Democracia desde el destierro de LATAM

Las dictaduras militares de Venezuela, Cuba, Nicaragua, suman millones de desterrados. SOMOS millones de pollos sin cabeza que buscamos desahogo en redes sociales y equivocamos una y otra vez estrategias para que se reconozcan esas tiranías como totalitarias, antidemocráticas, violadoras de derechos humanos y como no, financiadoras y colaboradoras con el terrorismo.

Recientemente, hemos quedado estupefactos como se mantenía a Cuba en la comisión de derechos humanos de la ONU, un país con más de mil presos políticos, civiles que protestaron pacíficamente el 11 de julio de 2001 o #11J como popularmente es conocido ese día. Este hecho ha sido denunciado hasta por Amnistía Internacional, organización poco dudosa de ser favorable a llamada “derecha” o apoyar organizaciones cubanoamericanas con tradición anticastrista. Y es que, desgraciadamente, la izquierda se organiza mejor y su capacidad de tragar todo lo que se dice de izquierda y vaya conta EEUU. Así descuarticen niños, secuestren y violen mujeres o ahorquen homosexuales… pero “la política es así”, que diría Pablo Iglesias Turrión.

El Grupo de Puebla ha sido su mejor creación donde en sus estatutos hacen un llamado a “mantener la soberanía de Cuba, Nicaragua y Venezuela”, así como crear organizaciones y fundaciones para extender su propaganda neomarxista -llevar la llamada “lucha de clases” al sexo, raza, preferencias sexuales, etc-. ¿Su objetivo?: desestabilizar las democracias occidentales y proteger a las narco dictaduras neocomunistas, para las que no dudarán en hacer otro llamado a “Brigadas internacionales” para mantenerlas según están.

Y, ¿Cómo paramos esto?

Bueno, en los países con democracias aún funcionales, votando por quien te permita más libertad económica y otorgue menos poder o competencias al estado de dirigirte la vida. En las dictaduras donde la separación de poderes ya no existe y el partido comunista/socialista tiene el poder absoluto es más complicado. En esas dictaduras “protegidas” por el Grupo de Puebla, poco se puede hacer sin generar presos políticos difícil de proteger una vez que sean encarcelados. Quedan los millones de desterrados  que, en libertad, podemos hablar libremente, aunque es cierto que tenemos familiares cautivos con los que muchas veces estas dictaduras nos chantajean.

A diferencia de lo que están haciendo (de nuevo) en Venezuela, centralizando el poder en una persona a la que difícilmente se le podrá reclamar penalmente si cambia de parecer o como, anteriormente, Guaidó desaprovecha el reconocimiento y apoyo internacional. Por ello, creo necesaria una estructura horizontal desde donde cada ciudadano -en libertad- vote propuestas, metas y cuando se den las garantías internacionales suficientes, a representantes/portavoces. Es decir, primero sentar las bases democráticas y la estructura que guíe al futuro candidato -este siempre sustituible- y no esperar que dicho candidato haga y deshaga sin consultar a quién en libertad -sin coacción de la dictadura- apoya una propuesta. Un censo o varios interconectados para evitar fraude o que dichas dictaduras distorsionen la realidad, “creando ciudadanos”. Para esto, es imprescindible contrastar la documentación del país de origen y los de la nueva ciudadanía o residencia adquirida, ya que estas certificarían la autenticidad de las primeras, dejando esos gobiernos totalitarios con las manos atadas.

Una vez creadas estas estructuras, ya las propuestas tendrían un respaldo democrático probado y el objetivo último siempre será buscar la revisión internacional de los procesos electorales, elección de candidatos y creación de partidos en sus países para garantizar la participación sin coacción de cada uno de sus ciudadanos  en la vida política de sus países. Además de las organizaciones que decidan participar, tendrá que incluirse a personalidades propuestas por estas plataformas, ya que son la parte forzosamente apartada en la actualidad y con más conocimiento de las corrientes opositoras que contra viento y marea han subsistido.

Cuando se tengan resultados, si son contrarios a lo establecido por las dictaduras, la ONU debería tomar el control del país y garantizar la transición a una democracia plena, incluso con presencia militar un par de años después por si las fuerzas armadas que hoy sustentan esas dictaduras intentan recuperar el control, tirando a la basura recursos y tiempo.

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