Malas compañías

“Dime con quien andas y te diré quién eres”. O “El que se junta con un cojo, a la semana cojea”. ¿A quién no le han dicho o quién no ha oído alguna vez uno de estos refranes? Pues parece que tan bellas composiciones del castellano popular no han tenido todavía un calado suficiente como para hacer pensar dos veces a alguien acerca del “árbol al que se arrima”.

Pues hay gente entre los “populares” que parece no haberse enterado de que hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir las compañías con las que uno se junta. Y es que es muy importante conocer en qué lado de la balanza se sitúa uno. El otro día nada más y nada menos que la presidente de Nuevas Generaciones del Partido Popular, la diputada Bea Fanjul, colgó en su cuenta de Twitter una publicación con la que mostraba su “afinidad” con el presidente de las Juventudes Socialistas. Así es. Los que ven en Vox poco menos que al demonio personificado acuden a los actos socialistas a aplaudir a sus dirigentes. Y luego esperan que alguien vea en Pablo Casado una alternativa real a Pedro Sánchez. ¡Pobre diablo!

Y es que a Casado, a la postre súbdito de los designios de Teodoro García Egea, no le ha bastado con negociar vilmente los órganos constitucionales más importantes con la misma izquierda que patea la Constitución a la más mínima oportunidad. No. Ha tenido que ir más allá. Ha llegado a “tender la mano” al PSOE en una suerte de gran coalición para apartar a Vox del gobierno. Todo les vale por mantener la gran mentira en la que han convertido la política española. Todo vale cuando se trata de mantener los privilegios. Todo vale, incluido la propia autodestrucción. ¿Pero en qué estarán pensando en Génova 13? ¿Cómo es posible que un partido político con décadas de existencia -y de gobierno- a sus espaldas pueda estar tan alejado de la realidad social y del malestar generalizado que existe contra Pedro Sánchez y el que es el peor gobierno de España desde hace más de 80 años?

Todas estas jugadas nos llevan a recordar el pacto de la vergüenza, el “Pacto del Majestic” por el que Aznar rindió España ante las ambiciones -y luego supimos que intereses económicos- de Jordi Pujol y el ya en desarrollo germen del separatismo catalán. El Partido Popular siempre tropieza con la misma piedra y esa piedra tiene forma de necesidad: de necesidad de mantener a miles de enchufados en las instituciones -incluido Toni Cantó- y de seguir en la vía de expoliar a los ciudadanos en nombre de ese falso liberalismo que predican. Al final nos vamos a tener que creer que lo único que espera el PP es que el PSOE pierda el poder para cogerlo y beneficiarse hasta la siguiente derrota electoral. Y así seguir con el círculo, ese círculo vicioso que se genera cuando lo único que buscan los dos grandes partidos es el bipartidismo -valga la redundancia- que tanto sudor está costando mantener a los españoles para solo recibir palmaditas en la espalda y patadas en el culo.

Y no solo son capaces posar y pactar con el PSOE. Para nada. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón (PP), ha pactado los presupuestos de la institución provincial con Compromís, aceptando todas sus propuestas a pesar de que numéricamente era innecesario. ¿Acaso el PP en la Comunidad Valenciana espera tener a Mónica Oltra como su Jordi Pujol? ¿Qué es lo que se puede negociar con Compromís en un despacho cerrado que pueda beneficiar al conjunto de los alicantinos, valencianos y castellonenses? Pues nada bueno, apostaría.

Todo esto sería anecdótico si no fuese porque son pequeñas pistas que nos van dejando los “populares” acerca de la realidad de su estrategia: no depender de Vox, pero sí del PSOE. Ganar las elecciones por una diferencia mínima con la izquierda y exigirle una abstención a un Pedro Sánchez cuyo “última misión” sería la de alejar al partido de Santiago Abascal del poder. La manifestación más absoluta -y vomitiva- del establishment político español. Pablo Casado y sus huestes quieren cambiar para que todo siga igual.

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2 Comments

  1. Te recuerdo Mario, que Friedrich Hayek, dedicó su libro «Camino de Servidumbre», «a los socialistas de todos los partidos». El PP, ideológicamente es más afín el PSOE que a VOX y firmaría sin dudarlo una vuelta al bipartidismo, aunque estuviese que esperar seis años más, a sabiendas del perjuicio del país; cree que VOX es su enemigo porque podría desbancarlo, por eso no deja pasar oportunidad para demonizarlo, pero la pregunta es ¿qué obtiene VOX de su apoyo al PP?

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