Entrevista a José María García

En este espacio de entrevistas a los colaboradores de Minuto Crucial, hoy toca conocer un poco más a un cordobés excepcional. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la especialidad de Periodismo por la Universidad de Gales y  cuenta en su haber Másteres como el de Cultura en Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos por la Universidad de Granada además de estar doctorando por la de Córdoba entre otras más titulaciones.

Para el que aún no sepa el nombre del entrevistado de hoy, se trata de José María García Ocaña.

JONATHAN TURRIENTES: José María, muchas gracias por acceder a esta entrevista para que nuestros lectores te conozcan un poquito más.

JOSÉ MARÍA GARCÍA: Gracias a ti, Jonathan.

JT: Para todo aquél que no conozca a José María García, y no me refiero al locutor de radio deportivo, ¿Cómo es José María García?

JMG: Imaginaos la mejor persona del mundo. Pues ese soy yo. Bueno, es una ironía. Creo que estamos muy acostumbrados a tener demasiada buena impresión de nosotros mismos y de ser demasiado buenos describiéndonos. Soy una persona normal, que trata de hacer las cosas lo mejor posible, que no pone precio a las cosas auténticas y verdaderas, que no comercia con los derechos ni propios ni ajenos y que siempre busca el equilibrio. Trato de ser justo, igualitario y sincero en todo momento, pero siempre tropiezo con que esos términos están infravalorados en nuestra sociedad. No creo que existan verdaderos y funcionales conceptos de estos términos en nuestra sociedad entre otras cosas porque estamos en un mundo en el que se trata de dar respuestas simples a situaciones complejas. Es la mejor manera de controlar y dirigir, de manipular a la población. Ah, y soy algo cabezota cuando llevo razón, algo que ocurre demasiado a menudo, jajaja. Difícilmente me meto en charcos cuando no estoy seguro y siempre con la predisposición a cambiar mi criterio si se me demuestra con argumentos sólidos lo contrario, algo que tú, personalmente, ya sabes que es muy difícil conseguir jajaja.

JT: Contigo se me viene a la mente preguntarte lo siguiente. ¿Cómo era el pequeño o adolescente José María en comparación con el actual?

JMG: Pues mira, muy a pesar de que los que me conozcan hoy en día puedan pensar lo contrario, yo siempre he sido una persona muy introvertida, con un mundo interior muy intenso. Cuando era pequeño siempre tuve pensamientos que no correspondían con mi edad y me cuestionaba cosas que creo que por entonces ni se cuestionaban las personas mayores. Era muy inocente y posiblemente sigo siéndolo porque necesito creer en la gente, en la sociedad, creer que los problemas tienen solución y que mucha gente que actúa con egoísmo y con maldad o son manipuladas o no tuvieron la suerte de tener una formación adecuada. En mi evolución personal llegó un momento en el que me abrí y me convertí en alguien para mucha gente ingenioso y con un muy particular sentido del humor. El humor es fundamental porque es un escudo a veces y otras una tirita o una gasa que te ayudan a superar las dificultades. Yo siempre recuerdo el final de un poema de Manuel Machado, que concluye diciendo “pero ya la fontana / del sentimiento mana / tan lenta y silenciosa que su canto, / sonoro, otrora como risa, es llanto”. Hay veces, quizás algunos de los que más ríes, en los que tu alma desfallece. Pero como bien decía Queen, Show Must Go On.

JT: Como bien digo en la descripción de esta entrevista, cuentas con muchas más titulaciones. Cuéntales a nuestros lectores las que me han faltado por mencionar.

JMG: Yo siempre he pensado que el conocimiento es un hecho circular, un pensamiento muy renacentista. Por eso quizás, entre otras cosas, mi amor por el periodismo, porque te permite y muchas veces te exige tener conocimiento de muchas cosas. Poca gente sabe lo dispares que son las asignaturas en la carrera. Desde Economía, Derecho Político, Internacional, Historia, Sociología, Opinión Pública… Entonces igual he realizado un cuso de Economía del Derecho en la Universidad de Córdoba que un encuentro sobre Comunicación y Conflictos en la Universidad de Navarra o uno de comunicación empresarial y política en la Universidad de Sevilla. También tengo multitud de cursos en Educación y me ha atraído de manera muy especial el tema de los Derechos Humanos, los derechos de colectivos marginados o todo lo relacionado con la comunicación política. Hay veces que encuentras las respuestas a un asunto concreto en otro que, en principio, era absolutamente ajeno al mismo.

