Queridos amigos de Minuto Crucial, la polémica ha estallado en LaLiga Santander. Vaya por delante que el escándalo del Cádiz-Valencia entre Juan Cala y Mouctar Diakhaby está bajo investigación en RFEF y LaLiga, así que debemos tratar este tema con la mayor cautela, por lo que aclaro: Todo lo que van a leer en este artículo es una opinión personal.
Lo primero que debemos aclarar es, quizás, lo más obvio. El racismo no ha de tener ningún tipo de cabida en ningún ámbito de la vida ni por supuesto en el deporte. Como ya hemos detallado en artículos anteriores, la violencia ha de ser erradicada en todas sus vertientes y formas, y por supuesto, también en la verbal, así como en las acciones discriminatorias por cualquier razón. Me parece bien que se detengan partidos por estos incidentes y que se sancionen a los infractores, sean quienes sean.
Dicho esto, ahora vamos con el gran debate. ¿Realmente hubo insultos racistas? Las declaraciones de los implicados son las esperadas. Diakhaby, con apoyo de su club, manifiesta que ha habido un insulto racista, mientras que Cala, con apoyo de su club, dice lo contrario. Hasta ahí, todo normal.
El árbitro, Medié Jiménez, refleja en acta la denuncia de Diakhaby especificando que ningún miembro del equipo arbitral lo escuchó y hasta ahora se desconoce si hay alguna cámara o micrófono que revele la verdad. Lo que sí está claro es que los indicios fueron sospechosos: un jugador no reacciona normalmente de la forma que lo hizo Diakhaby sin que haya algo grave, especialmente en una acción defensiva y abandonando una posición crítica de juego.
Por otro lado, la reacción en los minutos posteriores de Cala con una clara falta de concentración, le ponen en el ojo del huracán. En este punto, Cala puede tener una razón ajena a la sospecha para esa actitud: tengamos en cuenta que es la primera vez en la historia del fútbol español que un equipo se retira a vestuarios por este motivo.
Y luego está la actitud del Valencia Club de Fútbol. Personalmente creo que banalizaron y restaron importancia a la denuncia de su compañero volviendo al campo, y me explico: si un equipo se retira a su vestuario convencido de que el incidente es tan grave, debe ser firme en la actitud de repulsa ateniéndose a las consecuencias. No me creo que los árbitros hablaran de sanciones del Código Disciplinario o de Justicia Deportiva, ya que estos dos aspectos corresponden a órganos superiores, y la excusa de que el jugador se lo pidió suena más a justificación de arrepentimiento que a realidad.
Para acabar, hay que mencionar el linchamiento mediático, social y deportivo a Juan Cala. Estoy de acuerdo con él en que parece que la presunción de inocencia en España parece que ha desaparecido, y considero que es necesario esclarecer los hechos antes de marcar de forma permanente a un jugador de fútbol, porque al fin y al cabo es un ser humano con vida privada y personal, y al igual que condenamos el racismo, debemos condenar de forma rotunda las amenazas que ha sufrido el jugador en redes sociales.
En conclusión, creo que debemos hacer el siguiente análisis: el racismo ha de ser erradicado como toda la violencia física y verbal, se debe respetar la presunción de inocencia de todos, y debemos dejar trabajar a los organismos pertinentes para esclarecer lo sucedido y pasar página por fin de este esperpento, porque con esto pierde el fútbol y la sociedad, y en realidad perdemos todos.
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