¿Manirrotos o interesados en el negocio?

La pandemia ha cambiado todos nuestros esquemas sociales de convivencia y de confianza, tanto en uno a nivel individual como en los demás. Es decir, nos ha marcado para siempre desgraciadamente con una tara de desconfianza, de alerta social, de creer que debemos ser tutelados por el Gobierno, de estar en peligro en cualquier sitio y a cualquier hora. Una emergencia continua que se alimenta del miedo creado. Este miedo lo explotan los gobernantes a su propia conveniencia creando bulos de enfermedades, bulos de apocalipsis climática, bulos de sequía, bulos de todo lo que se pueda inventar. 

A vueltas con el recurrente tema del COVID, que parece que se ha aparcado y ya no es casi noticia, ahora pasa desapercibido, hasta tal punto que se ha normalizado, al igual que tantos otros temas que deberían causar como mínimo inquietud entre nosotros. El caso es que la masa poblacional acojonada es más manejable y dócil. No cuestiona las órdenes, no se rebelan y lo más importante: tampoco piensan. Así es cómo nos quieren ver los gobernantes, sometidos al imperio del miedo y dando gracias por el permiso para existir. Pensemos pues.

Y es que el bulo de la vacuna salvadora de la sociedad se les está acabando. Están quemando los últimos cartuchos de una traca que no es más que un negocio que genera muchísimos beneficios a los gobiernos y a las farmacéuticas.  Primero, porque no es una vacuna, sino un suero experimental transgénico. No lo olvidemos, ya que somos parte de un experimento mundial de dimensiones descomunales; no sabemos a ciencia cierta las consecuencias a largo plazo. Sin embargo, a corto plazo, se está observando un aumento de enfermedades degenerativas, circulatorias, alteraciones hormonales, alteraciones en la coagulación sanguínea….y un exceso de mortalidad nunca vista que pueden estar relacionadas con la inoculación del fármaco en cuestión. 

Para evitar que el rebaño rechace la 4º dosis, nada mejor que publicitar la oferta, pedir “SOS” ante la inminente caducidad de gran cantidad de dosis que han sido relegadas a pasar su vida útil en un almacén. Ya están en tiempo de descuento. Deben ofrecerlas como si de las rebajas se tratara, porque los ciudadanos de a pie ya no están tan predispuestos a permitir que se les pinche algo que no se sabe bien si es lo mejor o lo peor para una patología creada artificialmente. 

Nos atemorizan con la apertura de las fronteras chinas en un intento de convencer a los rezagados. Una vuelta de tuerca más a los españolitos sumisos que acatan todas las órdenes sin cuestionar nada, un toquecito de culpabilidad también funciona para aumentar la presión y unas dosis que van a caducar sin utilizarse pero eso no tiene mucha importancia. El negocio está hecho y la prueba de ello es que aun teniendo que desechar dosis que caducan sin uso, en los presupuestos de 2023 se destinan nada más y nada menos que la friolera de 1.116 millones de euros para vacunar de la 4º dosis aunque el 92,9% de la población cuenta con la dosis completa y teniendo en cuenta que el año pasado se destinaron a este concepto 1.172 millones.

Lo que no se corresponde en absoluto con la situación actual, se ha presupuestado sólo 56 millones de euros menos cuando la mayor parte de la población ya está vacunada, y cuando los lotes caducan en  las neveras. Huele mal, la verdad, de ahí el alarmismo de los expertos de nuevo14 Millones de dosis que se tiran pagadas con el dinero de los españoles que, según alguna que otra ministra, no es dinero de nadie….pero que resulta ser de todos y, por ello, se debería administrar mejor, con cabeza y como si de la economía doméstica familiar de tratase; con SENTIDO COMÚN y evitando gastos innecesarios y sin despilfarro.

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