Mira, recuerdo una publicación hace muchísimos años, años antes de que en España se aprobara la Ley de matrimonio homosexual, incluso de que realmente se hablara socialmente de ello, la revista The Economist publicó un artículo en el que aseguraba que la aprobación de esta Ley en Europa sería un hecho en unos años y hacía una perfecta justificación económica. Es decir, supeditaba la necesidad de la aprobación de la Ley a necesidades económicas. Sorprendente pero cierto. Y mira, no se equivocó.

JT: ¿Cuándo eras joven sentías atracción por el mundo del periodismo o por el contrario te vino de rebote?

JMG: Mira, mi madre suele contar que cuando era un bebé, ya en el parque de juegos, en casa, me daban papeles de periódicos para entretenerme. Yo me dedicaba a romperlos y hasta intentaba comérmelos. Me los sigo comiendo, pero ya lo hago metafóricamente, jejeje. Yo comencé a estudiar Derecho, pero vi que lo que me llamaba realmente la atención era el periodismo. También estuve matriculado en Psicología, pero no pude compaginarlo con la de periodismo y decidí abandonarla. Posteriormente también inicié Historia del Arte en Sevilla, aunque por razones de trabajo, horarios… me fue imposible seguirla. Eso sí, el tiempo que estuve aproveché para absorber y aprender de todas ellas todo lo que pude. Sí debo decirte que hoy en día siento demasiada frustración por el mundo del periodismo, por aquello en lo que se ha convertido. Una profesión mancillada por la clase política, menospreciada socialmente y acribillada por el mal hacer de algunos medios y periodistas, muchos de ellos no titulados, que se lanzan con el beneplácito de las administraciones y de las empresas a lucir una profesión que prostituyen a cambio de dinero. Ni siquiera lo hacen por convencimiento o por ser de una ideología determinada, sino por la posición, el poder, y el dinero. Así nos va. Lo que está haciendo la izquierda en este país con la profesión a través de algunos medios creados ex proceso para vender su ruina es también denigrante para la profesión y también para la sociedad si atendemos al derecho pasivo que tienen los ciudadanos a recibir una información veraz e imparcial. Hoy se premia mucho más la opinión, si es cercana a algunos partidos, que la autenticidad y el trabajo imparcial que debe reinar y premiar la buena acción de medios y profesionales.

JT: Entre tus experiencias periodísticas, cuéntanos algunas de tus experiencias y anécdotas vividas dentro de este mundillo de la comunicación.

JMG: Bueno, experiencias miles. Algunas muy desagradables. El 13 de Julio de 1997 era fin de semana y yo estaba trabajando en Europa Press en Sevilla. En aquellos tiempos el sistema que utilizaba la agencia, a través de un teletipo que enviaba noticias nacionales y que había que reenviar a la agenda nacional para los medios te hacía estar muy pendiente de temas muy concretos. No era un fin de semana cualquiera. Un político del Partido Popular de Ermua había sido secuestrado y la banda terrorista ETA había amenazado con asesinarlo si no se cumplían sus pretensiones. España estaba en alarma y muchas manifestaciones se habían producido. Existía el sentir general de que no serían capaces de hacerlo. Yo estaba sentado frente al teletipo, con los nervios a flor de pies esperando la noticia que anunciara la liberación de Miguel Ángel Blanco, pero una primera información, la primera que se dio y que la ofreció Europa Press anunciaba que habían encontrado el cuerpo sin vida de un hombre al que habían ejecutado a tiros en el País Vasco. Había que confirmar su nombre, pero ya no había, en ese momento, lugar a dudas, era el concejal, era un nuevo asesinato de ETA, vivido como nunca se vivió en nuestro país, a cámara lenta. Recuerdo que fui quién recogió esa información en la redacción del edificio Viapol de Sevilla y, cuando lo leí, sólo pude gritar y gritar, no sé muy bien cuantas veces “¡Hijos de puta, hijos de puta…!” Mientras gritaba se cruzaba en mí el dolor de la noticia con la necesidad y prioridad de reenviar esta información a los medios andaluces a través del teletipo. Creo que lo hice mientras no dejaba de gritar y las lágrimas me caían solas por la cara. Me sentí con el triste privilegio de ser la primera persona de Andalucía que se enteraba de la ejecución de Miguel Ángel Blanco y el responsable de difundirlo a los medios. Al día siguiente encabezaba la manifestación de repulsa detrás prácticamente de la pancarta de Sevilla en un clamor y un dolor colectivo que constituyó lo que llegó a llamarse el espíritu de Ermua, por ser la localidad en la que Blanco ejercía de concejal.

