En estos momentos, el muro de las lamentaciones no puede existir. No podemos aspirar a reconocer nuestros pecados y recibir el perdón. Estamos en el ahora, en la búsqueda de acabar de alguna manera con el ególatra de Pedro Sánchez y toda la banda de enemigos de España.
Tras el supuesto voto útil, que fue más dañino para España que para el propio Sánchez, tenemos que empezar a pensar como ciudadanos españoles, puesto que, si no viramos el rumbo, este Gobierno nos va a vencer y ceder al mejor postor, regalando miles de euros y condonando deudas, que vamos a tener que pagar de nuestros bolsillos a golpetazo de impuestos. No debemos consentir pactos inadmisibles que nos perjudican, con formaciones como Bildu o las independentistas catalanas.
A partir del 17 de agosto, empezaremos con una actividad inusual en la política ya que nos encontramos en periodo estival. Se construirá una nueva legislatura dentro del Congreso de los Diputados y el Senado. Una vez formado todo, comenzarán las negociaciones para la investidura del próximo presidente del Gobierno. ¿Será Sánchez o Feijóo… o tal vez repetición de las Elecciones? El partido liderado por Santiago Abascal, emitiendo un comunicado, ha mostrado su predisposición a no entrar en el Gobierno si así facilita al Partido Popular, para que pueda tener los apoyos suficientes con el fin de que obtengan la mayoría suficiente que necesitan para sacar adelante, en el Congreso de los Diputados, la investidura como presidente de Alberto Núñez Feijóo.
Serán muchos los que no entiendan este movimiento que realiza Vox, incluso algunos lo valorarán como regalar los votos que han depositado en las urnas, pero hay que ver más allá de todo esto. En ocasiones, hay que realizar sacrificios para obtener un lucro mayor. Este beneficio no es otro que salvar a España de una debacle a la que nos quiere llevar el sátrapa de Sánchez, que lleva, desde junio de 2018, fustigando a los españoles con sus políticas asfixiantes, ya que ha gobernado a costa de mentir e incumplir, haciendo todo tipo de modificaciones en el código penal, que han servido para rebajar las penas de corrupción y permitiendo además una ley que deja sueltos a violadores y corruptos y un largo etcétera de políticas que no podemos ni debemos perdonar ni olvidar. Estamos pendientes de un tornillo; sí, señores, de un tornillo en el cual si giramos a la derecha quedará encajado y sujeto mucho mejor que el actual. Pero si lo giramos a la izquierda se afloja y terminará saliéndose y lo que lo sujeta se derrumbará. Así esta España, un mal giro puede hacer que todo caiga y si todo cae, los españoles pierden.
Está claro que Sánchez ansia el poder y está dispuesto a todo para conseguirlo. El presidente del Gobierno en funciones ya está negociando tanto con Sumar como con los independentistas y grupos nacionalistas. Su intención es que presida la cámara uno de sus diputados o diputadas socialistas, para lo cual todavía faltan piezas en el puzle. Obviamente, los del partido de Yolanda Díaz no quieren que recaiga el peso sobre un miembro del PSOE para así poder demostrar que existe una pluralidad dentro del Gobierno.
Son más partidos los que desean esa presidencia, lo que quiere decir que todos quieren su sillón en esta lucha de titanes que lejos de pensar en los españoles, apuestan por su propio beneficio. ¿Qué tendrá la erótica del poder que les nubla de lo que en realidad importa? Parece que el encargado en negociar muchos de estos asuntos está siendo Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones; pero, en el Partido Popular tampoco se rinden y barajan todas las variables posibles para conformar una mayoría alternativa. Las preguntas que nos hacemos son: ¿Quién lo conseguirá? O tal vez ¿Iremos a elecciones? Lo que verdaderamente importa de todo esto, es que se construya una España mejor y lo que tengo claro, es que el Sanchismo no nos beneficia en absoluto, porque la chupipandi de enemigos de España con los que quiere pactar el líder socialista lo que conseguirá es fracturar el país y nuestra Democracia.
Ahora es el momento de mantener la calma y esperar que todo salga a favor de obra. Han acontecido cambios en algunos partidos, como en el caso de Vox, que, a determinadas personas, les pueden gustar más o menos, pero creo que ahora no es el momento de lamentarse, debido a que lo importante de todo ello sigue siendo España, no lo olvidemos. Así pues, sigamos manteniendo el ánimo, porque la misión merece la pena.
No sé si el PP se merece el sacrificio de vox