¿Feminazis, dices? ¡Por favor, hablemos con conocimiento!

El viernes pasado, en medio del bullicio cotidiano de la oficina, mi colega Rodrigo decidió con su maravillosa amabilidad seguir con su tradición anual de felicitar a las mujeres por el Día de la Mujer. Yo, como es debido, le agradecí el gesto con una sonrisa. Sin embargo, desde el trasfondo de murmullos del ruido de fondo, una voz deslizó con sorna: «Eso es un invento de las feminazis». Mis oídos, habituados al ruido de la oficina, sintieron un chirrido inusitado. No sé si fue por la falta de respeto hacia ambos o por la llamémosle, «desinformación» que algunos seres humanos se complacen en propagar.

Pero no, no quiero ofender ni la vista ni el oído del respetable público con términos groseros, así que permitidme hacer un breve resumen del porqué del Día de la Mujer. Y lo hago no solo por el honor a todas esas madres, esposas, hermanas, tías, primas, hijas, amigas, abuelas y bisabuelas que han tejido con hilos de valor nuestras vidas, sino también por la necesidad imperante de recordar que cada una de ellas es parte integral de nuestra existencia y merece ser celebrada y respetada.

El 8 de marzo de 1875, en una fábrica textil de Nueva York, centenares de mujeres alzaron la voz contra la desigualdad salarial que padecían frente a sus colegas masculinos. ¿La respuesta? Una represión brutal por parte de la policía, que terminó cobrándose la vida de 120 valientes trabajadoras. Pero no te preocupes, Rodri, ya sabemos que estas historias de lucha por la igualdad son meros cuentos de «feminazis».

Ahora bien, ¿qué nos dicen los números, esos datos tan tozudos que parecen no querer ser ignorados? Según la ONU, más de 2.700 millones de mujeres en este mundo no pueden acceder a las mismas oportunidades laborales que los hombres. ¡Dos mil setecientos millones! Pero claro, eso no debería inquietarnos demasiado, ¿verdad? Después de todo, menos del 25% de los asientos parlamentarios eran ocupados por mujeres en 2019. Todo parece estar bajo control. Ah, y no olvidemos la guinda del pastel: una de cada tres mujeres aún sufre violencia de género. Qué divertido, ¿no? Por supuesto, no podemos ignorar que de las 500 personas que ocupan los puestos ejecutivos más altos en las empresas más poderosas del mundo, menos del 7% son mujeres. Pero no te preocupes, querido Rodrigo, seguro que esas son solo casualidades del destino.

En fin, ¿qué más se puede decir? El Día Internacional de la Mujer, lejos de ser un capricho de las «feminazis», es una oportunidad para recordar la lucha histórica por la igualdad de derechos y oportunidades. Es una llamada de atención sobre las desigualdades persistentes que enfrentan las mujeres en todo el mundo. Es un recordatorio de la solidaridad y la unión necesarias para seguir adelante en esta batalla por la igualdad. Y, sobre todo, es una ocasión para celebrar los logros de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.

Así que la próxima vez que escuches a alguien despotricar sobre las «feminazis», no te tomes la molestia de corregirlos. Simplemente sonríe, y recuerda que siempre habrá quienes prefieran vivir en la comodidad de la ignorancia. Pero nosotros, querido Rodrigo, nosotros seguiremos adelante, con estilo y con la certeza de que la igualdad merece cada una de nuestras batallas.

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1 Comment

  1. El motivo por el que la mayoría de las mujeres del mundo no trabajan fuera de casa es la falta de anticonceptivos. No tienen quien les cuide los hijos. Y algunas simplemente no queremos.

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