Violencia política la suya

Desde Minuto Crucial ya informábamos el pasado mes de septiembre de las funestas consecuencias que traería la promulgación de la Ley del “Sólo si es si”. Lean, si les place, Habrá menos cárcel para el violador . Nunca desde que vivimos en democracia un pleonasmo le había salido tan caro a las mujeres. También nos aventurábamos a hacer un vaticinio de a quién se culparía de forma estúpida y pueril de los resultados de aplicar esta nefasta norma.

En las últimas semanas hemos sido testigos vía prensa de la oleada de solicitudes de revisión de condenas de violadores convictos. Desde las carteras que posee Podemos en el gobierno de coalición se ha vuelto a realizar un bufónica huida hacia delante pasándole el marrón a la judicatura. Ángela Rodriguez ‘Pam‘, llamaba a capítulo a los jueces ¡Fórmense! Yo honradamente ni sospecho si esta muchacha es capaz de hacerse la más remota idea de los años de estudio necesarios para acceder a la carrera judicial. Desde el cotolengo de Igualdad, también Isa Serra soltaba su salida de pata de banco culpando a sus socios de gobierno de haber rebajado las penas de cárcel desde el ministerio de justicia. ¡Aclárense! ¡Pónganse de acuerdo antes del sainete! ¿La culpa es de los jueces o del PSOE? Si seguimos con esta tonada antes o después la culpa será de Franco, de Cascorro o de Sor Citroën.  

Hallándose la ministra del género entre espada y paredón, salió a su rescate Carla Toscano desde la bancada de VOX en una torpe intervención reprochándole su estudio y repaso de Pablo Iglesias para así agarrar su poltrona. En cuestión de horas, al menos tres presidentes de gobierno allende los mares se solidarizaron fraternalmente con el “calvario de Irene”. Comenzaba así su intento de canonización. Medios de comunicación de toda cuerda, incluyendo el podcast de Iglesias Turrión y el panfleto de la ex becaria de este, Dina Bousselham, retrataban esa bronca en sede parlamentaria como un soez episodio de violencia política. Más allá de lo zafio de la intervención de la diputada de VOX (se han visto cosas bastante peores en el hemiciclo), cabe preguntarse si fue el mérito o el nepotismo lo que llevó a la Montero a ministra ¿Alguna vez ha ganado o tan siquiera se ha presentado a unas elecciones, ya fueran nacionales, autonómicas o locales? ¿Alguna vez aprobó unas oposiciones? ¿Cuándo comenzó su carrera meteórica en Podemos? ¿Cuándo cayó en el olvido el escaño de Tania, ex novia de Pablo?  

Hasta donde alcanza mi memoria, la sede de la soberanía popular ha sido el escenario de esa pelea en el lodo que es la política, un eterno intercambio de exabruptos, vaciles y coñas marineras, cuando no calumnias, que se disparan a discreción tanto la derecha como la izquierda. Es el duelo a garrotazos que pintó Goya, pero desde el aforamiento y la inviolabilidad por las opiniones vertidas ¡Así cualquiera!

¿Es eso violencia? Según convenga o interese. Bajando el listón hasta que un improperio sea un acto violento, me vienen a la cabeza los chistes de Guillermo Zapata sobre la mutilación de Irene Villa tras un bombazo de ETA. Más de uno podría sentirse violentado si busca en YouTube el escrache sufrido por Cristina Cifuentes en las calles de Madrid, allá entonces cuando Pablo Iglesias la apercibía de ir a rondarla con unos cuantos cientos de indignados, o la invitaba con ojos lascivos a verse juntos una serie en su sofá. ¿Qué hay de aquello de “Ortega, vuélvete al zulo” que canturreaban unos simpáticos abertzales a un hombre que vivió más de un año recluido en una fosa que habría acabado siendo su tumba? ¿Recuerdan también el hostigamiento a Arrimadas, entre otras, cuando acudieron al orgullo a apoyar al colectivo LGTBI, y un ministro a continuación comparecía públicamente advirtiendo que estas cosas pasan cuando en política una compadrea con quien no debe? ¡Ellas se lo buscaron! ¿Y el escrache a Villacís dos días antes de que diera a luz? ¿Qué hay de los actos incuestionablemente violentos contra Cayetana Álvarez de Toledo o Macarena Olona? ¿Y el boicot a Rosa Díez? Volvamos a 2019 cuando la ahora ministra de igualdad ponía en circulación un video poniendo nombre y apellidos a una mujer anónima que andaba a pleitos con sus arrendatarios ¿Pretendía intimidarla? 

Todos estos episodios hubieran sido retratados por Irene y su ex consorte como jarabe democrático, pero cuando la cacerola sonaba a 300 metros de su hacienda en Galapagar se le cambiaba el titulo por salvajes villanías perpetradas por fascistas engorilados.Ya lo dijo Javier Milei: Con culo ajeno todos somos putos.

Violencia política, en mi humilde opinión, es presentar en tus listas a unas elecciones a una condenada por homicidio o a un condenado por atracar bancos, o bien asaltar una capilla en topless o sostén, como en el cuadro de Delacroix, ladrando obscenidades mientras tres ancianas rezan el rosario. Es violento también tildar de fascista de forma grosera y públicamente a todo aquel conciudadano que no te baila el agua en todas tus capulladas sin conocer ni medio párrafo de su biografía.

Volviendo a la ley Montero, desde la comandancia de la Podemia, huyendo de toda responsabilidad, se ha hecho una interpretación torticera de la disposición transitoria quinta del Código penal de 1995, para avalar una ley que incuestionablemente rebaja los tiempos de cárcel para los agresores sexuales. A modo de ejemplo, tengan presente que con el nuevo capricho legal de Irene, la forma de más degradante y abyecta de violación implicaba para el condenado a un mínimo de doce años de cárcel; ahora con la ley de Irene serán solo siete. Más allá del impostado debate de la posible revisión de las actuales condenas ¿Qué ocurre con las violaciones que puedan tener lugar en el futuro? Ante esa pregunta los de morado callarían como puertas. Esa sí hubiera sido una intervención acertada por parte de la diputada de VOX. 

En pleno fiasco de esta condenada ley, hará tan sólo unos días, Irene espetaba a los diputados del PP fomentar la cultura de la violación. Ni siquiera Diana Morant, su compañera en Consejo de Ministros, podía ocultar a su lado su cara de bochorno. No se vieron muchos aplausos por parte de los diputados del PSOE.

Creo que fue Juan Soto Ivars quien definió con mayor acierto el modus operandi de Podemos: Puño de acero y mandíbula de cristal. No es solo el discurso del orate, es la patraña del llorón soflamero que fue a por lana y volvió trasquiláo. Es la del crío que hace bullying y cuando le cascan corre a los brazos de la profe a hacer pucheros. Ahora que los escándalos les llegan hasta la papada, asistimos a un nuevo vodevil ¿Acaso esperaban juego limpio ahora que gobiernan? Más acertada que Toscano estuvo otra lideresa de la derecha, frecuentemente vilipendiada, cuando dijo que a la política se viene llorado de casa.

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