El Once Ideal

Por fin comienza el mundial más extraño de la historia. Extraño, por decir algo. Nadie se cree a estas alturas que el motivo de que el esférico ruede por tierras de oriente tenga algo de deportivo y sí de económico e incluso geopolítico, que la mayoría de veces suelen ir de la mano. Sus señorías no son ajenos a la pelota, sobre todo teniendo en cuenta que, tal y como está el patio, para algunos las victorias de España pueden ser, nunca mejor dicho, un balón de oxígeno. En cualquier caso, desde Minuto Crucial, aquí va la particular selección de quienes optan a ganarlo todo.

La portería estará defendida por Marlaska. El número uno de Interior se ha curtido defendiendo las vallas de Ceuta y Melilla, a pesar de que en estos momentos, su actuación se encuentra en entredicho por no quedar muy claro qué lado de la línea de gol ha defendido. Esperemos que con el balón no ocurra lo mismo. Dos centrales son el eje de la defensa. Después de la histórica ausencia de Italia y por consiguiente de Meloni, Abascal y Ortega Smith se postulan como la pareja más dura del campeonato con el lema “Santiago y Cierra, España” grabado a fuego en la camiseta. 

Por detrás de ellos y en el puesto de líbero, que dirían los antiguos, nada mejor que un verso libre de su partido Unidas Podemos. Yolanda Díaz, ministra de asuntos guays y Yoli para los amigos, lucirá palmito dirigiendo la muralla defensiva y luchando contra delanteros o la CEOE, da lo mismo. Por la izquierda y como representante valenciano, o catalán, no queda muy claro, Ximo Puig. El Presidente de la Generalitat subirá la banda tantas veces como ha hecho con los impuestos. Bajar, o sea, la banda, le cuesta un poco más. El carril derecho tiene un dueño muy claro. Los resultados cosechados en Andalucía, le han otorgado la titularidad a Juanma Moreno, a pesar de que determinados sectores, sorprendentemente muy de arriba, pidan a gritos el indulto, es decir, la vuelta de Griñán.

En el centro del campo, haciendo de enlace con la defensa, Mañueco. El de Castilla y León ha demostrado que se puede sacar el balón jugado con los defensas de Vox y ser creativos sin que los derechos humanos, como claman algunos, se vean resentidos. Por delante, comenzando el ataque y de paso, el asalto a la Moncloa, Alberto Nuñez Feijóo. El  presidente del Partido Popular repartirá juego por la derecha y por la izquierda. A los primeros les ha dado la estabilidad que les hacía falta. A los segundos, tratará de convencerlos de que la izquierda que gobierna, no es la izquierda que les defiende. 

En el extremo izquierdo, Rufián. A él la camiseta le escuece, pero teniendo en cuenta que por detrás tiene a un Ximo Puig que se encarga de enviar subvención tras subvención a entidades catalanistas, alguna pelota recibirá y quizás se le escape algún centro al centro, del área, por supuesto. Y por fin la delantera. El gol de la selección tiene sabor madrileño. Jugando entre líneas el alcalde  de la afición colchonera, Almeida, se encargará de tocar y tocar hasta que vea un hueco en la defensa rival y meterle balones al matador de la política española. Balón que coge Ayuso es un peligro para sus rivales, que no saben cómo pararla, sino es a base de faltas. La líder de los populares madrileños sabe que de sus goles depende que España llegue lo más lejos posible.

En el banquillo esperando su oportunidad, Mazón. Los espectadores, sobre todo valencianos, no están nada conformes con carreras por la izquierda nacionalista de Ximo Puig y piden a gritos un cambio: ¡Carlos, calienta que sales! Con varios mundiales a sus espaldas, Iturgaiz es un veterano curtido en mil batallas al que nadie le va a dar lecciones de lo que es sentir la bandera, a pesar de que hoy en día, vea como muchos se empeñan en dar la vuelta a la tortilla y tirar por tierra todo el trabajo realizado para defender algo más que una portería.

El que lo tiene complicado para jugar algún minuto es Lobato. El delantero socialista de la Asamblea de Madrid pide el cambio con insistencia, a lo que hace caso omiso la afición madrileña, colchonera, rayista, merengue o del Coliseum, es indiferente. De masajista y debido a sus conocimientos como médica y madre, Mónica García. Eso sí Ayuso, más te vale no sufrir ninguna lesión porque el equipo médico te remata y te manda para casa por la vía rápida como le ha ocurrido a Gayá (a ver si en las cloacas del Estado saben algo sobre este asunto tan turbio).

Pero no solo de jugadores de campo vive la expedición española. Seguro que el lector se está preguntando dónde se halla Pedro Sánchez. Pues en el Falcón con Rubiales haciendo sus negociaciones particulares en los que los dos son expertos. Eso sí, como España llegue a la final, en el palco no habrá butaca tan ancha como el pecho que se le va a poner al presidente del Gobierno. De gestionar cero patatero, pero posar… en eso es el número uno. Por otro lado y añadiendo un viajecito a su curriculum, Irene Montero y su pandilla se sentarán en los asientos de honor, donde darán unas charlas de empoderamiento feminista a los dirigentes del país árabe.

Y para finalizar el peculiar artículo de esta semana ¿dónde está el entrenador? Pues está en casa, en el trabajo, en el bar, en la playa, en la montaña, solo, con amigos, con la familia… Esta selección tiene más de 47 millones de seleccionadores que realmente son los que sufren con su equipo y deciden quiénes juegan. ¡Todos con La Roja! O no… depende.

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