Cuba se levanta en contra del comunismo que la oprime. Se cuentan por miles, los ciudadanos que se echan a las calles al grito de “Libertad”, “No tenemos miedo” o “Patria y Vida”. Son sesenta y dos años los que llevan bajo el régimen castrista que les ha colocado en la tesitura de un colapso sanitario, un colapso de miseria y otro más de falta de Libertades que culmina en las últimas situaciones sufridas por la dura pandemia dentro de un país que hace frente a este horror sin medicinas ni hospitales. La población está cansada y ya no teme a las represalias violentas de las que van a ser objeto a partir de ahora.
Mientras, en España, los mismos que sentenciaban hace unos días a Hungría por su derecho a no incluir ideología LGTBI en sus colegios, ahora callan frente al grito del pueblo cubano que desespera incansable en sus calles, grito exaltado con valentía, con sentido común, con fuerza contra la dictadura comunista. Este silencio atronador delata de qué pasta están hechos los que cuentan en su haber colocar a España entre las colas del hambre y la precariedad a unos límites jamás alcanzados anteriormente. Y el que calla, otorga y se define él solo, tal cual es el partido que gobierna nuestro país rodeado de sus chiringuitos y amiguismos secuaces.
No nos iremos muy lejos en el tiempo, no hace falta, para recordar que hace un mes escaso el Parlamento Europeo condenaba la persecución ejercida por la dictadura cubana hacia sus disidentes. Una persecución política persistente y permanente con actos de acoso y detenciones arbitrarias, ataques perpetrados contra el Movimiento San Isidro y sus artistas, contra disidentes pacíficos, periodistas independientes, contra defensores de los derechos humanos, contra miembros de la oposición política y contra todo bicho que se menee en contra del comunismo imperante. Pero a lo que también hacía crítica esta comisión europea en su resolución, es a la actuación del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), al cual desautoriza en dicha actuación con respecto a Cuba por excluir de sus conversaciones a la oposición democrática cubana y por no escuchar a las organizaciones independientes de sociedad civil. Ahora bien, ¿saben quién preside el SEAE y está detrás de cada desprecio a los demócratas cubanos? El mismísimo Josep Borrell, español y representante del PSOE. Por eso no encontrarás ninguna referencia a Cuba en sus RRSS, por eso callan.
Sin embargo, el asunto está lejos de acabar ahí. Todavía el social-comunismo español es capaz de arrastrarse mucho más en el lodazal de su porquería, ya que, tan solo una semana antes de emitirse esta resolución europea, el PSOE fue pillado avisando vía chivatazo a la embajada de Cuba y lamentando no tener mayoría en el Parlamento para poder detenerlo, provocando con ello el estupor de los exiliados del régimen que se llamaron a manifestarse frente al consulado español en Miami. Este es el nivel de “podredumbre” que estamos alcanzando. Y sin un medio informativo que nos lo explique.
Este PSOE, si eres cubano, te deniega la libertad y la democracia. Es cómplice de las dictaduras que oprimen a su pueblo y lanza cortinas de humo y desinformación para cubrir y empañar su culpabilidad a ojos de aquellos españoles que solo se informan desde el sofá. Y a la misma vez que son capaces de querer ver condenados a la miseria a millones de personas, refuerzan sus sillones y su poder político con leyes tan dictatoriales como la última reforma de la ley de Seguridad Nacional donde Sánchez no necesitará someterse al control Parlamentario.
Las palabras de Santiago Abascal corren como la pólvora en estos momentos de angustia en Cuba. “El comunismo siempre acaba combatiendo a su propio pueblo”. “Mucha fuerza para los cubanos dispuestos a derrocar al régimen” “¡Viva Cuba libre de comunistas!”
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