Presidente del Bicentenario: un peruano para todos los peruanos

Con la proclamación de Pedro Castillo Terrones por el Jurado Nacional de Elecciones – JNE (19 de julio de 2021) concluyó la incertidumbre de las Elecciones Presidenciales 2021, dentro de un contexto sui géneris.

Cito algunas de las primeras palabras del electo presidente que quedará en la memoria de todos los peruanos: «Ha llegado el momento de llamar a todos los sectores de la sociedad para construir unidos, en este Bicentenario, un Perú inclusivo, un Perú justo, un Perú Libre. Sin discriminación y, por los derechos de todos y todas”, también dijo: “Convocamos a los pueblos afro, costeños, andinos y amazónicos, a la clase trabajadora y sus gremios, a las comunidades nativas, campesinas y a toda sociedad para hacer de esta patria hermosa. Hoy hermanas y hermanos, inicia una nueva etapa en nuestra historia».

Probablemente, dicho mensaje, para un grupo de peruanos solo sea un discurso retórico mas, además de superficial, común e intranscendente. En cambio, para otros, remarca una visión de cambio hacia una verdadera inclusión de los pueblos del Perú profundo en los planes del Gobierno, y un anhelo por querer lograr una conexión real entre los pueblos de la Costa, Sierra y Selva, con miras a cerrar las brechas sociales tan notorias en la sociedad peruana actual; en suma, dicho discurso tendría un impacto directo para todos los peruanos y peruanas que defienden una sociedad mas unida, sin odios ni rencores.

Es sabido que, para mantener coherencia en el discurso, Pedro Castillo tendrá que tender puentes con todos los actores políticos a fin de establecer un modelo de la transformación del país el cual deberá transcender hacia la gobernabilidad democrática, para garantizar estabilidad política. Lo dicho es lo ideal, pero lo cierto es que no todos los actores querrán dejar de lado sus propios intereses políticos y económicos, en defensa de los intereses de la población; pues en ese contexto, no se puede ignorar las practicas obstruccionistas que podrían presentarse. Por ello resulta imprescindible que los parlamentarios del Bicentenario sumen esfuerzos en colaborar por la gobernabilidad del país dejando atrás las diferencias políticas cuando la agenda es el bien común.

Cabe resaltar que la sociedad civil es hoy un actor clave que deberá exigir el cumplimiento de los derechos políticos, económicos, culturales y sociales. Además, de cumplir un rol que implique vigilar y evaluar las actividades del gobierno. Queda claro que dicha participación no significará el entorpecimiento en la gestión del régimen de turno, por el contrario, supone sumar esfuerzos – entre la sociedad civil y el Estado- para lograr un desarrollo sostenible. Esto último, se traduce en lograr un desarrollo equitativo, en mejorar la calidad de la educación, combatir el cambio climático, conseguir una salud pública de calidad, entre otros.  

El nuevo Gobierno deberá transmitir confianza, seguridad y paz, dejando atrás la incertidumbre. Por ello, es de vital importancia el cumplimento de las medidas para los primeros 100 días fijados en el plan de gobierno «Perú al Bicentenario sin Corrupción» -presentado por Pedro Castillo en la segunda vuelta electoral- cuyos ejes prioritarios son los siguientes: programa nacional Perú libre de pandemia; relanzamiento del empleo y la economía popular; inicio del proceso de segunda reforma agraria; aporte justo de empresas para aumentar la inversión en educación y salud; gas para todos; retorno seguro y oportuno a la educación presencial; y la convocatoria a referéndum constituyente con gran diálogo nacional y popular.

En la medida que el Gobierno de Pedro Castillo presente un gabinete presidencial moderado y no radical, conformado por funcionarios públicos eficientes y honestos, con vocación de servicio, y trayectoria política sin corrupción; se podrá conseguir que los ejes prioritarios finalmente se cumplan. Y para generar un contexto de confianza para aquellos peruanos que no votaron por la plancha electoral de Perú Libre, Castillo tendrá que tomar un distanciamiento real con Vladimir Cerrón.

Para terminar, Pedro Castillo nos guste o no es nuestro presidente del Bicentenario, un peruano originario de la provincia de Cajamarca -capital del carnaval peruano- que esperemos cumpla la promesa en trabajar para todos los peruanos y peruanas, con respeto a la Constitución y de las Leyes. Felices Fiestas Patrias.

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