Depende de la medida

Vaya mi saludo por delante a quien me propicia esta vía de expresión. A quienes estamos compartiéndola y a los posibles e hipotéticos lectores que, por cierto, se van incrementando, sin duda como respuesta a los buenos trabajos de mis compañeros articulistas. Desde mi pequeña atalaya, pero con la experiencia propia de quien ha pisado en muchos charcos, de quien, sin poseer excesiva profesionalización, vuelca y comparte su opinión intentando ser fiel a esa visión más periférica de paisanaje, con la periodicidad de cada quince días.

Os cuento que hay dos vocablos que son a los que siempre echo mano cuando trato de entender y cuando intento relativizar y comprender -Uno es La MEDIDA y el otro DEPENDE-. Añado además que llevo toda mi vida aprendiendo a ser joven, porque, cuando lo fui, yo aprendía a ser mayor. Así que la vida me lo debe y me lo está devolviendo con creces, pero pongo mucho de mi parte, los pensamientos negativos pasan por mi mente solo como leves advertencias. Jamás los dejo instalarse, es como desperdiciar cartuchos de energía, sobre todo cuando compruebas que lo negativo, la mayoría de las veces es susceptible de dar un vuelco a la positividad. Para eso tenemos total autonomía y libertad en nuestra mente.

Nunca doy consejos, -sugerencias, en algún caso-, que tienen que ver con la empatía más que otra cosa, respetando así la posibilidad de que cada uno elabore sus propias conclusiones. Todo DEPENDE de los antes, los ahora y los después. Nada es exclusivamente bueno o malo, aquí estaría LA MEDIDA. Habiendo asumido a priori, que nadie posee el estatuto de todo lo razonable y que hemos de elaborarlo a título individual. Las acciones políticas tienen medida y los afectos ídem eadem ídem, las relaciones interpersonales… también la tienen. Por si a alguien se le olvida, La Medida, tenemos normas, leyes, decretos, costumbres consuetudinarias etc. Esto último se aplica con demasiada frecuencia. Es de suponer que ha fracasado el mejor instrumento relacional que tenemos, el dialogo que determina Las Medidas. Sociedades excesivamente legalizadas, revelan poca formación en humanidades, falta de consideración y respeto, deshumanización, desconsideración …es una sociedad claramente enferma.

En el hoy por hoy y puesto a que estoy aún en consideraciones de carácter holístico, esta enfermedad está siendo demoledora y propiciadora de crispación, enfrentamiento, alimentadora de odios, amigos… Sinceramente, creo que vamos para atrás en la consecución de una sociedad más amable y saludable. Se están confundiendo los términos de libertad por libertinaje. Todo vale y nada nos frena. El hedonismo hecho carne nos corroe y el esfuerzo personal está tan degradado, como distorsionado está el mérito. ¿Qué somos muchos? Pues aborto y eutanasia. ¿Qué me aburro con mi pareja?  Pues a otra, no pasa nada. ¿Qué los jóvenes este año han elegido el suicidio ante la falta de sentido en sus vidas? En nuestra España se han doblado las cifras, que, con anterioridad, eran bien altas.

Que la natalidad ha descendido al punto de que los niños tan deseados, que son tratados como reyes y no tardan en creérselo. Que hayamos pasado de reivindicar la igualdad de trato entre hombres y mujeres, a no saber quiénes son los hombres y quiénes las mujeres. Que los mayores que aún estamos lúcidos, plenos sabedores de que aportan y de lo que pueden aportar, seamos apartados por un edadismo absurdo. No digamos en las féminas que con las primeras arrugas se diluyen sus habilidades, sus posibilidades de ser visibles en muchísimos campos. Que la soledad atenaza a todos en general aferrada al individualismo en jóvenes y al abandono en ancianos. Cambiar esta mala tendencia es posible, amigos. Tan solo hace falta que estemos analizando permanentemente LA MEDIDA de las cosas y está claro que de nosotros DEPENDE.

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1 Comment

  1. Este artículo es contradictorio. Si todo depende entonces da igual el aborto, la eutanasia y todo lo demás. Precisamente porque existen valores absolutos es por lo que sabemos de qué parte estamos. un saludo

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