¡Bienvenidos a la selva!

Los incendios, en nuestro país, vuelven a ser noticia… y todavía no hemos empezado con la etapa veraniega. Provocados o no, es un gran problema que tenemos en España y, en vez de implementar soluciones, la política forestal marcada por este Gobierno deja bastante que desear. Los grupos ecologistas parecen llevar sus premisas más allá de lo que la razón impera. Los parques naturales no pueden tocarse ni tan siquiera el arbolado medio como arbustos, ya que lo único que quieren es dejar los montes españoles como si de selvas se trataran.

Pero la verdadera dificultad surge cuando se origina un incendio, uno que no hay manera de controlarlo, ya que está todo ocupado por monte bajo y el fuego a su vez se dispersa de forma contundente, algo que conlleva para los bomberos un gran riesgo debido a que entrar a esas zonas, con la situación actual, les hace quedar expuestos a ser devorados por las llamas. Bajo mi punto de vista, deberían dejar a los equipos de retenes para que pudieran limpiar los montes y que a su vez pudiesen labrar y eliminar todo ese arbolado medio que impera por los alrededores. De esta manera, se podrían controlar mejor los siniestros.

Los gobiernos proteccionistas del monte no toman conciencia que, transitar por zonas llenas de zarzas y carrascas para sofocar un incendio, es casi una misión imposible. Por ese motivo, lo que hay que hacer es trabajar en la prevención de esta fatalidad, comenzando con la limpieza de los montes. Este tipo de llanuras, en la situación actual, se convierten en auténticos infiernos en las cuales los bomberos se juegan la vida. Además, por culpa de no hacer las cosas bien, acabaremos perdiendo zonas naturales tan maravillosas, cosa que debemos evitar.

La gran masa forestal de nuestros montes es muy extensa; son zonas difíciles de controlar y, prácticamente, se encuentran intransitables… pero siguen imponiendo que quieren zonas vírgenes y, por ese motivo, es tan difícil poder sofocar incendios con las tragedias que eso conlleva. Pero seguimos sin poner los medios necesarios; ni prevenimos, ni gestionamos los recursos para la prevención y extinción de los fuegos. Necesitamos una gestión forestal continua durante todo el año y no solo en verano. De no tenerla, nuestros montes acabarán siendo calcinados continuamente.

La negligencia de este Gobierno es absoluta, ya que, ni tan siquiera los bomberos forestales tienen unas condiciones laborales dignas, a pesar de ser este tipo de profesionales los que se encuentran en la primera línea de batalla. No nos olvidemos tampoco de la caza, ya que antes se podía cazar de manera selectiva ciertos animales que, a su vez, permitían que el dinero obtenido de esta práctica mantuviera estos parques. Pero los ecologistas prefieren hacer capturadores, para después, sacrificar a esos animales como si fuera un matadero y sin tener en cuenta que, capturarlos en meses como mayo o junio, hace que puedan estar a punto de parir o con crías muy pequeñas. No nos damos cuenta, pero España siempre arde y seguimos sin tomar medidas en consonancia con lo que necesitamos. En el año 2022, en Zamora ardieron 36000 hectáreas, según informó el programa europeo ‘Copérnico’ para la vigilancia del medio ambiente. Este mismo liderado por la Comisión Europa y en colaboración con la Agencia Espacial Europea.

Este último incendio fue catalogado como el peor de la historia de España. El incendio de las Hurdes cacereñas en las que predomina una altísima densidad arbórea, principalmente, formada por pinos y una reserva del Buitre negro, ha sido el último de nuestras calamidades. Todo ello provocó un desastre medioambiental de gran magnitud que, según ha informado el coordinador del plan de lucha contra incendios forestales en Extremadura (INFOEX), la superficie asolada por el incendio ha sido de aproximadamente 10.000 hectáreas.

Para terminar, tan solo me queda decir que no podemos dejar que nuestros montes y parques naturales ardan, pero, para ello, hay que fomentar las labores de gestión forestal y prevención de incendios. Todo esto se previene desde el invierno y no cuando ocurre la desgracia. Los montes son nuestros pulmones y la negligencia de este Gobierno parece que también te dejará sin respirar.

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