Navidad a la vuelta de la esquina y cada uno comienza a hacer sus particulares planes de cara al 2024 o recopilación de todo lo que ha hecho bien o no tan bien, en el año que está a punto de terminar. Los primeros siempre son buenos, faltaría más. Los otros, el balance de los doce meses que acaban… eso ya es otro cantar. De todas formas, por mucho que difiera la intención con el resultado, siempre vendrán los Reyes Magos que serán capaces realizar la magia y hacer ver al ciudadano que todo está bien, que España va como una moto, que por mucho que le cueste llegar a final de mes, el objetivo se ha cumplido: la derecha no gobierna.
Y es que la magia del Presidente del Gobierno poco tiene que ver con la de los Magos de Oriente, es algo incluso más antiguo que estos y se llama mentira que es, al fin y al cabo, lo que ha hecho a la perfección Pedro Sánchez en la anterior legislatura y que en la que ha comenzado, resulta tremendamente escandaloso. Tanto que hasta a la propia palabra la cambió de significado y la transformó en cambio de opinión. Es más, la tildó de algo necesario según avanza un mandato. En castellano antiguo, hacer encaje de bolillos para que no se le acabe el chollo. Pero si hay algo en lo que el líder socialista es bueno, muy bueno, es en el manejo de los tiempos. Sabe esperar el momento adecuado, sabe cuándo es momento de estar callado y sabe cuándo es momento de hablar. Por mucho que los odie, es como un torero que da muletazos, se adorna, se hincha con las palmas hasta que da la estocada. Le da los mismo si hay pitada en la plaza, al final, acabará matando al toro. Que, dicho sea de paso, es más o menos lo que está haciendo con la libertad, en cualquier aspecto, de este país.
Dejando la tauromaquia a un lado y volviendo a estas fechas tan tradicionales, con el ajetreo de compras y cotillones, parece que no pasa nada; las calles iluminadas a rebosar, las tiendas aún más, los restaurantes colgando el cartel de completo. Ese es el gran éxito de este Gobierno, hacer ver como que todo va bien cuando esto es un desastre. La política interior que no hay quien la entienda, la exterior no existe y cuando aparece, es un ridículo tras otro. La economía cada vez más politizada a base de hoz y martillo. El mercado laboral como si fuese un mercadillo navideño. La educación… ¿a quién le importa la educación?
Políticamente hablando, el Año Nuevo ya comenzó con la investidura de Pedro Sánchez y no se tratan de 365 días hasta las próximas campanadas, son cuatro añitos más viendo cómo este Gobierno progresista continúa machacando a la sociedad, a unos más que a otros, con el único objetivo de perpetuarse en el poder. Distinción entre los ciudadanos, control de todos los aparatos del Estado y de la sociedad civil, falsa redistribución de la riqueza, ecologismo de pacotilla, mentiras, sobre todo mentiras… Son tantas las aberraciones que caracterizan al Gobierno socialista que sorprende, para mal, ver cómo la sociedad lo ha encajado tranquilamente y lo único que ha recibido el Presidente del Gobierno es algún que otro abucheo dependiendo qué ciudad de España ha visitado en uno u otro momento.
En cualquier caso, bien sea desde el punto de vista más tradicional, bien sea desde el jolgorio típico de Nochevieja, seamos positivos y ojalá que lo que nos espera el próximo año sea mejor que lo que estamos a punto de dejar. Y sin olvidar los tradicionales deseos de salud y trabajo, desde estas líneas esperamos poder seguir dando nuestra opinión porque, al fin y al cabo, ¿de qué sirve todo lo demás si no tenemos libertad? Feliz Navidad y próspero Año Nuevo.
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