Amores de canícula, amor entre tópicos

Al fin llegó el día, al fin llegó el día en que este humilde redactor cesa temporalmente de escribir para disfrutar de un, más que merecido, descanso en  medio de estos días de canícula. Sin embargo antes de iniciar este descanso no quería pasar por  alto la oportunidad de despedirme de nuestros queridos lectores reflexionando un poco acerca  del amor con motivo de la curiosa expresión de este durante la época estival.  

En primer lugar cabría destacar que si algo caracteriza al verano son los, valga la  redundancia, “amores de verano” siendo precisamente sobre estos sobre los que vamos a  hablar hoy. Y es que, es comprensible que en estas fechas alguno de nuestros ávidos y fieles  lectores no esté para los trotes filosóficos a los que suelo someterlos en mis artículos. Esto, sin  lugar a dudas, ha de ser debido a una extraña afección que todos, alguna vez, padecemos al  llegar el mes de agosto. Sin embargo lamento informarles de que para ese revoloteo de  mariposas que sentimos en el estómago en los días de canícula aún no he hallado la cura. Aunque, tranquilos, en principio, no es grave. 

Ahora, una vez acabada esta satírica introducción, cabría, en primer término, destacar lo bien que  los “amores de verano” responden a los tópicos literarios “carpe diem” y “tempus fugit”. Esto se debe a que la combinación de ambos viene a decirnos que disfrutemos del momento  que el tiempo se acaba. Por ello, ambos tópicos se acoplan bien al tema que nos incumbe y es  que, si algo caracteriza un amor de verano es su fugacidad siendo esto lo que nos invita a  vivirlos con un alto grado de intensidad. 

En segundo término, me gustaría hacer hincapié en un hecho que siempre me ha resultado  sorprendente a la hora de hablar de “amores de verano”. Me refiero, como no, al hecho de que  dos personas que se acaban de conocer o que, en el mejor de los casos, se ven un par de  semanas al año congenien hasta el punto de ir más allá de ciertos límites en su frenesí de  pasión. Esto, sin lugar a dudas, siempre me ha parecido mágico. 

Ya, en tercer término, habría de hablar de cuándo esta afección a priori carente de gravedad  empieza a adquirirla. Y es que al igual que hemos hablado de las partes bonitas de los amores de  verano es bueno versar también acerca de sus sombras ya que el amor puede rápido tornar en  desamor el cual, bien gestionado, adquiere un tono agridulce teniendo también su parte agradable. Sin embargo, para poder disfrutar de algo tan amargo como el desamor este deberá ser bien  llevado siendo ello, en este caso, aún más difícil que en circunstancias normales debido a que la  intensidad que, como ya he dicho en incontable ocasiones, caracteriza a estos amores facilita  que el hombre sea un lobo para el hombre (“homo homini lupus”). Pero, por otro lado, a pesar de la dificultad ya expuesta es cierto también que en esta “peregrinatio vitae” (camino de la  vida) “militia est vita hominis super terra” (la vida de los hombres es lucha), en este caso  por un objetivo inalcanzable.  

De este modo y para cerrar este agridulce punto, habríamos de decir que al ser la vida de los  hombres una lucha en esta se puede ganar o perder, pero de perder se ha de hacer con  honor. Para ello es necesario dejarse la piel en el campo de batalla entendiendo, a su vez, que  al igual que Aquiles pereció sin lograr su objetivo en una guerra iniciada por amor (Troya), lo  mismo puede acontecernos a nosotros. Por ello, si al igual que el héroe heleno fracasamos en  nuestra encomienda no sin antes haber luchado podremos, por un lado, estar orgullosos de lo  realizado y, por el otro, estar frustrados al entender que hemos fracasado y que esa persona  a la que amamos merece más.  

En conclusión, podría decirle a nuestro ávido lector que trate de disfrutar del momento, que el  tiempo se acaba. Pero al igual que le digo esto debo recordarle que el hombre es un lobo para el  hombre y que en nuestro camino de la vida, la vida de los hombres es lucha. Y precisamente por eso, por ser lucha, uno puede ganar o perder pero debe hacerlo siempre con honor. Y es que no  es para nada cierta aquella frase que decía “en el amor y en la guerra todo vale”.

Ahora ya si me disculpan los dejo, los dejo disfrutar de sus aventuras (y también desventuras) en  estos amores de canícula, en estos amores entre tópicos.

Felices vacaciones!!!

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*