No recuerdo muy bien el autor, pero si recuerdo la frase, dicha por mi profesor de derecho constitucional en una clase; la frase es: “la democracia es el respeto a las minorías”. Bien, querido lector, siento informarte que no es así. Existen minorías de primera y minorías de segunda. Las minorías de primera, ya sabemos quienes son y, en cuanto a las minorías de segunda, entre otras, están los próvida. Este tipo de minoría cada vez más perseguida, no tiene reconocimiento gubernamental, no hay partida presupuestaria dentro de los Presupuestos Generales del Estado y lo que es peor, cada vez son más y más perseguidos.
Y mi pregunta es, ¿Cómo es posible esta persecución constante a los defensores de la vida? No solo en lo material, ya que no se destina nada de dinero a la causa, sino persecución mediática, social y el ensañamiento con quien se declare próvida. ¿Cómo es posible que las personas podamos desarrollar nuestra sexualidad con total libertad y lo más importante en privado, sin que nadie nos pueda cuestionar por ello y, sin embargo, hacer público ser próvida es motivo de persecución? No nos engañemos, ciertos poderes han conseguido identificar ser próvida con algo despectivo.
Recordad por un segundo, cuando estudiábamos diferentes guerras y genocidios que se han llevado a cabo a lo largo de la historia. Recordar bien esa sensación de desprecio y asco. Recordad cómo no entendíamos porque el resto de la sociedad de la época consentía dichas prácticas que acababan con la vida de las personas. Querido lector, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, en un futuro no muy lejano, también nos juzgarán.
Estamos viviendo un genocidio, un genocidio de niños no nacidos y personas abandonadas a la merced de la eutanasia. Y lo que es peor, los pocos que intentan hacer algo en favor de la vida, son despreciados y perseguidos. Espero que estas palabras no queden en vano, este quizás sea el articulo más sentimental que llegue a escribir en mi vida, querido lector. Gracias a la huella digital, en unos años, cuando ni tú ni yo nos ubiquemos en el planeta tierra… estas palabras nos darán la razón.
La batalla por la vida está perdida. Ni tú ni yo veremos el final