El primero defiende la camiseta del Real Madrid, el equipo que más Champions League tiene, mientras que el segundo defiende la del Cádiz. Ambos hermanos se enfrentaron el pasado domingo, un encuentro que se llevó Nacho por 0-3; de todas formas, lo bueno vino después.
Al finalizar el partido, los dos hermanos dejaron la imagen de la jornada, Álex y Nacho, Nacho y Álex, sentados en el túnel de vestuario charlando detenidamente, mientras el resto de sus compañeros se dirigían a las duchas. Además, los dos pudieron disfrutar intercambiando comentarios con sus respectivos hijos, todo un momento familiar digno de vivir y de admirar.
Los dos jugadores poseen la misma sangre, pero sus trayectorias son completamente distintas; uno jugando y siendo el capitán del Real Madrid manteniéndose durante temporadas en uno de los mejores equipos del mundo y el otro saliendo adelante jugando en equipos humildes. No obstante, ambos son especiales, ya que tienen la posibilidad en dos equipos y en la primera división española, la actual Liga EA Sports.
Nacho, el todo terreno madridista y Álex, el futbolista que tiene los valores del fútbol de antaño, en el que el jugador se curtía desde lo más bajo con la intención de alcanzar el máximo dentro de su carrera. Al final, si fusionamos las trayectorias de ambos, el resultado es: la humildad y el trabajo duro.
Creo que un futbolista debería ser recordado por su valor y no por sus títulos. Al fin y al cabo, los títulos son meros números y un objetivo significativo exclusivamente para el club. Sin embargo, el valor en un futbolista está muy por encima de todo eso y gracias a este puede acabar pasando a la historia, en el instante que decida colgar las botas.
Son muchos los jugadores que han podido llegar a jugar en el Real Madrid y, sin embargo, los aficionados al fútbol no se acordarían ni tan siquiera del dorsal que llevaron en la espalda. Nacho, sin embargo, será de los que pasará a la historia por su trabajo además de por los títulos que pueda haber ganado, mientras que su hermano, Álex, se mantendrá en la memoria de muchos cadistas y amantes del fútbol. También por lo duro que ha sido para él alcanzar la gloria, llegando a la Primera División habiendo estado anteriormente en equipos modestos.
Historias como las de los dos hermanos son de película o quizás para escribir una novela o, simplemente, para elaborar un artículo de opinión escrito por este humilde servidor aficionado a escribir sobre deportes. Pero lo que cuenta y vale es que, sobre todo, las futuras generaciones aprendan de casos como el de los hermanos Fernández.
Nacho y Álex Fernández seguirán jugando al fútbol y manteniendo su humildad y trabajo duro. Diferentes objetivos, pero con una misma pasión y forma de ver el deporte rey. La imagen de encontrarse en el túnel de los vestuarios tras finalizar el encuentro charlando entre ellos y acompañados por sus hijos, vale su peso en oro.
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