Nos va la vida en ello

Comunismo o libertad. Drástica frase que impacta al escucharla, pero lo cierto es que cada vez en España se nos quitan más derechos y se restringen libertades de las que hasta hace poco se gozaba.

El Gobierno avanza a todo tren hacia la Agenda 2030 en medio de un solar de cerebros que, por el entrenamiento del mínimo esfuerzo o bien por desinterés, no acaban de dar a la tecla ON y comenzar a tener conexiones neuronales reales, no prefabricadas al gusto del que dicta cómo hay que sentir, lo que se debe pensar, incluso la opinión sobre cualquier tema. Hoy por hoy tienen argumentarios para evitar y contrarrestar disidentes o pensadores con criterio que se cuestionen la doctrina “comúnmente aceptada” e incluso atacan intentando ridiculizar en público al que no piense como la mayoría.

La decisión personal de vacunarse o no, es de libre elección. No se puede obligar a la población a que se vacune, de ahí las campañas de persuasión y blanqueamiento de las secuelas de las vacunas, las recomendaciones desde todos los estamentos y profesiones, la “inmunidad de rebaño”, la manipulación con “ser solidario”, contribuir al bien común y esas frases tan idílicas con las que siempre intentan convencer y manipular las mentes del rebaño.

Incluso el Tribunal Internacional de Núrenmberg, en 1947, dictó las bases del Código de Núremberg, por el que se establecen los requisitos a tener en cuenta en los experimentos médicos permitidos. El primero: el consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial. El segundo: el experimento debe realizarse con la finalidad de obtener resultados fructíferos para el bien de la sociedad. Así hasta 10 pautas de buenas prácticas…

El problema que tenemos radica en que nos lo han “vendido” como la única solución, habiendo más tratamientos destinados a la curación de la enfermedad como expliqué en mi artículo Pandemia, beneficios netos” en el que abordaba el tema de los fármacos como el Molnupiravir y algunos más de los que no se ha vuelto a hablar más. ¿Por qué?  Porque no interesa curar.

Hoy por hoy, han convencido a casi todos de que el único remedio es la vacuna, y estamos viendo cómo van lentamente destilando casos de vacunados contagiados, vacunados en la UCI, muertos con las dos dosis…, claro, te explican que la vacuna no es 100% fiable, pero no te dicen que hay efectos secundarios graves de los que tienen que informarte al decidir inyectarte el suero, así le llaman últimamente, para no incurrir en engaño.

Cambiando de tercio…ahora tienen sometida a la población de tal modo, que son tus conocidos los que te interrogan, ¿te has vacunado? Parece una nimiedad, pero resulta una total invasión de la más estricta intimidad. Es el resultado de la campaña de selfies vacunándose, todo muy glamouroso hasta que llegan los efectos secundarios. Ahora disfrazan una inflamación de ganglios linfáticos de caballo con “hace crecer los pechos de las mujeres”, esta es la última burrada que han dicho hoy en el telediario. Y así consiguen que seamos policías de nuestros vecinos, que seamos críticos entre nosotros mientras el Gobierno avanza hacia un Estado donde reine la falta de libertad. En las empresas se aparta a los no vacunados, incomprensible, pues están más expuestos a tener todos los síntomas.

Recuerden que la vacuna no cura, no protege y no evita que contagies o que te contagien. Sólo te evita que desarrolles una sintomatología grave. ¿Te has parado a pensar si vas a desarrollar una sintomatología así? A los que han pasado la enfermedad no les vacunan más que con 1 dosis… ¿No se supone que están inmunizados al haber superado la enfermedad? ¿Cómo saben que todos se tienen que vacunar si no hacen pruebas de antígenos antes? ¿Cómo saben que necesitaremos la tercera dosis si no testan nuestro nivel de antígenos? ¿Cómo se atreven a inocular el experimento sin consentimiento expreso del ser humano al que se le inyecta? ¿Acaso tienen una triquiñuela legal a través de la cual si no te opones formalmente estás consintiendo que experimenten con tu cuerpo? ¿Y que si “sale mal” no se hacen responsables? Podríamos seguir….

Pero no me parece productivo dar “todo ya pensado y masticado”. Ahora tienen ejércitos de súbditos que desconocen que lo son, que “compran” el discurso del “bien común” y recriminan a todo aquel que ose hablar en contra de la vacuna.

¡¡Negacionista!!, ¿perdone? ¿No tengo derecho a cuestionar la eficacia de una vacuna que no es vacuna, que resulta ser un tratamiento experimental con el que se supone que no te mueres, pero que lo pasas mal?

 ¡¡Insolidario!!, ¿perdone? ¿Por qué usted se haya prestado a que la ciencia experimente con su cuerpo les debo permitir eso yo también? ¿Y si se tiran por un puente, yo también?

¡¡Irresponsable!!, ¿perdone? Que, si hasta ahora no he tenido conocimiento de haber contraído la enfermedad, ¿por qué habría de contraerla ahora? Además, para eso es la medicina, para curar. No creo que la célebre frase de que los beneficios superan a los riesgos sea aplicable en esta pandemia. Por qué los riesgos son de cada uno, y es la persona como ser único, la que decide cómo jugarse la vida.  Porque nos va la vida en ello, como dijo la ministra que luego se fue a la Clínica Ruber a que la curasen.

Pedían jóvenes y niños para el experimento, como no se presentaron voluntarios, crearon la necesidad. Los viajes de fin de curso fueron el terreno perfecto. Y ojo con la vuelta al cole, que una ministra dijo que, si no podían en verano, “los cogeremos en las aulas…”. precisamente, la que dijo que los hijos no son de los padres, que pertenecen al Estado. Ahí lo dejo.

Considero muy triste y de muy poco valor como personas, presionar a alguien para que se vacune en contra de su voluntad, pues entonces se habrá terminado la libertad para siempre. Sólo pido un poco más de criterio y de cordura, solo eso. Luego, por supuesto cada cual es libre de elegir.

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