El Titanic progresista

Viendo la película de James Cameron o cualquier otra versión, uno sabe lo que va a pasar: el barco se va directamente a pique. La única diferencia es que lo protagonicen actores de primera, como en la mítica versión del canadiense, o los intérpretes sean de segunda o tercera como en los numerosos bodrios existentes sobre una de las embarcaciones más famosas de la historia. 

Si trasladamos lo anterior a la política, es un poco lo que ocurre en Madrid: vas a la Asamblea donde te van a caer por todas partes y lo sabes. Esa mañana has tenido que hacer un esfuerzo para levantarte de la cama porque eres conocedor de lo que te viene encima y aún así, te empeñas en realizar una interpretación desastrosa. Porque eso es más o menos lo que hace la izquierda madrileña cada vez que propone, defiende o ataca cualquier causa.

El pasado jueves se rechazó en la Asamblea de Madrid las enmiendas del PSOE y de Más Madrid al proyecto de Ley de Derechos, Garantías y Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia en la Comunidad. Se trata de actualizar una ley que data del año 1995 y en la que todos los grupos deberían de estar de acuerdo por motivos obvios. Pues no, Más Madrid votó en contra nada más y nada menos porque el uso de la palabra “menor” deja en inferioridad a los menores de edad respecto a los mayores (es complicado escribirlo y explicarlo sin ofender a los camaradas de Pablo Iglesias) tal y como expuso Tania Sánchez, la misma que defiende a capa y espada a su amiga Mónica Oltra por un invento de la derecha con una menor de por medio.

Como no tienen bastante, Mónica García propuso un impuesto a los propietarios de las casas vacías que hay en la capital de España, con una explicación digna del mejor experto inmobiliario: “Una vivienda sin uso, es una vivienda sin uso”. Pero qué obsesión tiene esta gente con los que poseen ladrillo, más les vale que dejen de fomentar la ocupación de las mismas, que ese sí que es una de las preocupaciones hoy en día no solo de los madrileños, sino de todos los españoles. Y es que las ocurrencias de Más Madrid no tienen límite, como cuando se plantaron en la asamblea madrileña mostrando una compresa con el fin de denunciar la pobreza menstrual (pobreza es a lo que llevan sus políticas) o más recientemente unos preservativos con el logo de la formación y el lema “Aunque tengas una mala racha”. Es de suponer que con estos habrán tenido un éxito rotundo, al menos entre sus filas, porque sí que es cierto que la racha que llevan no es para tirar cohetes.

Eso sí, su tema estrella, es el del feminismo, el empoderamiento y demás vocabulario supuestamente progresista. La que se ha liado con lo del colegio mayor Elías Ahuja. Criticable, sí, por supuesto, escuchar en medio de la noche tales dulces palabras, es un poco patético y retrógrado. Pero el hecho de que salgan las propias ofendidas quitándole hierro al asunto ¿no significa nada? ¿O es que la izquierda de este país es la que decide cuándo una mujer es atacada o insultada? Hasta la Fiscalía se ha metido por medio. Cualquier cosa vale con tal de desviar la atención de la gestión del Gobierno de Sánchez y si encima ocurre en Madrid, mejor, que algo le caerá a su Presidenta. A ver cuando ponen tanto empeño y respetan la resolución europea por la cual se condena los crímenes cometidos por el comunismo y sin embargo las banderas con la hoz y el martillo o la cara de Stalin ondean a sus anchas en determinadas universidades del país, por poner un ejemplo.

Pero no solo de Más Madrid vive la antipolítica madrileña, los socialistas también tienen lo suyo. Lo de la campaña contra Ayuso incitando a hacer memes con su cara es más propio de bullying en el colegio que de la gestión o iniciativa que debería de primar en cualquier formación. Aunque su número uno, Juan Lobato se quedó tan ancho cuando dijo que con él, el 95 % de los madrileños pagarían menos impuestos. Habría que preguntarle que si fuera así y siguiendo uno de sus mantras, cómo se iban a pagar la sanidad, la educación, etc. O mejor aún, si conoce la fórmula, que se lo diga a su jefe nacional y lo aplique, porque las palabras Presidente de Gobierno y bajada de impuestos no casan.

En cualquier caso y volviendo a las primeras líneas, está claro que los progresistas de la capital (y casi todos los demás pueblos) no pasan por un buen momento. A sus líderes les ha tocado lidiar con la que nadie quiere; mira que hay comunidades y Ayuso tuvo que nacer en Madrid. Sabes que vas a perder, lo mires por donde lo mires, pero al menos húndete con dignidad. Los votantes de izquierdas madrileños se merecen algo más que compresas, preservativos y demás mamarrachadas.

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