El despotismo del Gobierno

Un Gobierno dictatorial se caracteriza siempre por tener un solo líder o un grupo reducido de líderes y una escasa tolerancia hacia las ideas e intereses de los distintos grupos dividiendo a la sociedad, la antítesis del pluralismo político. Los dirigentes que nos gobiernan tienen la piel muy fina ante cualquier oposición o manifestación basada en un entorno mediático que parece encargarse de tapar y blanquear los gruesos errores que nos perjudican cada día más.

En esta ocasión, el Partido Socialista se rasgaba las vestiduras por una piñata de cartón en Ferraz, denunciándola ante la Fiscalía General del Estado por un presunto delito de odio. Esta la acabó equiparando como un ataque contra la Democracia, aquella en la cual la soberanía reside en el pueblo y que la ejerce el poder político. Parece que en el pueblo ya no reside absolutamente nada, porque expresarse libremente conlleva una libertad de opinión, tal y como nos indica el Art. 20 de nuestra Constitución Española donde “se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, escrito o cualquier otro medio de reproducción”, algo que parece no gustarle a el líder socialista ni a su partido.

Los de Sánchez ya no recuerdan cuando las juventudes socialistas aparecían en una foto con la cabeza de Rajoy guillotinada. Patxi López, portavoz parlamentario del PSOE, expresaba que era un acto cargado de “odio, rabia y saña” y que los responsables debían comparecer ante la Justicia y que había que “atajar de raíz esta escalada de violencia verbal». Sólo los zurdos pueden valorar lo que es pertinente hacer o decir. Ellos no pueden condenar un muñeco de trapo con un tiro en la cabeza del líder de Vox Santiago Abascal, de hecho en ese momento la Fiscalía no vio delito de odio. 

Sin embargo, este Gobierno, que se define como progresista, no para de intentar blanquear a Bildu. Patxi López volvía a la carga en una rueda de prensa ante una pregunta de un periodista, comentando que estaba “harto” de que se usara a ETA contra Pedro Sánchez. Su comportamiento ha sido altivo y soberbio, tal y como demuestran en bastantes ocasiones otros miembros del Gobierno, como es el caso del ministro de Transportes, Óscar Puente, bloqueando a todos los usuarios de una conocida red social, que no comulgaran con las ideologías de su partido.

Los socialistas son capaces de criticar cualquier acto que les repercuta, pero justifican arbitrariamente sus pactos y reuniones, aunque estén fuera del sentido común y no beneficien a los españoles, como entregar la alcaldía de Pamplona a Bildu, ceder a Cataluña los impuestos a la banca y a las energéticas, consentir que ERC, Junts y Bildu consiguieran el aval del Congreso de los Diputados para acceder a secretos oficiales y controlar el CNI, condonar 15 millones de euros a Cataluña, despenalizar las injurias a la Corona y llegar a indultar a aquellos que mancharon sus manos con la sangre de inocentes.

Porque este es el Gobierno de la gente, donde lo primordial es cambiar rápidamente el Artículo 49 de la Constitución, pero no es importante financiar medicamentos contra el cáncer, ni conceder las ayudas a los enfermos de ELA. Una Ley bloqueada 49 veces, porque 38 millones de euros se convierten en un asunto demasiado “costoso”, cuando son capaces de despilfarrar 92,7 millones de euros en publicidad institucional. Con mucha facilidad pueden reprobar los errores que cometen los demás, cuando  los suyos son infinitamente peores. Como se suele decir, este Gobierno déspota ve la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga en el suyo.

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