Aparte de esto, desde anécdotas miles, como una entrevista a Malena Alterio para la televisión dónde a los dos nos dio un ataque de risa que no podíamos parar o estar presente y escuchar o saber ciertas cosas de políticos y cómo funcionan o funcionaban algunas instituciones públicas en las que convocatorias y subvenciones estaban adjudicadas desde antes de iniciar su convocatoria; o la llamada de políticos, desde para darme explicaciones, para exigirme, sin pruebas, que incrimine a algún alcalde, o llamadas de alcaldes, en épocas de elecciones, preocupados por los resultados y preguntándome qué pensaba que podría pasar en las urnas. A veces, a muy altas horas de la madrugada.

Hay muchas, muchísimas cosas que contar, pero casi a diario, cosas que no se pueden contar miles, pero con lo dicho creo que os podéis hacer una ligera idea. Madre mía, me has hecho sentir un momento Forrest Gump…

JT: ¿Qué opinas del compañerismo en general dentro del mundo del periodismo?

 JMG: El periodismo es una profesión de las que antes se denominaba de prestigio. Esto quiere decir que tiene una proyección pública y que la gente te conoce y conoce directamente tu trabajo. Eso es algo muy peligroso. Si ya veis lo que ocurre en la televisión con ciertos realities y cómo existe un deseo o ansia en los jóvenes y no tan jóvenes de hacerse conocidos, de tener prestigio. En nuestra profesión existe mucha rivalidad y mucho individualismo, mucho ego. Todo esto no ejerce como buen consejero.

Yo sí te puedo decir que siempre que ha estado en mi mano ayudar o apoyar a alguien que realmente valía y que merecía he luchado por él. He hecho por los demás lo que ni he hecho por mí mismo ni nadie ha hecho por mí. Hay mucha gente que me conoce y hasta se escandaliza de que no tenga un puesto relevante o esté en charlas de debate o de mi opinión en medios relevantes. También he tenido siempre muy claro que la libertad del ejercicio profesional no debe depender de lo que esperan que hagas o de las líneas que te marquen. Sí es cierto que cada medio tiene su línea y a mí difícilmente me contratarían en el diario Público y en la vida en el Última Hora.

Pero eso es por la falta de objetividad y pluralidad que debe prevalecer en todos los medios. En muchos de los tradicionales que tanto señala la izquierda he visto siempre, independientemente de la línea editorial, artículos de opinión muy dispares y de personas que en principio nada tendrían que ver con esa línea editorial. Esto también es muy peligroso, vaya a ser que haya gente que por ser más que nadie, más radical y militante que nadie en un medio acabe doliéndole tanto la enfermedad de una compañera que lo tiene contratado y llegue a desearle la misma enfermedad a otras personas porque no le caen bien.

El mundo del periodismo es un mundo de lobos en el que aparentemente todos se llevan bien mientras que no haya por lo que rivalizar, pero es un mundo en el que cuando no te cortan el paso porque saben que puedes hacerle sombra te cortan las alas para que no seas capaz de volar. Muchas cosas podrían solucionarse con una regularización de la profesión que no les interesa a los grandes partidos que se nutren del actual desastre porque así controlan a periodistas y medios. Por desgracia, independientemente de los grandes profesionales que también triunfan en nuestro país, cuánto más te vendas más llegas a obtener en lo profesional hoy en día.

JT: ¿Cuáles son los temas que más te apasionan dentro del mundo del periodismo? Nota aclaratoria, no vale elegir política como una de ellas (río).

JMG: Empiezo mejor por las que no me apasionan, si no te importa. Por ejemplo, el deporte no es mi fuerte. Y no es que no me guste el deporte o incluso la información deportiva, es que no me siento con formación suficiente ni experiencia. Posiblemente si me pusiera en poco tiempo cogería el ritmo, pero no es algo que me entusiasme. Curiosamente yo siempre suelo decir que la prensa deportiva es el papel cuché o prensa rosa dirigida a los hombres. Si miramos algunos parámetros relacionados con el interés informativo, el morbo de ciertos asuntos… nos encontraríamos con demasiadas similitudes de hecho con la prensa rosa. Y es ésta otra que no termina de atraerme para trabajar en ella. Sólo estuve un verano en el programa Contraportada de Canal Sur y, la verdad, a pesar de trabajar y realizar mi trabajo, creo que, con soltura, no me llenaba en absoluto.

