Fresa de Huelva, fresa de España

El colectivo de la fresa en España ha sufrido un duro varapalo del que será muy complicado sobreponerse. Todo el sector agrario en su conjunto está padeciendo el abandono de este Gobierno que, en vez de defender el producto nacional, parece dedicarse a infravalorarlo y devaluarlo ante los ojos de Europa y el mundo entero.

Tras una campaña dañina de la organización alemana Compact, que tiene como objetivo crear presión política y que se está dedicando a recoger firmas para exigir a los supermercados alemanes a no vender fresas españolas, ha agotado la paciencia de los agricultores. El supuesto motivo: no contribuir a la desecación del Parque Nacional de Doñana, ubicado en nuestro país para ser exactos en Andalucía. Teniendo en cuenta que Alemania es el primer destino de exportación para la fresa de Huelva, que se tenga en cuenta esta campaña lo que mayormente provocaría es grandes pérdidas económicas, especialmente, para los productores de esta minúscula fruta.

La asociación Interprofesional de la Fresa de Andalucía, Interfresa, está reconocida oficialmente por la Conserjería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía desde 2007. Estos mismos se dedican a reclamar que cumplen con todos los protocolos más exigentes para el ahorro del agua. Entre ellos se encuentra el sistema de riego eficiente impulsando la hidroponía, un sistema de producción donde las raíces no se encuentran en el suelo, sino suspendidas en rieles sobre canaletas o cestas con sustratos sin tierra. A este proceso se le conoce como agricultura vertical. La pregunta que yo me hago es la siguiente: si no se están explotando fuentes ilegales de Doñana, ¿por qué el Gobierno que debería defender el producto nacional boicotea al propio sector agrario?

Todo tiene una fácil explicación; el “fraudulento ecologismo”. Parece mentira que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, lejos de dar la cara por España, prefieren atacar al sector productivo de la fresa… y no solo a los de esta producción, sino que acaba siendo un ataque sistemático contra la agricultura, pesca y ganadería en este país.

Los onubenses saben bien que no se ataca a Doñana ni tampoco al acuífero, cuestión que, además, defiende la Junta de Andalucía lo que les lleva a un enfrentamiento con el Gobierno. Lo que les está ocurriendo a los agricultores es inadmisible; el sector primario está siendo agraviado de manera reiterada por un Gobierno el cual parece que nos pretende vender constantemente a Marruecos. Parece que buscan ser la despensa de Europa. Lo único que han recibido a cambio, fueron las subidas en los combustibles, subidas en los fertilizantes y un desamparo hacia el mundo rural que pretende acabar con la creación de empleo y con la economía de muchas familias.

Ahora resulta que el motivo del conflicto es la fresa, pero en el año 2022 fue el tomate donde las exportaciones marroquíes superaron por primera vez en la historia a las exportaciones españolas. Tampoco olvidemos la sandía debido a que todos los días entran de Marruecos hacia Almería 200 toneladas de esta fruta cuestión que reclama el agricultor Palleter en su redes sociales junto a otras atrocidades que se están cometiendo . Entre el boicot alemán, por la supuesta explotación de los recursos hídricos de los campos onubenses, y la pleitesía que le guarda Sánchez a Marruecos, los agricultores se sienten saboteados y desamparados ante un Gobierno que no ofrece soluciones ante sus problemáticas, sino una obstrucción constante para ejecutar su labor ante la situación tan angustiosa que están viviendo.

Cuidemos lo nuestro y no condenemos a los agricultores a la ruina ni los empujemos a su extinción, consumamos productos de nuestra tierra, y hoy más que nunca fresa de Huelva, fresa de España.

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