Ley de vida, ley de muerte

Para los que somos amantes de los animales, las plantas y de la naturaleza, en definitiva, nos resulta complicado asumir y entender la revolución social que está teniendo lugar guiada por oscuros hilos o cuanto menos, contradictorios. Esto es, que se fomenta la vuelta a la vida sencilla de los pueblos, sin estrés ni tráfico, se buscan escapadas rurales en bucólicos parajes de población escasa…. es decir, la vida de antaño sin tanto adelanto, una “vuelta al pasado” en cierto modo donde toda la vida se basa en la familia, el trabajo, la convivencia en la calle con los vecinos, los valores y tradiciones de antes envueltos en ropa de ahora.

Se añora la forma de vivir antigua, donde las tardes vivían lo que dura la luz que alumbra el sol en el horizonte y las noches, las horas que tardaba en cantar el gallo matutino. Frente a este modelo se eleva la sombra de la moderna sociedad, la de las prisas, el individualismo, el “Yo” ante todo, la vida a golpe de segundero con el tiempo justo para cada tarea, la eficiencia y la rentabilidad, no dan tregua a los días y las noches que se suceden, se marchitan y se caen del calendario. ¿Es aquí donde no hay tiempo para vivir? ¿Se vive solo en las escapadas y vacaciones? al parecer se nos olvida que estamos vivos mientras no se diga lo contrario.

Frente a estos dos modelos sociales, están los molestos temas del aborto y el de la eutanasia. Todo lo que implique responsabilidad, ataduras y nos quite tiempo de nuestro reloj, no es rentable y nos frena en nuestra vida. Se deja de valorar la familia, se está desestructurando lentamente y se camina hacia una sociedad de individualismo donde cada uno busca la felicidad de uno mismo. Es aquí donde surge el planteamiento incuestionable a mi parecer del derecho a la vida: desde la concepción hasta la muerte natural. Del derecho del no nacido a vivir, puesto que en el momento en que se crea una vida, se crea un ser único con latido propio e independiente de la madre.

Al igual que una parte de la sociedad moderna, los animalistas protegen los animales y a sus crías. Considero que se debe proteger la vida de los bebés, que aun no habiendo nacido, pertenecen a la especie humana y por ello, se debe de tener aún más en cuenta si cabe, pues son personas, frágiles, indefensas y dependientes durante su infancia. He aquí el motivo de su condena a muerte, son personas que han sido concebidas y no se quiere ser responsable de ello, son incómodas porque no dejarán cumplir el proyecto de futuro que se había forjado, o simplemente porque no se esperaban. No entran en los planes del “YO”. Mejor habría sido impedir la fecundación, así nadie saldría perjudicado, no habría daños colaterales.

Al igual pasa con nuestros mayores, se vuelven dependientes y ellos lo saben, se aparcan los últimos años de vida en residencias para no ser una carga tan grande para los hijos. Los mayores, nuestros padres, que se han desvivido por nosotros, se quitan de en medio para no molestar en nuestra vida diaria y ofrecernos sus últimos años en diferido y sin complicaciones. Pero eso, como no es suficiente, necesitamos productividad y rentabilidad en esta sociedad moderna. Les damos a los ancianos y dependientes la posibilidad de tirar la toalla antes de su hora mediante la eutanasia para que tengan más fácil caer en el error de que son una carga para los hijos y que ya no pueden ayudar a su familia en nada o a que se sientan inútiles. Y el gobierno, lejos de ayudarles a vivir, les ofrece la rápida salida por la puerta de atrás.

Game Over, la partida se termina con la eutanasia, así les ahorran “sufrimiento” y tiempo de vida, que con los cuidados paliativos adecuados se puede no matar a la persona, dejar que la vida siga su curso natural sin acelerar el proceso, sin dolor, para eso son los cuidados paliativos, ayudar a vivir mejor a los enfermos y a las familias. Es el sufrimiento lo que hace a las personas no querer vivir.

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*