Lo del PSOE y Podemos con el lenguaje inclusivo ya es para hacérselo mirar, en serio. Comenzaron con las miembras de Bibiana Aido y ya vamos con el todes y elles de Irene Montero. Lo siguiente será hacernos ver que existen perros que se sienten humanos o gatos que se identifican desde su nacimiento con las mofetas. Cada año que pasa, el gilipollismo crece como la espuma y esta clase de políticos lo que están haciendo es que los suyos se vuelvan más garrulos… Los que tenemos una tendencia más liberal, con estas políticas nos reconvertiremos en conservadores y si no, al tiempo.
Espero y deseo que la RAE tumbe de una maldita vez a estos inclusivos como así lo han hecho en Francia, un país en donde tienen políticos –con sus defectos- de calidad. Sin embargo, a los de aquí, lo mismo les da por decir todos y todas o miembros y miembras, pero se mosquean cuando juegas con su ‘inclusivo moderne’ en el momento que afirmas eso de cargos públicos y cargas públicas. ¡Señoros, que yo también me pongo inclusivo pero, lógicamente, cuando me interesa, tal y como hacen ustedes! Toda esta izquierda falsaria que juega a ser cosmopolita y algunos OVNIS de la derecha semizurda por sus políticas nos pretenden meter el inclusivo con calzador, porque parece ser que eso ayuda a la visibilidad de las mujeres y los LGTBI, o eso dicen.
Que unos incompetentes que nos gobiernan malamente malgasten el dinero ajeno, se veía venir. ¿Gastarlo en sanidad para que tengamos una mejor calidad de vida? ¿Intentar que los empresarios tengan las ayudas suficientes como para no cerrar sus empresas y para que estos puedan mantener a los trabajadores que tienen en vez de ir despidiéndolos? Nada, que la mejor manera de (mal)gastar el dinero para ser súper tolerantes con los colectivos feministas y LGTBI es darle hostias al diccionario con su lenguaje inclusivo que en vez de incluir lo que hace es excluir a la gente con cultura y sentido común. A aquellos elementos que siguen repitiendo el mantra aquel que en España ni las mujeres ni los trans tienen derechos, en Marruecos los querría yo ver; a ‘ellos y ellas’ y también a ‘elles’.
La izquierda se cree que todes somos gilipolles y claro, así va el país cuando tenemos a dirigentes que mienten más que hablan y aun así les siguen votando. A la gente normal no la adoctrináis, solo a la inestable y manipulable con el fin de captar sus votos que desgraciadamente, valen igual que el mío. En España lo que se premia es el trabajo, el esfuerzo y la dedicación de un trabajador y no miramos exclusivamente el sexo de la persona –a nivel general—ni tampoco con quien se acuesta esta. Su inclusivo nos trata a todos los españoles de gilipollas y se creen que la inmensa mayoría somos borregos que creemos en su ‘buen hacer’ cuando en realidad lo que buscan es meter a sus amiguitos en chiringuitos para vivir a cuerpo de rey mientras el resto las pasamos canutas para llegar a fin de mes. Solo hay que ver a quienes han metido en los chiringuitos basados en el feminismo, a sus ‘amiguis’.
Para terminar, espero y deseo que este Gobierno de cínicos y prepotentes que persiste gracias al apoyo de los independentistas termine ya. Una ejecutiva que juega a ser tolerante con el que excluye al español o a todo aquel que defiende la familia tradicional o que tilda de facha, fascista u otro tipo de palabro a quien defiende el discurso políticamente incorrecto no puede llamarse progresista y con el tiempo, por su mala praxis y por chorradas como esta del lenguaje inclusivo espero que caigan porque merecemos un Gobierno más competente y menos inclusivamente gilipolles.
Periodista bilbaíno a jornada completa, anteriormente locutor en Cadena SER Miranda y al mismo tiempo articulista en diversos medios digitales. Amante del gimnasio y la naturaleza a tiempo parcial.
“Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”
-Steve Jobs.
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