MC8: A la espera del progresa adecuadamente

Empieza la primera prueba que está basada en los cuentos infantiles. A los concursantes les asignan un cuento por parejas y productos alimenticios que tengan relación con la historieta. Cada miembro de la pareja puede elegir el plato a preparar. Al presentarlo, deben contar una historia relacionada con algún aspecto de su vida. Sin lugar a duda, todo un reto para algunos que andan “escassi” de ideas. Para evaluar, los de MasterChef Celebrity invitaron a cuatro niños de una edición pasada de Masterchef Junior. Para ser exactos, tres niñas y un niño… a cuál más repelente. ¿Por qué son tan ‘marisabidillos’ estos concursantes menudos?

Entre lo más destacado: Laura, alias el torbellino colombiano, igual que su plato, a lo que ella consideraba cachopo y en lo que a ojos de cualquier ciudadano terrenal sería medio filete empanado con “cosas”. El ingrediente “cosas” es utilizado por varios concursantes como si fuera un comodín que garantizase la victoria. El filete que Laura mal cortó de una pieza de carne estaba correoso y con nervios. Parece que los nervios van mucho con Laura. La colombiana no para quieta y habla como cuando le damos velocidad a un audio extra largo. Su historia fue un batiburrillo de imaginación.

Otra concursante a destacar es Sandra, la señora de Feliciano sobresale naturalmente, junto a su pareja en la prueba, Toñi, son tan notorios sus méritos, que Antonia, se va acercando arrastrando los pies y el alma. Ambas parecen Hansel y Gretel. La primera podría ser otra princesa que hubiese ideado Walt Disney; muy mona ella, bonita voz, sosegada, educada, estilosa… ¿Qué va a preparar? Pues un coulant muy francés y perfecto, más los mejores bombones que se habían hecho en MasterChef. Su historia fue una oda bien traída sobre su perfecta vida. Sandra es la hija, hermana, cuñada y amiga ideales, toda una cuqui. Sin embargo, Toñi es todo lo contrario. Si con Sandra apoyas la cabeza entre las manos mirando a la vez que sonríes, con Toñi te quedas tiesa esperando en cuantas cosas la va a cag… perdón, fastidiar. Bizcocho de toda la vida, ¿Ese yogurt que usas hasta el envase para medir las cantidades? ¡El mismo! Con salsa espesa de chocolate, hormigón de mermelada de frutos secos y bolitas de arándanos y grosellas para decorar. Su cuento, didáctico. Otra pareja a destacar son Escassi y su risotto; el segundo fue fantasía de ayer y de hoy, la perfección. Su cuento fue casi igual que su nombre “escassi”. Dice que, como desde nunca no le gusta leer, no sabe contar cuentos. ¡Anda que no, condenado! Otra cosa es que los cuentos que vayas contando no sean para niños, sino para otro perfil calificado para adultos o más bien, adultas.

La otra participante es Blanca… y su solomillo troceado sumergido en 4kg de crema espesa de queso de Cabrales que invitaba a mirar para otro lado por su aspecto asqueroso. La guarnición, de manzana y nueces. Su cuento/historia narrada podía ser representada por un thriller de Stephen King y mira que, al principio, no lo parecía. A ella, de niña, le gustaba dormir mucho, la llamaban la Bella Durmiente; creía que podía volar, un día se subió a un sitio muy alto, se tiró y voló… el solomillo cortado –trozo de carne- era la representación de su cuerpo contra el suelo. Del golpe se mareó y lo echó todo encima, el vómito que expulsó estaba simulado por la crema del Cabrales, estéticamente horrible, su aroma podía olerse a 2 km a la redonda.En coma estuvo varios días, además de un tajo en el cráneo. Las manzanas cortadas y las nueces simulaban lo que se había deshecho dentro del cráneo. Al despertar, vio a un niño en la otra cama… carbonizado. Había jugado con cerillas y velas. La cara de los chiquillos del jurado era entre no puede ser y… ¿señores chefs, nos vemos obligados a probar ese vómito? La moraleja es: Niños, nunca hagáis cosas peligrosas. Y es ahí cuando empezaron a practicar el consejo no probando ni un bocado del plato. El caso de Blanca es muy particular. Ella es el hiper-realismo en vena. La prueba de exteriores deparó pocas sorpresas: Tania recibió el premio que donan a una ONG mientras que Toñi continuó con su descenso a los infiernos.

Al llegar la prueba de expulsión se enfrentaron varios, pero el reto de si me queréis irse fue entre Toñi Moreno y César Cadaval. En el caso de Toñi presenta unos garbanzos de la abuela que estaban buenos, el motivo por el cual los introdujo dentro de unos calabacines crudos y cortados por la mitad, colocados en vertical… es un misterio que tan solo ella conoce y si os soy sincera, no tenemos la necesidad de que ella nos comparta ese secreto. Mientras que César, que sería quien ganaría la prueba de expulsión acabó haciendo un conejo guisado que, de no estar troceado, hubiese salido corriendo sin la piel. El pobre se iría triste, decepcionado y abochornado hacia casa. Hasta más ver, amigos de Minuto Cotilla.

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