Dicen que, en los momentos duros, salen los héroes y heroínas que salvan a la Humanidad de un infierno en la tierra. A nuestros abuelos y padres les tocaron varias guerras de las que se ven, porque muere mucha gente y se mueve maquinaria pesada. A nosotros también nos ha tocado una, pero tan sutil que la mayoría de gente ni siquiera, es consciente de que está siendo asesinada de múltiples formas y todas dentro de la legalidad.
Previamente, han ido preparando el terreno y para ello qué mejor que comprar todos los medios de comunicación a su alcance. Los han convertido en furcias, sólo se mueven previo pago y no ofrecen sus servicios nada más que a quien los pueda pagar. La Caja Tonta actúa como un péndulo de hipnotizador, una vez fijas la mirada, en tu mente van entrando mensajes, básicamente para aterrorizarte y que pienses que sólo el gobierno podrá salvarte. De modo que, cuando esos supuestos salvadores dicen que hay una pandemia mundial, el televidente se paraliza a la espera de la orden oportuna. Esta no tarda en llegar, a bombo y platillo, gratuita, salvadora, gregaria. Ni siquiera, se pueden parar a pensar porque su cerebro sólo obedece a determinadas palabras.
He hablado de pandemia, pero podría ser el cambio climático, o una posible invasión alienígena. El plan es casi perfecto, como un asesinato minuciosamente planeado, salvo por un error de cálculo, algunos elementos díscolos, son incapaces de seguir al péndulo porque su mente no para de cuestionarlo todo y aunque oyen, virus, mascarilla, vacuna, calor extremo, gases de invernadero, son incapaces de ponerse en marcha. Afortunadamente, para la élite globalista no suponen ningún peligro, salvo que vayan convenciendo uno a uno a los hipnotizados.
Tarea ardua y lenta porque son tachados de lunáticos y apartados de la sociedad, a pesar de que poco a poco sus temores se van cumpliendo y demuestran que tenían razón en todo. Pero aceptar que has sido engañado duele y requiere de mucha humildad para comprender y analizar el conjunto y no sólo los elementos. Sin embargo, la maldad no descansa y se avecinan nuevas catástrofes, como arruinar la agricultura, destruir la ganadería y poner un precio brutal al agua, la luz, incluso al aire que respiramos. Nuevas mentiras que sustituirán a las anteriores, más y más miedo oprimiendo al individuo, desesperación. Lo tienen todo perfectamente estudiado. La libertad individual será vilipendiada, la masa engullirá al individuo y todo aquel que ose disentir será tachado de hereje.
Pero no todo está perdido, es tiempo de lucha, de apretar el puño y no desfallecer, por ellos, nuestros hijos, nietos, que no nos echen en cara que fuimos unos cobardes. Estamos en el punto de inflexión: es ahora o nunca, nos lo quitarán todo y nos convencerán de que así seremos felices. ¿Recuerdan el péndulo? Apaguen la tele y lean La Odisea, verán que todo está ya escrito.
Un gran artículo. Un saludo