Sociedad y sucesos sí me atrae bastante porque es la pintura en blanco y negro de nuestra sociedad con muchos aspectos que dibujan lo mejor y lo peor de nuestra sociedad, que te conecta con la realidad macabra y que a veces nos aparece oculta, personas que llevan al extremo sus desequilibrios y que provocan acciones que impactan ya los que hay que dar una explicación y una respuesta ajustada.

Como me has dicho que no puedo elegir política hablaremos de p. La p. es la que más me gusta y en la que me siento más suelto, quizás porque es en la que más malvado puedes ser, pero también más constructivo. Te aseguro que no han sido pocas las veces que les he dado ideas y soluciones a políticos que he entrevistado, y tampoco pocas en las que he dejado “en bolas” en medio de una entrevista a un político o p. que iba de sobrado/a.

La p. es la parte de la información que debería generar más interés en la sociedad y, por desgracia, no sucede así. Hay demasiada incultura política, demasiado adoctrinamiento. La gente suele opinar por lo que le dicen, confía en unos y otros bajo consignas muy generalistas y simplistas.  Yo estoy convencido de que hay que huir de los partidos políticos que te dan explicaciones sencillas para todo cuando el todo, generalmente suele ser bastante complejo. Soy partidario de la necesidad de instaurar en los colegios una materia de conocimiento democrático y político de nuestro país y sus instituciones.

JT: Hablando de política, esta vez sí. ¿Cómo ves la situación en España y el mundo?

JMG: ¿Hablando de política? ¿Quién ha hablado de política? Jajaja. Bueno, un poco de risa con el alma tensa por una pregunta que es compleja y dolorosa en su respuesta. Comenzando por España estoy de acuerdo en esto con una entrevista que realizaron estos días al magnate Soros en el diario El Mundo. En la misma hablaba de la inestabilidad en España y en su Gobierno.

Creo que estamos en un país gobernado por una coalición a la que yo, desde un principio, califiqué como de relación “mantis religiosa”. Y ya creo que pasó la época del apareamiento gozoso que culminó en la aprobación de los presupuestos. Ahora, en la etapa actual, estamos ante dos mantis con un problema de identidad de género. En las mantis religiosas la hembra es la que se come al macho después de copular. En el Gobierno de España se están jugando el puesto de quién se come a quién y ese elemento de género aún no lo tienen claro, aunque haya alguno que juegue más al despiste con sus largas melenas y el otro por sus cuidados faciales, que por otro lado me encantan. Que nadie se me eche encima por esto porque era un recurso literario, una metáfora de lo que tradicionalmente se ha asociado al género sin tener que serlo.

Hoy en día no ganan los partidos políticos, sino que gana la comunicación de los partidos. Esto se produce gracias a lo que comenté anteriormente de que si no hay cultura política, si los ciudadanos no saben ni qué funciones y competencias tienen las distintas instituciones, si los ciudadanos tienen un desconocimiento absoluto del valor de los distintos apartados de la Constitución, no sólo de su contenido, si los ciudadanos no tienen ni idea de que hasta los derechos universales no son absolutos (tan sólo el derecho a la vida, que no todos defienden), si los ciudadanos creen que el Gobierno es la gallina de los huevos de oro que siempre va a garantizar que ante la ruina va a subvencionarlo todo, si creemos que lo ideológico es subvencionable (algo sumamente peligroso), tenemos muchos problemas juntos, revueltos y con una crisis histórica en lo social, en lo económico y hasta en lo político de dimensiones nunca vistas en nuestros tiempos.

La pandemia es la excusa perfecta para justificar todos los errores que no se han cometido en otros países el mundo. El otro día le comentaba a un amigo que con el voto de VOX que permite que el Gobierno pueda gestionar los fondos de recuperación europeos sin dar ningún tipo de explicaciones, se le estaba dando la potestad absoluta del control del futuro de nuestro país a un Gobierno entre cuyos ministros hay quiénes en sucesivas ocasiones han rechazado pertenecer a la misma Unión Europea de la que sí quieren el dinero y gestionarlo.

