Izquierda, derecha, delante, detrás…

A escasos días de la celebración de las Elecciones Generales, el panorama político está que arde. Los candidatos muestran sus cartas y se nota que los nervios están a flor de piel. Ya quedó patente en el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

La debacle de la izquierda es absoluta, ante un líder que ha sacrificado a España durante toda su legislatura, porque no ha dejado títere con cabeza. Ahora es el momento de recordar algunas de sus malas praxis, porque todas serían casi imposibles y, sobre todo, las menos conocidas ya que los medios de comunicación parece que no quieren sacarlas a la luz. En su ansia de combatir el cambio climático, Sánchez ha entregado la friolera cantidad de 1800 millones de euros a Resilience & Sustainability fund, una entidad internacional que trabaja contra la crisis climática. Por supuesto, el líder del PSOE la combate utilizando el Falcon a merced, para asistir a mítines propios del partido, realizando viajes “fantasma” a Republica Dominicana, asistir a conciertos…

Otro de los gastos de este Gobierno a tener en cuenta son los 600.000 euros para fortalecer a 250 cooperativas compradoras de anacardos en Costa de Marfil. Está claro que su prioridad no son las necesidades de la población española. En plena crisis del Covid, destinó 100 millones de euros para su Plan de Publicidad y Comunicación Institucional, pero lo que más les va llamar la atención es el gasto de Sánchez en asesores que asciende a la friolera suma de 64,1 millones de euros.

No pararíamos de usar la calculadora para realizar la suma del dinero que Sánchez ha malgastado en esta legislatura, además de leyes y reformas penales, como la eliminación del delito de sedición, la reforma de malversación, cambiar la ley para burlar al CGPJ y poder controlar al Tribunal Constitucional y un largo etcétera que hacen que obtenga el premio del peor Presidente de la Democracia. Pero, no se confíen, puesto que su opositor Alberto Núñez Feijóo no nos va a salvar de este cáncer.

Esta misma semana, el líder del Partido Popular parece tenerlo muy claro en algunas de sus declaraciones, afirmando que “Vox no es un buen socio, y que se siente más cercano a Page”. Es más, para rizar aún más el rizo, no descarta contar con el apoyo de PNV o Coalición Canaria con tal de no pactar con Vox. Y afianza su convicción de que, si llega a ser Presidente del Gobierno, telefoneará de forma intensa a Felipe González. También creo que los votantes del Partido Popular estarán encantados de que su presidente sea más afín a un partido de Izquierda que de derecha, sobre todo, cuando lo que quieren es derrocar al Sanchismo, no un acercamiento con el supuesto enemigo. Déjenme que les diga que parece que todos han perdido el norte.

No nos olvidemos que, tanto PP como PSOE, defienden la globalista Agenda 2030, los objetivos de desarrollo sostenible donde las élites controlarán a la población. A modo de curiosidad y como dato ambos partidos votan exactamente igual en Bruselas el 90% de las veces. Yo lo defino como el mismo perro distinto collar. No solo tenemos estas opciones de voto, podemos añadir a la ecuación, al partido de Yolanda Díaz, Sumar. En su intento de rascar votos, la formación de la Vicepresidenta Segunda del Gobierno nos muestra una concatenación de ideas peregrinas. La gallega parece vivir en un Barrio Sésamo continuo, lanzó la propuesta de entregar 20000 euros a todo aquel que cumpliese 18 años para emprender o formarse. Que nos explique entonces porque nos obligan a los españoles de a pie a apretarnos continuamente el cinturón, si parece que tenemos dinero para dar y regalar.

Otra de las grandes ideas de la señora Díaz es incentivar el efecto llamada de los inmigrantes, según explica, para lograr una sociedad intercultural, limitando las identificaciones policiales para evitar el sesgo racial y la prohibición de las devoluciones en caliente. Todo ello bañado con un cambio en el modelo policial construido sobre la cercanía y el respeto a la ciudadanía. En resumen y para entenderlo mejor quitar autoridad a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, desmilitarizando incluso a la Guardia Civil.

Otra de las apasionantes ideas que Yolanda prometía era expulsar de la carrera a los periodistas “que manipulen y desinformen”. La cual no le quedó otro remedio que rectificar horas después ante la avalancha de críticas que obtuvo. Obviamente, se trataba de una medida anticonstitucional que creaba un conflicto con el artículo 20, donde se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente pensamientos, ideas y opiniones mediante palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. Básicamente, a la libertad de cátedra.

Llegados a este punto, solo nos queda hablar de Vox. El partido que lidera Santiago Abascal tiene un mensaje muy claro, tirar de Sentido Común. La formación no cambia su discurso vaya donde vaya. Donde verdaderamente se produce un cambio que no había propuesto ningún partido hasta ahora. Utilizar el artículo 92 del Texto constitucional para que todos los españoles podamos decidir sobre los asuntos de especial trascendencia, es decir preguntarnos nuestra opinión como ciudadanos. Quieren garantizar el agua para todos, proteger a las familias, defender nuestras fronteras, seguridad en nuestras calles, recuperar el tejido industrial y por supuesto garantizar la soberanía energética de España, algo que Sánchez intentar boicotear continuamente.

Pero para cumplir todos estos propósitos; debemos ser valientes, dar un paso al frente y cambiar de una vez las creencias bipartidistas que llevamos arrastrando tantos años, porque España se merece un cambio. Ahora tenemos en nuestras manos la oportunidad de acabar con la tiranía Sanchista a la que hemos estado sometidos. Ya no podemos aguantar más líneas rojas que pongan en riesgo nuestra democracia. Ahora más que nunca ‘Vota lo que importa’.

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