Desde que soy racista

Como canario, llevo años viendo llegar a nuestras costas a miles de inmigrantes ilegales, los que llegan, porque muchos de ellos mueren en una travesía larga y dura. Las políticas de inmigración, en la mayoría de las ocasiones, simplemente intentan atajar las diferentes avalanchas que se van sucediendo, mientras el socio prioritario en África del gobierno Social-comunista, Marruecos, mira para otro lado o presiona al gobierno pusilánime de España con oleadas de inmigrantes, para conseguir contrapartidas, por ejemplo, en las aguas territoriales de Canarias, etc. Lo cierto, es que los adalides de los más desfavorecidos, el gobierno de coalición, antes en la oposición defensores de los inmigrantes, han provocado efecto llamada y a la vez han hecho, entre otras medidas, el uso de las devoluciones en caliente que tanto criticaban.

Vivo a un kilómetro escaso del centro de internamiento de Las Raíces en Tenerife, y como todo el mundo sabe, La Laguna es un municipio frío y húmedo en invierno y caliente en verano, como cualquier pueblo de medianías en Canarias. En los inviernos, por ejemplo, nuestra casa está protegida con doble acristalamiento con rotura térmica, aspecto que no impide, que muchas veces tengamos que usar sistemas de calefacción. Los inmigrantes son internados en carpas donde pasan mucho frío y a su vez, mucho calor respectivamente. Pero vivimos en un momento donde estas y otras políticas, hechas por un gobierno radical de izquierdas, no pueden ser criticadas, existe una verdad oficial y aunque los inmigrantes ilegales, víctimas también de las mafias y de este gobierno incompetente, sufran las peores condiciones, sí lo criticas, eres racista.

Es imposible, ni haciendo el mayor esfuerzo posible, hacerlo peor en materia de inmigración. Mantener a miles de jóvenes inmigrantes, caminando ociosos por nuestras calles hasta su mayoría de edad, sin procurarles una formación profesional adecuada, sin enseñarles un oficio, sin hacerlos independientes para que, bien aquí en nuestro país, o en cualquier otro, puedan comenzar una vida próspera que les permita crear valor y ser útiles a las sociedades en las que se integren definitivamente.

Desde mi absoluta ignorancia, no es difícil, articular políticas en los países de origen que les permitan tener allí una profesión, o bien, formarse para venir a Europa, con las competencias adecuadas. como dice un proverbio chino cuyo autor desconozco, “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida” Creo que las políticas migratorias han de hacerse allí, en los países de origen, invirtiendo en talleres de empleo, centros de formación profesional, formaciones teórico prácticas y oficinas de empleo que capten profesionales preparados.

El ansiado paraíso europeo, no lo será nunca, si al cumplir la mayoría de edad, son abandonados por un gobierno y un sistema que los aboca a vivir en las calles o de la caridad en el mejor de los casos. Es necesario, urgente y vital, darles un futuro de, formación y empleo, que les permita vivir adecuadamente. Sé que contradecir la verdad oficial me convierte en racista, pero nunca he comulgado con ruedas de molino y a estas alturas no pienso cambiar, la verdad, aunque ofenda ha de decirse siempre.

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