Veo una situación muy peligrosa, muchos jóvenes adoctrinados, muchos fantasmas recuperados del pasado y mucha necesidad de cambiar elementos esenciales de la Historia para dibujar un país de buenos y malos porque representan en el presente a los que en el pasado fueron los malos. Esa ansia de dividir a la población ideológicamente es tan peligrosa como lo fue a lo largo de todo el siglo XX tanto por el comunismo como por las dictaduras “de derechas” (que, por cierto, la mayoría comenzaron bajo consignas de izquierda y movimientos de izquierda como la falange española).

En el mundo observo varios frentes. Por una parte, en los países en vías de desarrollo se están produciendo revoluciones parecidas a la española, muy dirigidas y bajo unos principios en la mayoría de los casos erróneos, sesgados y fruto de adoctrinamientos. Todo parece dirigido a que se produzca un cambio estratégico en el control político y la izquierda radical está detrás de todo ello (una izquierda, por cierto, que no les hace ascos a países extremistas islamistas en los que en muchas ocasiones se apoyan y a través de los que se financian).

Otro frente lo observo en las democracias consolidadas en las que no deja de darse un desequilibrio y una lucha por desprestigiar al poder si no es de izquierdas sin precedentes. Hay una cultura de una nueva ola negacionista de las virtudes democráticas y constitucionales que han permitido vivir a Europa o a América del Norte las mejores décadas de convivencia y progreso de su Historia. Curioso es que cuando se alcanzan mayores cuotas de igualdad, menores índices de paro, mayores prestaciones, progreso social… de la Historia… justo cuando el capitalismo demuestra claramente sus mayores virtudes (a pesar de que siempre haya muchos aspectos mejorables), la izquierda se indigna queriendo romper el saco del progreso de todos insistiendo que el verdadero progreso es la dictadura de su doctrina impuesta. Todo muy peligroso. Cuidado.

JT: Según leemos en tus artículos, eres defensor acérrimo del partido político Ciudadanos. ¿Cuál es el motivo de tu defensa a ultranza a este partido?

JMG: Partamos de la base de que ningún partido político es perfecto en varios sentidos. Somos humanos y como humanos tenemos defectos que llevamos con nosotros allá dónde nos movemos. Los partidos políticos son instituciones formadas por personas y es lógico que se reproduzcan esos errores. Pero partiendo de esa lógica base también considero que se debería juzgar a todos los partidos políticos bajo el mismo rasero. Y de hacerlo así descubriríamos que Ciudadanos igual no está ni siquiera entre los partidos más veletas en el sentido en el que se le ha querido criticar, mucho menos considerando que es un partido de centro que en cualquier Gobierno en el que ha entrado con el partido que le haya tocado gobernar en coalición ha hecho un magnífico trabajo en dos vertientes. Por un lado en las áreas asignadas a sus miembros, desde concejalías hasta consejerías, se ha hecho un trabajo extraordinario. Habrá habido errores, por supuesto, pero en nada de carácter grave o que afecten directamente al buen vivir ni a la convivencia de los ciudadanos. Por otra parte, en esos gobiernos, ha ejercido y ejerce una presión sobre el buen ejercicio político y contra la corrupción siendo el único partido que no tiene casos abiertos ni dudas sobre su financiación o gestión. Ahora tenemos el caso del Ayuntamiento de Murcia dónde Ciudadanos cogobierna con el Partido Popular y dónde el portavoz de Ciudadanos ha denunciado  presuntos casos de corrupción de su propio socio, el Partido Popular, con el que Gobierna.

Y es que Ciudadanos ha demostrado ya muchas cosas en su etapa en la gestión de los Gobiernos en los que ha tenido participación, desde la transparencia, la asunción de responsabilidades cuando se producen y la fiscalización de lo público en defensa de los intereses de todos los ciudadanos. Esto es un hito. Y que aquellos lugares en los que gobierna con el PP las cuentas de resultados, los superávits y el progreso económico y social que se está dando no se producía cuando la formación de Casado gobernaba en solitario. Son hechos objetivos y constatables que denotan una labor que hay que valorar y apreciar.

