Niños huérfanos por la justicia

Son muchos los españoles, a quienes eso de “y vivieron felices y comieron perdices” les salió rana desde hace mucho tiempo. Cada día aumenta el número de divorcios… y todo lo que ello conlleva. En los casos en los que únicamente les une ese vínculo de pareja, cuando el amor se acaba, cada uno por su lado y santas pascuas. El problema viene cuando, además, a la pareja se le unen bienes o hijos en común. 

Si solo son bienes materiales, mejor o peor, siempre se puede llegar a un acuerdo, pero cuando hay menores de por medio, la cosa se vuelve más complicada. Todavía recuerdo las palabras que me dijeron cuando tomé la decisión de separarme, en ese momento me vi envuelta en toda una guerra legal en la que yo no quería combatir “siempre es mejor un mal acuerdo que un buen juicio”, decían. En ese momento no lo entendí. Ahora años después, daría ese consejo a cualquiera que esté en la misma situación. 

La justicia no está preparada -o no quiere estarlo- para ser lo suficientemente rápida y eficiente en temas de familia y no por falta de medios. Cuando hay menores de por medio, no se trata de establecer una norma; custodia compartida, custodia materna o paterna por defecto. Se debe evaluar cada caso, puesto que si en condiciones normales cada niño es un mundo, cuando se ven envueltos en guerras que no son suyas… todavía más. 

Los juzgados tienen los medios suficientes para examinar cada caso. ¿Qué falla en la mayoría de las ocasiones? La rapidez y las ganas, no se pueden dejar al libre albedrío de dos personas adultas que han dejado de entenderse el reparto del tiempo de los menores, durante años a la espera de una resolución judicial que no llega. Está suficientemente demostrado que la tardanza de los juzgados en resolver solo crea más conflictos. 

El día 18 de mayo, “MOVIMIENTO 20M” ha convocado a todos los padres que desean pasar más tiempo con sus hijos y cuyas madres no les dejan. Los niños pasan a ser armas arrojadizas entre dos progenitores que pasan del amor al odio. No se imaginan el daño que pueden llegar a causarles. 

Lo ideal sería que, en estos casos, se hiciese lo mejor posible el reparto de tiempo y gastos, y sé de parejas que han podido hacerlo, algunas con ayuda de mediación de terceros o muy buenos abogados que han sabido poner a sus defendidos en el lugar que le corresponde. No se trata de exigir más ni menos sino lo que judicialmente le corresponde a cada uno. Pero desde el momento en el que los abogados y abogadas (no todos, pero si muchos) se prestan al juego sucio de sus defendidos, en el que todo vale y se llenan las demandas y de falacias, mal empezamos. La ley tampoco ayuda en estos casos, puesto que salvo en contadas ocasiones llegan a perseguirse o condenar las falsedades escritas en las demandas.

Es muy triste ver cómo unos padres que desean estar con sus hijos y han cumplido y cumplen con sus obligaciones como padres están privados del derecho de disfrutar de sus vástagos. Sin embargo, otros muchos caen en la dejación de funciones y obligaciones, al mismo tiempo de que no se les priva de ningún derecho. Veamos como en el tema de las pensiones de alimentos cuando existen incumplimientos y son con mala fe, al progenitor custodio se le ofrece ir por lo penal, ¿pero de qué sirve en estos casos que quien no cumple una obligación entre en prisión, si eso no va hacer que cumpla con sus obligaciones? 

La guerra que se está generando padres-madres, creo que es errónea, debería ser de ambos contra la administración de Justicia. Desde mi humilde opinión, no son iguales todos los padres, tampoco todas las madres, pero ambos deberían mirar siempre por el bienestar de los menores, dejando a un lado sus absurdas guerras. Recuerden que madre no es sólo la que pare, ni padre quien sólo engendra. Y en cuanto a los jueces, abogados, funcionarios y peritos, dejen de lado sus criterios políticos, y pónganse a trabajar para que los menores sufran lo menos posible en estos casos para que estos puedan disfrutar de su tiempo con quien le corresponda. 

Desde aquí quiero decir a todos esos padres que realmente quieren y desean estar presentes en la vida de sus hijos, que luchen, que no están solos. Padres como “Un papá maravilla”, “Papá de Caro” o “Un papá por la verdad” –entre otros- os animo a todos en vuestras cruzadas. Al final el tiempo pone a cada uno en su lugar y el vuestro está cerca de vuestros pequeños.

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