Santiago Cazorla González, en estos tiempos en donde los valores del fútbol se están perdiendo, es todo un ejemplo de humildad y referente para las futuras generaciones. Para mí, alguien con su señorío tanto dentro como fuera de los terrenos de juego merece ser homenajeado de todas las formas posibles. En mi caso, lo hago en forma de artículo de opinión.
El jugador nacido en Llanera, Asturias, hace 38 años, para volver al Real Oviedo tan solo puso un par de condiciones; la primera, cobrar el sueldo mínimo que puede cobrar un jugador profesional en la categoría de plata, mientras que la segunda, ceder sus derechos de imagen a cambio de que el 10% de los beneficios de esta se inviertan en la cantera. Ese ejemplo de caballerosidad de un jugador al club de sus amores, no siempre se ve en pleno siglo XXI.
Al poco de fichar por el conjunto carbayón, las ventas de su camiseta se dispararon. El club, en la actualidad, está recibiendo unos ingresos en marketing que doblan los del año anterior y eso sin contar el incremento de espectadores que acuden al Carlos Tartiere para ver al equipo del cual son aficionados.
A pesar de que los años, en situaciones normales, suelen pesar. Santi Cazorla y la magia en sus botas no se agotan. El asturiano jugó en equipos importantes de la Liga Española, en la Premier League, incluso con la selección española, en la que consiguió ganar 2 Eurocopas. Su humildad le ha hecho llegar lejos y además es un jugador completamente agradecido a la oportunidad que el fútbol le ha dado.
La verdad que siento gran nostalgia cuando determinados jugadores cuelgan las botas. El día que Cazorla lo haga, la pena abundará en mí, porque con su calidad humana hay pocos; aunque en el caso de Santi creo que tiene aún que seguir brindándole al club muchas victorias y puede que también algún que otro ascenso.
La cantera del Real Oviedo es una de las más activas a la hora de sacar jugadores importantes. Si a esto le sumamos el plus económico que Santi les brinda por ese 10% de sus derechos de imagen, el impulso será mucho más mayor y toda una motivación para el conjunto carbayón.
Me gustaría poder ver a Santi Cazorla de regreso a la máxima competición nacional del fútbol español. Sería una especie de vuelta al balompié de los años 90. Poder ver a un futbolista que permanece enamorado del club de sus amores y el cual cuida a su cantera con tiento y mimo, hacen que me emocione imaginar que todo un clásico del deporte rey español como es el Real Oviedo pudiera regresar algún día a la categoría de la que nunca debió bajar. Eso es lo que pensamos muchos de los nostálgicos del fútbol de antaño.
El nombre de Santi Cazorla, pase lo que pase con el transcurso de las temporadas, siempre tendrá la humildad por bandera, además de su calidad como futbolista que solo la tienen los jugadores que aman realmente este deporte. Él es el nuevo brujo, con permiso de Quini, pero de Llanera.
Gestos como los del actual jugador del Real Oviedo son más que necesarios para volver a reenganchar al aficionado al deporte rey en nuestro país. Porque solo así será posible mantener vivos los valores positivos no solo del balompié, sino de todos los deportes en general.
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