Por otra parte estamos, como dije anteriormente, en un periodo de crispación política y social y también ideológica en nuestro país. Frente a los frentismos, los revanchismos y los intereses del nacionalismo está siempre Ciudadanos como una formación moderada, de consenso, que muestra la necesidad no sólo de combatir los grandes errores que suponen los independentismos y la corrupción política en todas sus vertientes. Hablamos de un partido llamado a dialogar, a explicar y a convencer, y lo hace con hechos en las instituciones en las que participa y lo lleva a cabo en su trabajo por conseguir hacer uso de la confianza depositada en las urnas por construir una España plural, de respeto, de progreso, de oportunidades y de igualdad.

Sinceramente, no hay otro partido que represente todas estas cosas con las que yo personalmente me identifico y con las que, realmente, creo que se identifican la enorme mayoría de las instituciones. Pero se enfrenta a dos problemas fundamentales, por un lado un momento de extremismos auspiciado por la falta de cultura política y democrática que lo dejan en una moderación que no vende ante gente que está realmente enfadada y exterioriza ese enfado contra unos o contra otros, y la maquinaria terrible de los partidos y ciertos medios de comunicación, que saben del poder real que tiene Ciudadanos, de su potencial, que saben que es un partido que no va a permitir ningún halo de corrupción, y que juegan, como bien expliqué en mi último artículo, a mostrar y vender una apariencia de Ciudadanos que nada tiene que ver con la realidad que sí representa y ejecuta en su labor política.

Por eso estoy convencido que la tercera y verdadera vía que representa salir de la confrontación, mirar hacia el futuro y apostar por la serenidad, el trabajo bien hecho y la transparencia pasa por Ciudadanos en estos momentos. Llegado el caso de que me defraudaran también lo diría, porque de eso se trata el juego democrático, en apostar por aquellos que aún no te han defraudado ni en palabras ni en hechos. Y, por ahora, para mí, ese partido es Ciudadanos.

JT: Si Ciudadanos no existiera y no pudieses optar por la abstención, ¿a qué partido votarías y por qué?

JMG: Partiendo de aquello que dicen de que el voto es secreto me alegro de que me hagas esa pregunta. Tendrían que llegar esas elecciones, ver qué opciones hubiese, cuáles serían sus programas, cuál sería el nivel de cumplimiento de promesas en elecciones pasadas y rezar porque no se me cayera inconscientemente el sobre con la papeleta por algún desagüe antes de meterlo en la urna. Nunca votaría a ningún partido de los extremos porque estos siempre representan, en sus diversas vertientes, la anti-España que la mayoría de los ciudadanos no queremos. Y sí, he dicho anti-España. A mí eso de “te maté porque te quería y eras sólo mía” a estas alturas de la película que se lo cuenten a otro u otra.

JT: Volviendo a las preguntas personales. ¿Cuáles son tus libros o escritores favoritos? ¿Por qué?

JMG: Yo nunca he sido de adorar hasta la saciedad o de pertenecer al clan fan de absolutamente nadie ni nada. He leído mucho y han sido muchos los autores que me han fascinado. Algunos me han llevado a lo más alto en alguna de sus obras y he tenido que dejar otros de sus trabajos a mitad por no compartir ni el filo hilo con el que pegaron las tapas de su libro.

Mira, estos días, mira qué tontería, recordaba y mucho un libro que me obligaron a leer cuando estudiaba en el colegio hace pocos años (por supuesto). Se trata de un libro titulado Un agujero en la alambrada, de Francois Sauterau. De esos libros de la colección El Barco de vapor. Tanto es así que me lo volví a comprar, aunque no creo que tenga mucho tiempo para leerlo. Yo recomendaría que se lo leyeran todos los jóvenes de entre 9 y 14 años. Muestra la historia de un grupo de niños que descubre a través de un agujero en una alambrada que hay un segundo mundo, que el mundo fue dividido en dos y que ellos, tan felices hasta el momento en el que les había tocado, el nuevo descubrimiento y lo que hay más allá les hará cambiar todas sus perspectivas. No cuento más por si a alguien le interesa esta lectura que, en su momento, a mí me conmovió, pero en los tiempos que corren estoy seguro de que podría avivar conciencias y hasta ayudar a pensar y descubrir que no todo lo que nos dicen que es es realmente lo que nos dicen. Hay que saber y conocer, descubrir y saber para tener una opinión propia sobre una realidad que tenemos que vivirla.

