En un artículo anterior ya hablaba del “desnorte” que sufrían centro y derecha, bueno, siempre se puede ir a peor y se ha ido. Por mucho que me cueste, intentaré ser lo más objetivo posible, me resultará difícil cuando la seguridad del no, el muro de 52 escaños, el “séptimo sello”, también ha caído ante el buenismo general. Escuchar a Iván Espinosa de los Monteros justificarlo ayer, con un discurso más típico de Inés Arrimadas, nos hace esperar lo peor.
Sí, el séptimo sello se ha abierto y ahora escucháis el “silencio”, no del que nos hablaba Albert Rivera, el que antecede al apocalipsis. Con la deuda disparada, la economía hundida, al gobierno más caro, más mentiroso e inepto de la historia de España se le ha dado la llave de la caja fuerte, se le ha entregado la última oportunidad que tenía este país de una recuperación a medio plazo.
El colmo es escuchar presumir de no haber sacado nada con su apoyo en forma de abstención, presumir de haberles salvado gratis. La estrategia de VOX, más al estilo del Ciudadanos de Inés Arrimadas, ha sido lamentable, por mucho que sus medios digitales intenten maquillarla. Han rescatado a Sánchez e Iglesias de una gran derrota que activaría todas las alarmas en Bruselas. ¿Por qué esto? Tiene toda la pinta de dejar solo al PP, devolvérsela, por la moción de censura. Y es que el congreso hace tiempo que parece un patio de colegio. VOX podrá explicarlo como quiera, le ha devuelto el favor al PP, que si fuera un poco inteligente saldría con el: “ven porque no le apoyamos en la moción de censura ”, y salvaría su errónea postura de entonces.
Si algo bueno había traído VOX a la política española, como Trump a la internacional, era precisamente su actitud. Mostrarse “al natural”, sin maquillaje alguno, llamar a las cosas por su nombre y hacer lo que entendiesen necesario sin ni molestarse en disimular posturas. No sé si esto ha sido que no se han recuperado del “K.O.” recibido con la “victoria” de Biden o que al desplazarse PP y Cs hacia la izquierda no saben qué hacer con tanto espacio y se han querido “congraciar” con la progresía.
De tener claro que los fondos europeos generarían la mayor red clientelar de la historia y todo tipo de corrupción…. a permitir que saliera adelante su gestión, por el gobierno social-comunista, con su abstención. Espero que quede poco por ver en la política actual, porque nuestro nivel de cabreo difícilmente pueda aumentar más.
Sánchez ha sacado una victoria con los “extremos populistas” que criticaba y como sazonador especial Bildu. Al final sí que hará historia, como Joseph Fouché o Fausto, con mentiras o pactos con el diablo que espero que más pronto que tarde le pasen factura. No sé muy bien que parte de que esta era la última oportunidad para la recuperación de la economía no se entiende, no habrá más dinero. Este fondo ya estaba y llegaría de igual forma, también es cierto que aún así será controlado. Pero el bipartidismo tiene suficiente experiencia troceando contratos, adjudicando a dedo y luego aplicando sobrecostes. El gobierno más caro, numeroso e incapaz de la historia ya tiene más dinero del “que no es de nadie” para regar sus chiringuitos. De nada sirve cortar las extremidades en las CCAA, si cuando puedes cortarle la cabeza, le perdonas la vida.
Decía Sun Tzu: “Cuando el enemigo esté relajado hazlo esforzarse. Cuando esté saciado, hazlo sentir hambre. Cuando esté asentado hazlo moverse.”, yo añadiría, si lo ves herido destrózalo. Incluso en el supuesto que el dinero llegue realmente al empresario que tanto lo necesite, a los ERTEs y demás, sería mérito del gobierno que lo ha gestionado no de VOX. Ha sido un error, de estar más pendiente de dañar a tu competencia (el PP) que, de realmente dañar a tu enemigo, de dividirlo o hacer que se retrate. Mientras que PP y VOX sigan jugando al puteo mutuo, Sánchez seguirá en la Moncloa. Mientras la oposición siga jugando a hacerse oposición entre sí, no tendremos alternativa, estamos condenados.
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