Canciones de lesa humanidad

Parece que me pongo a escribir tarde en relación a este feo asunto. Entiéndalo, un servidor tiene otros quehaceres además de hacer de juntaletras. En relación a la tremenda escandalera que se ha montado por la canción de Los Meconios e Infovlogger en la verbena de VOX, Angels Barceló lanzaba la más retórica de las preguntas a sus oyentes preguntando si la fiscalía debería actuar de oficio contra unos cantantes que en un concierto del innombrable partido corean: «Ojalá volvamos al 36».

Una regla mínima de la deontología profesional en la comunicación pública, más aún si se trata de una de las generalifes de uno de los gigantes mediáticos de España, debería ser citar de forma literal las declaraciones o cantos de estos «nuevos repudiados». Más aún si al parecer se les está investigando nada más y nada menos que por haber cometido un delito. Todo aquello que se entrecomilla debe ser sin excusa lo que el citado dijo o cantó. 

Justo es decir que desde ese programa de radio rectificaron, pero de esta forma: “El estribillo de la canción homófoba, racista y machista que sonó en el acto de Vox no decía “Ojalá volvamos al 36” sino “vamos a volver al 36”. Pedimos disculpas por el error de transcripción”. ¿Seré yo o esto más que una rectificación es una nueva suma de exabruptos? ¿Tal vez deberían disculparse, pero por hacer un retrato mefistofélico de esta gente? ¿Es posible que un hombre gay lance a los cuatro vientos soflamas homófobas? Esto último ahora lo vemos.

Esta canción la montaron los “presuntos incitadores al odio” allá en 2019- y con otro título, por cierto- y desde entonces está en Youtube. También sigue allí una oda de Pablo Hásel a la Unión Soviética, además de canciones de al menos tres grupos musicales palmariamente neonazis (La misma mierda en distintos culos). También sigue allí un trozo de un concierto de Valtonyc, en el que este pieza anima a la chavalada a pegarle un plomazo al primer madero que se encuentren.

En la canción de Los Meconios e Infovlogger, en la que colaboran casi una decena de célebres youtubers, se dice «Vamos a volver al treinta y seis». Así se dice y no como un desiderátum, ni como un exhorto o un sueño lúbrico, sino irónica o proféticamente, señalando que hacía eso nos lleva este gobierno. La canción en sí es pura guasa. A continuación, un trozo: «Somos la resistencia. Somos fachas; Los podemitas son la democracia. Si votas al PP eres franquista; Y si te gusta Bildu pacifista. Qué fascista es Santiago Abascal; Y Otegi es un hombre de paz. Tu enemigo es el dueño de Zara mientras le compras las bragas. Si eres gay y quieres ir a ver el Orgullo LGTB al COGAM debes enseñar el carnet de buen homosexual«.

Querido vecino, si no ha vivido usted el último lustro en la criogénesis o en la cara oscura de Urano seguro se percatará que todo esto se dice de forma sarcástica y en tono de joda y cachondeo. También a modo de canción protesta, eso es cierto. ¿Si se entiende irónico llamar hombre de paz a Otegi, porque no se paladea la ironía en el estribillo?

Los medios, las redes, las teles y un número nada desdeñable de pesebreros de la nueva casta han anunciado las intentonas de empurar a Los meconios e Infovlogger por un delito de odio. El artículo 510 del Código Penal, al tipificar este, lo describe como la conducta de […] Quiénes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género […]  También se incurre en delito de odio cuando se lesione la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los referidos grupos, o de una parte de los mismos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos. ¿De verdad les parece que esto encaja?

El ministro Grande Marlaska, otrora magistrado de lo penal, afirma que tal vez, que podría ser, que esa canción se aproxima a un delito tipificado que puede conllevar hasta 4 años de cárcel. Yo desconozco el tratamiento judicial que le estarán dando a los Ongi etorri, esas loas a los heroicos gudaris que hasta 2010 repartían plomo y bombas lapa por Euskadi y el resto de la península. Tal vez estos homenajes si encajan en el artículo 510: [..] Quienes públicamente nieguen, trivialicen gravemente o enaltezcan los delitos de genocidio, de lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, o enaltezcan a sus autores […]. Pregúntele a Marlaska.

Angels Barceló no ha sido la única en este auto de fe. Numerosos medios han hecho un tratamiento más que maniqueo de esta chirigota en esa búsqueda tan cainita del agravio y en esa postureta defensa del oprimido. A medida que un servidor se hace mayor observa que cuando la política compadrea en exceso con el mass-media, ese juego de la opresión se parece a “El juego de calamar” (la célebre serie de televisión surcoreana). Cada uno se siente oprimido a su manera sin vigilar el grado de opresión de sus semejantes. 

Ahora seré yo quien haga mi propio relato del oprimido. Allá voy: Varios medios de comunicación, politicastros y sus adláteres han emprendido una guerra sucia, cloaquera y homófoba contra Isaac Parejo, alias Infovlogger, debido a su condición de homosexual (sí, esto es cierto, él es gay) Todos los improperios y anuncios de acciones legales contra su persona no se basan en que haya participado en un festival de un partido ultraconservador sino en un odio visceral contra el que ama a una persona de su mismo sexo. Desde mi humilde punto de vista estamos ante acciones de hostigamiento contra una persona debido a su orientación sexual. Y como lo digo yo, sea esto noticia. ¡Que va a ser que no!

Lo que empieza a ser rutina en una sociedad gregaria e intelectualmente perezosa es como el personal engulle la versión parcial de unos hechos, los cuales pueden ser contrastados de forma más que sencilla usando el celular de su bolsillo. Échenle un ojo a las canciones de Los Meconios y déjeme en un comentario si usted opina que se trata de violentas arengas retratadas en el Código Penal.

Hasta donde yo he visto, que no es poco, se trata de sátiras y caricaturas de los personajes que nos gobiernan. ¿Si quien les escribe estas líneas, ajeno a subvenciones o sin la ayuda de un séquito que le prepare un titular de tendencia, ha sido capaz de escuchar la puñetera canción antes de opinar, porque no lo hacen reporteros, políticos y presentadores? Apaguen las antorchas y tómense la molestia de juzgar con sus propios ojos. Me temo que se la han colado. 

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