Stranger things

Simple título para una serie que está dando muchísimo que hablar. Hace nada se estrenó su cuarta temporada, y a los nostálgicos de los 80 os puedo asegurar que nos encanta. Esa fue la época mágica en todos los aspectos; emocional, cultural y un largo etcétera del cual no nos logramos desprender. La infancia se vivía de distinta manera, las amistades creadas; inseparables. No había trampa ni cartón, y nuestro apasionamiento (en estos tiempos considerado exagerado) perdura muy real. Especialmente la niñez; los walkie-talkies, el teléfono creado con vasos y un cordel, las bicicletas, la capacidad de inventiva que poseíamos; todo se sentía con mayor intensidad de la que ahora consideramos normal. Recorríamos el día a día con ansia de aventura, nos matábamos si un amigo estaba en problemas y, lo que en la actualidad se considera mañaquería pura e incluso ridiculez, era lo más importante del universo.

Hace un par de meses vi el tráiler de la nueva temporada y flipé escuchando la música de Journey en él. “Separate ways”, le daba un aire de fuerza y nostalgia difícil de sustituir. Sin duda, para mí y para muchos seguramente, fue la “época”; a partir de ahí, se marcó un antes y un después en casi todo.
No obstante, la pregunta del millón es: ¿Por qué? ¿Es un simple estado generacional, o realmente en la sencillez está el buen gusto? Quizás es que nos hemos vuelto más fríos conforme ha ido pasando el tiempo o que ya no nos interesa el complicarnos tanto la vida. Aunque todo se queda en conjeturas, puesto que no sabría apuntar con exactitud el motivo que se esconde detrás. Aun así, animo a quien tenga la respuesta que por favor la comparta.

La serie contiene muchos elementos desde el principio que llaman la atención además de estar basada en los 80; valores, misterio, un mundo paralelo, superpoderes, amistad, amor, lealtad, fuerza, ingenio… y un sin fín de cliffhangers que hacen las delicias de los espectadores. El grupo de los niños te recuerda a ti mismo cuando eras un mocosillo y sentías tu primer flechazo o no sabías que querías ser de mayor; con toda seguridad tampoco te importaba. Los semi-adultos ya cargan con otras expectativas y responsabilidades, sin embargo, los maduros de la ecuación están casi restringidos en su totalidad; si os fijáis, la mayoría de los padres no toman parte en nada de lo que ocurre a su alrededor y mucho menos son conscientes. Por supuesto, siempre hay excepciones como los científicos y altos cargos militares, además de los locos más encantadores de toda la trama; el Sheriff Hopper y Joyce, sin olvidar al dulce Bob. Ciertamente, o tienes una mente abierta, u olvídate de sumergirte en semejante despliegue de imaginación.

La última temporada ha cambiado radicalmente a la oscuridad más profunda. Ya lo avisó uno de sus protagonistas, Charlie Heaton (Jonathan), en una de sus entrevistas: “al principio Stranger things eran los Goonies, ahora es Pesadilla en Elm Street” (yo no lo habría explicado mejor). Se ha dividido en varias sub-tramas y van por separado; Joyce se va en busca de Hopper, a su vez Hopper hace lo que puede para escaparse, en Hawkins, Nancy y compañía se encuentran en primera línea de fuego, Eleven va a recuperar sus poderes y los que están en California… me tienen totalmente desconcertada porque no entiendo lo que hacen. Para mi gusto, han perdido toda la chispa de la serie. Al menos de momento, que aún quedan dos capitulazos que llegan en julio, crucemos los dedos a ver qué ocurre. Por cierto; lo de Jonathan y sus escarceos con la “purple haze”, es algo infumable. Gracioso, sí, pero infumable.

Ahora aparece un nuevo antagonista que estaba escondido en las sombras; Vecna. Toques de un reloj antiguo resonando es prácticamente su presentación a la escena. Tiene poderes telequinésicos y por supuesto, a lo largo de la trama van desvelando su historia. Lo que no comprendo es por qué no había sido nombrado antes, ni que nunca hayan dado indicios de que existiera (ya sé las teorías de los fans en las otras temporadas y el hecho de que esté “escondido” con la ayuda de lo que es capaz de hacer, no obstante, no convencen).

Tampoco me parece mal que lo hayan ido improvisando por el camino, a veces pasa, igual no tenían ni idea de en el “embolao” que se estaban metiendo en el momento en que lo sacaron a la luz. Sin embargo, resulta curioso que presentaran al “Demogorgon” al inmenso “Mind Flayer”, y se olvidaran al vástago de Krueger, (broma). Que, por cierto, aclarar para aquellos que lo confunden; el némesis de Eleven en la cuarta temporada no es ningún villano de los anteriores. Más que nada, porque el “Mind Flayer” es el que funciona con memoria colmena, los “Demogorgons” vendrían a ser sus peones (además de los nuevos seres alados) y Vecna se conecta a él mediante su telequinesia.

Ahora bien, si tuviera que elegir un capítulo favorito, seguramente me quedaría con el cuatro. Me flipó. De todos modos, a rasgos generales, les está quedando un pedazo de serie que va a ser difícilmente olvidada por sus millones de seguidores; además de crear un hito para que se convierta en un clasicazo muy típico, al menos en su época de ambientación.

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