Las falacias de la Agenda 2030

El arcoíris es la banda luminosa con forma de arco que presenta los colores del espectro solar. Ya, en el Génesis, representaba un pacto entre Dios y los seres vivos. Y no, esto no es un artículo de René Descartes ni sobre el profeta Moisés, pero sí sobre los 17 mandamientos y la gran falacia de la Agenda 2030. Una agenda que se presenta como un reto para lograr erradicar la pobreza y alcanzar un desarrollo económico global sostenible con nada más y nada menos que 169 metas a cumplir, pero ¿qué oculta en realidad la Agenda 2030 tras un arcoíris y un lenguaje dulcificado?

Lo primero que debemos conocer con respecto a ella es que se presentó el 25 de septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El número de países que firmaron los ODS (Objetivos para el Desarrollo Sostenible) fueron la friolera cantidad de 193. Muchas de estas naciones forman parte de las economías más grandes, pero otras, sin embargo, tienen que robustecer su estabilidad.

Las naciones que más han cumplido con el Informe de Desarrollo Sostenible en el año 2022 son: Finlandia, Dinamarca, Suecia y Noruega. España se encuentra el número 16 dentro de este ranking de la SDSN (Red Española para el Desarrollo Sostenible). Visto así parece que la Agenda 2030 creará un mundo idílico en donde se fortalecerá la paz universal y la prosperidad con el planeta, lo que viene a significar “Un mundo feliz” como la novela escrita por Aldous Huxley, en un el que no existen las guerras ni tan siquiera la pobreza. La Agenda 2030 casi parece una copia en ciertos aspectos de este afamado escrito. Un sarcasmo de la perfección creado por el “Estado Mundial”.

Pero por si no lo sabían, intentar cumplir con los requisitos de la citada Agenda no nos sale gratis. El Ministerio de Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, gastó 367.555 euros en una campaña con la intención de vender la Agenda como una bendición que nos traerá un futuro mejor. Sin embargo, si indagamos más allá, el futuro que nos muestran sigue siendo el de mantenernos constantemente controlados.

En los primeros puntos de esta agenda se nos habla del fin de la pobreza y hambre cero, lo que no nos explican es que, para conseguir ese objetivo, empezarán a controlar las tierras de cultivo y nuestros negocios. Esa sería la justificación para alimentar al mundo para así eliminar la pobreza, algo que no creo que sea una tarea viable. Es más, todo lo centran en el cambio climático, teniendo en cuenta que este es una parte del ciclo natural, la Tierra siempre ha ido cambiándose desde que se formó el planeta hace 4543 millones de años.

Sobre la energía asequible y no contaminante destacaremos que nos asfixiarán con impuestos para intentar garantizar esas energías sostenibles, olvidándose que, en realidad, la energía más eficaz es la nuclear. Es entre 2,5 y 3,5 veces más fiable que las plantas de energía eólica y solar, ya que no producen gases de efecto invernadero y su coste de funcionamiento es mucho más bajo. Además, reduciría la dependencia energética de España.

Otro punto a destacar es el de las ciudades y comunidades sostenibles, como proyecto para la mejora de la sostenibilidad y para reducir la contaminación, lo conocido como las ciudades de 15 minutos. Una idea del grupo de Liderazgo Climático llamado C40. Su intención es que los ciudadanos tengamos todo lo que necesitamos como máximo a 15 minutos de nuestras casas para desplazarnos en bicicleta o a pie. Pero nuevamente, no nos explican que coartarán nuestra libertad de deambulación y así de paso limitarnos en el uso de nuestros vehículos particulares… y todo ello con la excusa de la emergencia climática, es decir, seguir controlando nuestros movimientos.

No quiero terminar sin manifestarme sobre la idea del consumo de insectos, con la cual pretenden que hasta 390 millones de europeos los consumamos como fuente alternativa de proteínas. Sin embargo, una vez más, nos ocultan los peligrosos riesgos que pueden producirse tras su ingesta. Entre los posibles riesgos estarían los alergénicos, e incluso que los bichos pueden ser portadores de microorganismos patógenos (bacterias) perjudiciales para los seres humanos. Eso sin olvidar la presencia de contaminación química como pesticidas, pero la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que la ingesta de insectos es una estrategia para la lucha contra el hambre.

Si desgranamos punto por punto los 17 objetivos de la Agenda 2030, nos daríamos cuenta de que el arcoíris de colores que nos muestran, ni es tan colorido ni tan maravilloso como lo pintan, sino un círculo de control total. Control del dinero, de la energía, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y el comercio mundial, de los suministros, de la información y el acceso a la misma, de lo que consumimos… y de nuestros movimientos. En resumen, peones de un tablero de ajedrez de un sistema totalitario y distópico.

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3 Comments

  1. ¡Madre mía! Vaya cantidad de tonterías y argumentaciones fueras de contexto.
    Luego nos preguntamos por que hay que explicar todos los años lo de las uvas de año nuevo.

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