Lupin es una de las series más exitosas que se pueden observar desde la plataforma de pago Netflix. Esta cuenta con dos temporadas bastantes buenas y fáciles de seguir. El actor Omar Sy hace el papel de Assane Diop, un ladrón inteligente de guante blanco que realiza robos, todos ellos basándose en la novela titulada ‘Arsène Lupin’ de Maurice LeBlanc.
Ambas temporadas relatan la historia del personaje, su infancia y también la adolescencia. Las dos se van desarrollando en un argumento de venganza personal por la incriminación del padre del protagonista en un delito que jamás cometió. El padre de Diop fue chófer del principal antagonista de las dos primeras temporadas, el millonario francés Hubert Pellegrini.
Al principio, la tercera temporada se inicia vistosa. La idea de un robo al más puro estilo ‘La casa de papel’ resulta interesante, pero con el transcurso de los capítulos, todo ello se va complicando. Hay muchísimos flashbacks con otras épocas del personaje. Además, Diop al principio fallece justo cuando está a punto de realizar un robo. Es ahí cuando toda la trama de forma enrevesada va de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás.
Un ejemplo lo encontramos cuando el actor Diop finge su muerte. Al inicio, se ve como el protagonista cae de lo alto de un edificio tratando de huir de la policía, falleciendo en el acto. Pero luego resulta que todo estaba planeado para poder fingir su muerte. En mi opinión, hay una escena bastante perturbadora y es en la que el personaje, recién enterrado, sale de su tumba habiendo cavado previamente un túnel para romper la madera del ataúd en la que se encuentra. Otra escena que consiguió captar mi atención es en la que truca el estetoscopio del médico forense para seguir con el papel de su muerte, lo cual de este ejemplo resulta del todo irreal y bastante fantasioso para lo que es una serie de robos de guante blanco original y directa.
En definitiva, invito a ver las dos primeras temporadas de la serie, pero la tercera, bajo mi punto de vista, a pesar de que al principio comience bien quiero confesaros que se acaba haciendo tediosa… incluso, a ratos, bastante agobiante por el exceso de tramas que tiene. También por los cambios bruscos que hace el protagonista para poder fingir su muerte todo el tiempo.
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