos concretos, de forma general.

En mi opinión (y antes de emitirla debo aclarar que soy un poco inflexible en cuestiones de remakes o imitaciones, ya que considero que o lo haces bien, o mejor ni lo intentes); es un peliculón de primerísimo grado y de Óscar; a dirección, fotografía, música, y actor principal y secundario. Lo que Austin Butler es impresionante, porque no solo se ha metido en la piel del mismísimo rey, sino que, además, canta casi exactamente como él. En lo físico, no podemos negar que tiene una mirada de infarto, una sonrisa de ensueño y una serenidad que te recuerda a un lago profundo e inexplorado. En lo abstracto, puedes observar su voz desgarrándose en numerosas ocasiones en la película, también la forma en que se abre en canal para todos nosotros honrando así la memoria de este artista tan inolvidable y, de lo que no cabe duda alguna, es la revelación del tremendo trabajo que han realizado.

Si de toda la película, me diesen a elegir una escena; sin duda sería la del dedo cuando canta: “Trouble”. Me flipó la esencia que emana a raudales sin necesidad de pronunciar una palabra más; a pesar de ser consciente de las consecuencias que le acarrearía. Un valiente e idealista que no se conformaba con esperar los cambios sentado en su sofá; cosa que nos falta trabajar a muchos. Por eso yo, cuando voy a algún sitio y me llaman “rara” o “loca”, por ser como soy, siempre pronuncio esta frase; “Elvis has left the building”, además; “for good”. Lo llevo haciendo desde que era una cría y creo que jamás dejaré de hacerlo.

En definitiva y resumiendo; el rey del rock and roll, no era un cualquiera fácil de imitar (ni tampoco lo han intentado), y por eso mismo, me quito el sombrero ante ellos. Me parece épica la forma tan bonita en que lo han homenajeado. Enhorabuena.

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