MC8: ¡En busca de la final!

Tras una semana de descanso, regresamos a los fogones de MasterChef Celebrity 8 con ansia viva y, aunque se note la falta de Jesulín, el último expulsado, los aspirantes se jubaban el pase a la tan esperada final del concurso.

Los concursantes, como cada semana, aparecen contentos haciendo su aparición estelar. Al inicio nos encontramos con un Dani y una Toñi que, ni en sus sueños más positivos, esperaban llegar tan lejos. Honestamente, yo tampoco. Los semifinalistas de ayer son la todoterreno Blanca Romero, la presentadora citada anteriormente, Toñi Moreno, la actriz colombiana Laura, el jinete me lo monto todo, Álvaro Muñoz Escassi y el influencer, ese tan guapo como bonachón y sosaina, Dani. Todos ellos se enfrentarían a su primera sorpresa.

Todos los aspirantes, sobre la encimera, tenían una caja; ¡1, 2 3… y a destapar! Debajo de ellas se hallaba una Tablet y debían conectarse de uno en uno. En ellas aparecía un tierno mensaje en formato video de sus familiares o amigos para darles impulso para lo que queda de programa.

El marido e hijas de Laura, un amigo íntimo de Toñi junto a su niña, la pareja e hijo del jinete Álvaro Muñoz Escassi, los padres e hijos de Blanca y la madre, hermano y abuelas de Dani el influencer; esas fueron las sorpresas a cada uno de los participantes. Todo muy emotivo; al fin y al cabo, los famosos, al igual que sucede con el común de los mortales, son personas que sienten y padecen, en eso no hay diferencia alguna.

Los chefs participantes, con un nudo de emoción en la garganta, se enfrentarían al primer reto culinario: volver a realizar el plato que peor hubiesen preparado en su dispar camino por el concurso. Por supuesto, tenían que mejorar el resultado para demostrar así la evolución que tuvieron desde aquel programa hasta hoy. Todos y todas sabemos que las primeras veces… ¡O llegas pronto o directamente no llegas! Cada cual que elija la opción correcta.

Al salir del “Supermercado”, de uno en uno, a todos les esperaba la mejor de las sorpresas; sus allegados se encontraban presentes para ver el programa en vivo y en directo. A Laura, su marido; a Blanca, su hijo; a Toñi, un íntimo amigo. A Álvaro se le llenó el corazón de mariposas al ver a su pareja y al influencer Dani, al ver a su abuela. Besos y abrazos y la alegría ante el anuncio de que ellos colaborarían con su familiar participando en la elaboración del plato.

Para la valoración, los del programa invitan a dos exconcursantes famosos: la diseñadora María Escoté y a la presentadora de realities Raquel Sánchez Silva. Como es lógico, también fueron a promocionar el próximo estreno del concurso “Maestros de la costura” que se hará también en TVE.

Con respecto a los platos, Daniel y su abuela Carmen lo hacen “pasable”. Pudo ser mejor si el chico hubiese hecho caso a su abuela: -“Pon ya el arroz, Dani”- Y no lo puso con tiempo suficiente para cocerse del todo, otro gallo hubiera cantado. Mientras, Álvaro y su pareja María José no mejoraron nada. El jinete estuvo disperso en la elaboración de su coulant, aunque muy centrado en el “coulant” trasero y las “coulants” delanteras de su chica. ¡Álvaro en toda su esencia! Los que sí hicieron un buen dúo fueron Blanca y su hijo Martín, el niño es tan espabilado como la madre y eso provocó que saliera un muy buen plato. Toñi y su amigo Juan Carlos hicieron un brazo de gitano de escaparate de pastelería y, por su parte, Laura con su marido Santiago lograron mejorar aquellos chipirones horribles de la primera vez de Laura. ¿La ganadora indiscutible? ¡Toñi Moreno! La presentadora recibió el premio de la donación de los 4000 euros.