Por supuesto, te podría hacer la lista interminable de grandes filósofos tan recomendable también para entender muchas cosas en lo político y en lo social, esa filosofía que se les niega en el aprendizaje cada vez más a los alumnos y que tan necesaria que sería para su desarrollo.

Respecto a la literatura desde los clásicos, literatura moderna y contemporánea y, muy especialmente las grandes generaciones del 98 y el 27 en España que yo creo que supieron dibujar como casi nunca, más allá del momento, el verdadero espíritu que habita en el alma de los españoles. Y, por supuesto, Lorca siempre eterno, en sus poemas, en su teatro y en su sentido de la vida, tan manuseado y manipulado también de forma interesada hasta su muerte.

Por supuesto, no hay que olvidar a García Márquez, a Pérez Reverte, a Isabel Allende, y tantos y tantos contemporáneos. Actualmente hay muchos nuevos autores que no son tan conocidos y que yo sí he podido leer al tener una relación muy ex trecha con una editorial. Para mí son como mis hermanos literatos, como J.F. Acroll, Margarita Hans, Ricardo Reina, Rosario Jiménez, Paco Sánchez, María José Fernández, Antonio Fernández, Pepi Florido, Vanessa Torres… y un sin fin de nuevos genios de la literatura.

Por otra parte, están los autores de temas específicos como Fernando Savater, imprescindible, Thomas Galtung, sobre cultura y periodismo de paz y conflictos y tantos otros.

JT: ¿Qué metas personales o profesionales te faltan por cumplir para que te consideres una persona plena?

JMG: Yo creo que no hay que cumplir metas para considerarse una persona plena. Hay que ser una persona plena para llegar a cumplir los objetivos que te propongas. Yo en mi vida me conformo con que en todo aquello que haga le sea útil a la sociedad.

JT: Hablando de temas profesionales, cómo articulista, ¿cuáles son las temáticas en las que mejor te desenvuelves y por qué?

JMG: Bueno, supongo que en de la política me siento más suelto, pero como periodista que soy estoy y me siento obligado a tener un amplio conocimiento de todos los temas de actualidad, de tener las fuentes necesarias para informarme en el caso de que sea necesario y de plantear bajo términos lo más objetivos posibles un artículo basado en hechos en cualquier faceta que se presente. Otra cosa es que me atraiga más o menos hablar de ciertas cosas.

JT: ¿Y cuáles serían los temas en los que dirías: “bajo ningún concepto escribo sobre ‘esto’” y por qué?

JMG: No tengo ese límite establecido. No creo que haya nada en principio sobre lo que no quisiera hablar.

JT: Como persona de la comunicación que eres, voy a plantearte la siguiente pregunta Si tuvieras que hacer un top 5 de los articulistas de Minuto Crucial que más te gustan, ¿cuáles serían estos y por qué?

JMG: Pues mira, yo creo que todos son grandes articulistas. Otra cosa es que esté más menos de acuerdo con algunos criterios o ideas que plantean, pero en el ejercicio fiel de puntuar no me veo en el lugar de decidir quiénes lo hacen mejor o peor porque cada cual tiene su estilo, sus argumentos, sus ideas, y así las plasman. Aunque, claro, yo recomiendo a un tal José María García (ríe). Hombre, tampoco puedo no nombrar a mi gran amigo y con el que comparto muchas de sus ideas, aunque no todas, Alfonso Aznar, un gran hombre con una gran capacidad para escribir y para opinar. Muy contundente.

JT: Para terminar con la entrevista, si tuvieras que valorar en una escala del 0 al 10 tu experiencia hasta el momento en Minuto Crucial en la que 0 es muy negativa y 10 muy positiva. ¿Qué nota le pondrías a esta y por qué?

JMG: No tengo ningún aspecto negativo que remarcar respecto a Minuto Crucial. Creo que es un medio en el que se respeta bastante la diversidad de opiniones, hay pluralidad de ideas y no existe ningún tipo de censura más allá de las establecidas por la Ley en base a la lógica protección de los derechos y libertades ajenas. Bueno, sí, un punto negativo es que a mí me gusta mucho que me lleven la contraria y debatir, y nadie me escribe para hacerlo. Es un desconsuelo… de verdad.

JT: Muchas gracias por concederme esta entrevista, y que sepas que para mí es todo un honor poder contar contigo, tanto como compañero en Minuto Crucial, como también de amigo en la vida real.

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