El panorama político actual no deja lugar a dudas de que, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha convertido en uno de los hombres más mediáticos en este país. Precisamente, no lo ha hecho por su condición de persona querida, sino por todo lo contrario. Sánchez es uno de los presidentes más criticados en nuestra democracia. Desde que comenzó su legislatura, en el año 2018, la opinión sobre el líder de la ejecutiva ha cambiado y mucho. No es de extrañar, puesto que se ha dedicado a incumplir todo lo que decía o más bien a hacer todo lo que aseguraba que eran líneas rojas para él.
Entre las políticas perjudiciales hacia nuestro país, aparte de sus mentiras, cabe destacar el derroche de miles de millones de euros para intentar mejorar su imagen personal o el dinero y los privilegios que se le está dando a Marruecos, nuestro país vecino, ¿por algún motivo especial? A todo esto, también hay que destacar que muchos de los históricos del PSOE quieren desmarcarse del actual Secretario General del partido del que ellos forman. Ninguno lo dice abiertamente, pero, en ocasiones, los silencios manifiestan más que las palabras.
Los abucheos por toda España por cada lugar geográfico por el que transita, también está a la orden del día. Mitin que hace, mitin que le boicotean. Lo mismo son simpatizantes descontentos con sus políticas que personas indignadas con el bipartidismo u otras formaciones extraparlamentarias. No es de extrañar que todo esto pase, Sánchez está gobernando entre mal y fatal.
El despilfarro del gasto en nuestro país es descomunal. Millones de euros del erario público se están dilapidando sin explicación alguna y algunos de ellos pasan desapercibidos por los medios tradicionales. Por ejemplo, tenemos el caso de la inyección de dinero público para RTVE, con un gasto de 200 millones de euros en la compra de programas externos Algunos de ellos, por cierto, han sido todo un fracaso como los sendos presentados por Julia Otero y Ana Morgade. A este gasto superfluo hay que sumarle los 15 millones de euros que gastamos en las encuestas del CIS de Tezanos. El resultado, en el 99% de las veces, hunde al PP y Vox, aunque esté en auge el caso Mediador que afecta al PSOE. Y esto sin contar las subvenciones a los sindicatos, la última de ellas de 17 millones de euros. ¡Increíble!
A todos los mencionados con anterioridad, hay que sumarle el del gasto de 150 millones de euros, por supuesto, aprobados por el Plan de Publicidad y de Comunicación para elaborar 193 campañas institucionales. Supuestamente, esta ingente cantidad se realiza con el fin de difundir información a la ciudadanía, “información”. Sinceramente, saldría mucho más rentable mandarnos mensajes vía WhatsApp. Pero, desde luego, lo que me deja anonadada es la friolera cantidad de 600 mil euros que se destinarán a fortalecer a 250 cooperativas compradoras de ‘anacardos’ en Costa de Marfil. ¿Y los 43 millones de euros para el desarrollo de aplicaciones informáticas para la Agencia Tributaria, teniendo en cuenta que ya han sufrido varios ataques de phising, dos de ellos realizados en poco menos de una semana? Y así podría estar durante horas.
En resumen, si todo el dinero que Sánchez derrocha para lavar su imagen y contentar a sus amigos lo dedicara a gastárselo en beneficio de la ciudadanía, seguramente, ya no existiría la crisis económica. Esto no es magia, son tus impuestos y parece ser que con ellos juega a la ruleta del derroche.
Sensacional artículo Patricia.