Llevo tiempo, como todos los españoles de bien, soñando con el fin del ‘Sanchismo’. Sin embargo, el adelanto de las Elecciones Generales ha trastocado todas mis cábalas al respecto del posible resultado. El señor del Falcon no da puntada sin hilo.
El resultado que las urnas arrojaron el 28-M le ha dado un correctivo importante a Pedro Sánchez y su reacción no podía ser otra que lanzar un pulso a los españoles convocándonos de nuevo el 23 de julio, esta vez para las Generales, mientras una parte importante de nuestro país está parada y los españoles de vacaciones. Dice una frase para la que no he podido encontrar autor que: “Se puede confiar en las malas personas, nunca cambian” y Sánchez-Castejón es malo a la par que inteligente. Sus acciones siempre intentan, cual buen torero, hacer un quiebro al sentido común para conseguir, de cualquier manera, sus propósitos.
No soy politólogo, tampoco analista político; simplemente, me gusta adelantarme a los acontecimientos y este fin de semana, las encuestas dicen algo que yo ya vaticiné y que, en conversaciones particulares con Jonathan Turrientes, director de este medio digital, ya le había dicho; el voto del centro derecha en unas hipotéticas Generales se concentrarían mayoritariamente en la única opción capaz de “derogar al Sanchismo”. La fuerte subida del PP y la bajada del sanchismo así lo evidencian. Eso es, al menos, lo que dicen las encuestas. Sin embargo, mis predicciones contaban con que, en las elecciones locales y autonómicas, España se tiñese de azul, algo que así ha ocurrido, lo que no hubiese augurado jamás es que las Generales se produjeran en tan poco tiempo. Estos mismos comicios venideros se me antojan inciertos.
Siempre he dicho que los de Abascal son como un niño de 5 años; en política, van a golpe de pataleta y que su estrategia es de pena: La decisión de guiar a Macarena Olona a bregarse en Andalucía así lo demuestra y las acciones que la alicantina ha llevado a cabo tras abandonar la formación política Vox, también. Que esta formación es un circo y que Macarena fue un títere, o hablando en lenguaje podemita, una ‘títara’ más, dentro de dicho circo.
Antes de entrar en una batalla, debemos evaluar a nuestros futuros enemigos; Y Vox, en Andalucía y, posteriormente, en Madrid, no lo hicieron por nimiedades: guiados por su relevancia en Twitter, los de Abascal no apoyaron los presupuestos a Juanma Moreno y a la gran Isabel Díaz Ayuso. En ambas comunidades, la ciudadanía los dejó en paños menores y su actitud frente a los pactos postelectorales demuestra que no han aprendido y que siguen sin hacer – con permiso del presidente Rajoy- “Política para Adultos”.
La pregunta que les hago es la siguiente: ¿Qué ocurrirá en las Elecciones Generales? Desde mi ignorancia y a pesar del adelanto electoral, las elecciones darán una amplia mayoría al Partido Popular, y los españoles vía voto por correo, del que estoy seguro a pesar de los marrulleros intentos del PSOE en algunos lugares, echarán al Sanchismo sin paliativos. Ya veremos, repito, si con mayoría absoluta o no. Lo que D. Jonathan calificaría como una ‘bilbainada’ por mi parte, pero sí con una mayoría amplia y suficiente como para sostener a un presidente, Alberto Núñez Feijóo, durante cuatro años deshaciendo lo que Falconeti ha hecho mal, en definitiva, todo. Parafraseando al presidente Aznar, lo único que nos queda por decir, es: “Váyase, señor Sánchez”, por su bien y, desde luego, por el bien de los españoles.
Vox no iba a apoyar presupuestos a cambio de nada. Tienen principios, que es lo que le falta al pp
Sí, a cambio del bienestar de los madrileños, a la política se viene a servir al ciudadano, no a los intereses de partido. A vox también le faltan muchas cosas, experiencia de gobierno entre otras y mirar más al ciudadano y menos a sus intereses, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar, si no,al tiempo,