Estado: Covid-19

Han pasado 8 meses desde aquel primer Estado de Alarma. Ese que nos impusieron, tras mentirnos y esconder todos los avisos que había recibido nuestro gobierno desde la OMS y Seguridad Nacional. Desde luego que, no se hicieron las cosas bien, no se aprovisionaron del material sanitario necesario ni tampoco se aleccionó a la población de la mejor manera para evitar los contagios. Indicaron que no se dejaría a nadie atrás, pero se dejó atrás a nuestros ancianos, abandonados en la más absoluta soledad en sus domicilios o en residencias.

A nuestros mayores, se les negaron las UCIs y con ello, la posibilidad de sobrevivir. Se abandonó a miles de autónomos y pymes que se vieron obligados a cerrar sus negocios, pero al mismo tiempo obligados también a seguir pagando rigurosamente sus impuestos aún sin saber si iban a poder seguir dando de comer a sus familias.

Se olvidaron a miles de niños y su posibilidad de relacionarse con sus familiares cercanos que no fueran su padre o su madre, en algunos casos como en las separaciones, ni eso. Se infravaloraron a miles de adolescentes que no pudieron relacionarse con sus semejantes, más allá de una pantalla y un teclado. Se les negó asistencia médica a pacientes con otro tipo de patologías que no fueran Covid, que en el día de hoy ya no viven. Se dejó atrás a las 63.000 víctimas causadas por el SARS-COV-2 y a sus familias a las que como ha ocurrido este fin de semana en Toledo, se les niega el homenaje. Y así una larga lista….

8 meses después, este gobierno sigue sin hacer los deberes. Utilizaron el anterior Estado de Alarma para dar rienda suelta a sus decretazos, aprovechando que la gente estaba más preocupada (incluso atemorizada) por el virus que por su economía o sus libertades individuales. Hemos visto como todos estos, nos han engañado descaradamente y sin ningún tipo de vergüenza.

Tenemos el impuesto más alto de Europa gravado a las mascarillas, siendo en la actualidad un artículo de primera necesidad. Nos dijeron que la Unión Europea no dejaba bajarlo y resultó ser mentira. Vendieron a diestro y siniestro el Ingreso Mínimo Vital, ese que no ha llegado más que a un 10% de aquellos que lo solicitaron. Han obligado a los padres a llevar a sus hijos a escuelas que no cumplen ni de lejos las normativas que ellos quieren imponer, arriesgando así la vida de los niños y de sus familiares, bajo la amenaza de la retirada de la patria potestad.

Durante el primer confinamiento, la gran mayoría de la población fue responsable, cumplió las normas. Aunque con ello hayan perdido negocios, tiempo de calidad con la familia y amigos, libertades de tood tipo y otro largo etcétera. Pero desde el Gobierno no se hizo lo que se tenía que hacer, test masivos, aprovisionamiento de materiales, gestión de los fondos económicos para que hubiese un menor impacto, rastreo de contactos entre otras tantas cosas.

Ahora nos vuelven a imponer otro Estado de Alarma, con la idea de alargarlo al menos 6 meses e imponernos un ‘toque de queda’ (porque lo pueden disfrazar como les venga en gana, pero es lo que es) con la excusa de frenar a los jóvenes irresponsables que realizan botellones, lo cual ya está prohibido de por si por ley.

Miedo me da la cantidad de decretos que pueden colarnos en esa cantidad de tiempo. Me pregunto si este nuevo ‘estado’ tendrá algo que ver con la reforma del Poder Judicial, con el hecho de que no hay fondos en las arcas del estado para abonar todo lo prometido o si bien es una forma de seguir impidiendo que la gente se reúna (con todas las medidas de seguridad) para poder debatir y expresar sus ideas. Es decir, si hay algún interés en suprimir la navidad por su condición cristiana.

Sigue pareciendo que tenemos un virus muy selectivo, contagia a partir de las 23:00 horas si estás en un restaurante cenando con tu pareja o amigos, pero cuando un trabajador se cambia en un vestuario común con otros 50 de su mismo turno, ahí no entra. Contagia si se juntan más de 6 niños y niñas a jugar en una plaza o parque, pero no cuando están 25 metidos dentro de un aula.

No pondré en duda la capacidad de contagio y la veracidad de las pruebas PCR, aunque me parece un poco sospechoso, que dentro de un núcleo familiar conviviente en el que la pareja comparte sábanas, y los hijos besos y afecto, algunos den positivo y otros un resultado negativo. Lo hemos visto con anterioridad tanto en el Presidente Pedro Sánchez como con el Vicepresidente Iglesias.

Bajo mi punto de vista, se está politizando la pandemia para hacer uso y abuso de las leyes y destruir libertades individuales además del estado de derecho, imponiéndonos unas de las medidas más restrictivas de todo el mundo, con el fin de no trabajar para atajar la problemática sanitaria, social y económica.

Esperemos que no nos ocurra como en la fábula de la rana en la olla, donde vemos que la rana se adapta a la subida de temperatura del agua al ser cocinada hasta que queda exhausta y cuando no puede regular más su temperatura y necesita salir, se da cuenta de que ya no puede, se había acomodado hasta tal punto que cuando no aguantó más ya era demasiado tarde.

Por el momento, he de decir que NO salimos más fuertes, por ahora ni siquiera podemos salir.

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