Lo siguiente, la prueba de exteriores y nos vamos a… ¡Andalucía! La ciudad elegida por MasterChef fue Córdoba y, para ser exactos, los Jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos, como escenario culinario. Los chefs tenían que replicar los selectos platos del Restaurante Noor de Córdoba, propiedad del chef Paco Morales, especialista en cocina andalusí o, lo que es lo mismo, comida musulmana de la Edad Media en una zona del territorio andaluz -Al-Ándalus-.

Toñi, la ganadora del reto anterior, contó con dos privilegios; el primero, formar los dos equipos, tanto el rojo como el azul, mientras que el segundo, elegir cual de los dos quería liderar. La presentadora se decanta por el equipo rojo formado por Blanca y Dani; en consenso, acuerdan que Dani sea el capitán. Mientras que, en el equipo azul, al ser tan solo dos los integrantes, la capitanía no tendría lugar.

La valoración final, los del programa optaron por hacerla de manera individual y no por equipos, como solía ser costumbre en el programa. El menú del chef, de alto nivel de elaboración: este se componía de un entrante, Karim -crema- de pistacho con caviar de arenque ahumado, manzana verde y pan negro. El Karim es considerado por el chef como el precursor del salmorejo cordobés, antes de la introducción del tomate. Por su parte, el primer plato que tenían que preparar, cuajada de Khan -bacalao- con yema de huevo de campo, chile habanero y alcaparrón. El segundo, pichón asado y reposado, con corteza de algarroba, paté con el hígado del pichón y salvia. El postre sería un rico bizcocho de huitlacoche -un hongo que crece en el maíz- helado de harissa -pasta picante de chile y especias- con mole. Como os habéis podido imaginar, todos los platos son tan sencillos de preparar… como de pronunciar y también de memorizar. Lo primero que pensé, “Hoy se van todos a eliminación. No se salva ni Dios”.

Todo el proceso de elaboración fue disperso, caótico y, en ocasiones, no podía desaparecer la torpeza de Toñi Moreno que, siendo la encargada de cortar el chile habanero, que es más picante que 100 kg de pimientos de Padrón de los que sí pican y no de los que no, se restregó la nariz tanto, tanto… que le quedó como la del payaso del Circo Price.

Y claro, amigos y amigas, la valoración fue negativa para todos… menos para la chica cuqui, Laura. La colombiana feliz, la que no factura tanto como Shakira, pero que ella está happy todo el rato, es la que se convierte en la primera finalista tras ganar la prueba. Todos los demás acabarían yendo a la prueba de eliminación que, por cierto, bastante complicada que consistía en elaborar la réplica de una tarta, pero no de una cualquiera, sino de un trampantojo de chocolate relleno de diversas capas y con una estética que simulaba ser una televisión antigua. Tras verlo, volví a pensar lo siguiente: ¡Los echan a todos… y, contra todo pronóstico, todos presentaron su televisor!

Algunos de los televisores tenían estilo picassiano, otros cojos -recordad que las teles de antaño tenían pata-El televisor de Blanca tenía la “pantalla” pixelada, pero todos se identificaban con el objeto a replicar. Los jueces alabaron a todos. La verdad que el mérito que tuvieron fue superlativo y alguno, mérito por su persistencia. Según presentaban los concursantes su plato elaborado fueron abriéndose en canal. ¡Qué historias desconocidas tiene la gente!

Los peor valorados fueron Dani y Blanca, resultando esta última la expulsada de la semana… por muy poca diferencia. Realmente, no sé si mantienen a Dani por su bondad o, por el contrario, por ser un ejemplo de juventud “de bien”, porque pasa a ser finalista junto a Laura, Escassi y Toñi. La presentadora, a la vez que Dani, es otra de las casualidades con suerte de esta edición. Y, como digo, Blanca se fue, la mujer dura y rebelde porque la vida la hizo así: natural, impulsiva, sincera, divertida, fuerte y con una tierna vulnerabilidad que destapa de vez en cuando y a su manera, bruscamente, pero de verdad. Para el próximo viernes, quiero dejaros una cita. Acordaos de anular la cita en cuestión aquellos que no podáis acudir… Un abrazo y hasta más ver.

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