Conocida la relación de confianza entre famosos participantes y afamados “jueces”, unida esta al show de algunos acostumbrados a entretener, tuvieron que dar explicaciones y perdones varios para no herir sensibilidades debido al momento actual en el que nos encontramos, ya que en este programa de Masterchef son muy proactivos en cuanto al tema de los besos.
Si el programa no fuese grabado, veríamos escenas tal que así: ¿Puedo besarte? Y la respuesta sería, ¡Señor, sí, señor! Solo espero que no se haya autocensurado hasta tal punto que el Masterchef pierda toda su esencia y naturalidad debido al tema de moda del pico entre Luis Rubiales y Jenny Hermoso. Algunas personas confunden los besos espontáneos con agravios y agresiones y esto puede traer la politización de un concurso que es natural y exclusivamente de cocina.
¿Qué podemos esperar de Masterchef 8? Poco se puede desgranar todavía de cada concursante, aunque alguno ya comienza a destacar, otros sorprenden y los hay que serán el pan sin sal que existe en todos los concursos. De todas formas, a los que más temo son a los previsibles, a aquellos que miran hacia atrás y pretenden copiar las actitudes de concursantes pasados. Para mí, estos últimos provocan auténtica pereza.
Entre los concursantes, los hay que han destacado en todo tipo de profesiones. Uno es Jesulín de Ubrique, el papá de la anónima más conocida de España. El torero tiene temple, muy trabajador, concentrado, sosegado y con una desconocida virtud. ¡Es el Mister Propper pero con pelo! Todo reluce a su alrededor. El siguiente es Álvaro Muñoz Escassi. El jinete dentro y fuera de la hípica es hacendoso, currante y eficiente. Algunas dicen que guapo, bueno…
Otros de los concursantes vienen del humor, Jorge y César Cadaval, más conocidos como ‘Los Morancos’. Jorge en su línea, hasta ahora sin pasarse de gracioso. ¡Lo poco gusta y lo mucho agota! Creo que con César van a tener algún que otro disgusto, sus chascarrillos apuesto que serán minutados por la Legión de la Hermandad Feminista, me da que es un poco Bertín, digo un poco porque Bertín le saca medio cuerpo. La presentadora de televisión Toñi Moreno es la siguiente. La periodista hace no mucho escribió un libro de recetas de su abuela, ¡No ha practicado ninguna! Parece que las copió de la libreta y a correr. Llora nada más van a evaluarla, quiere dejar su tierra en todo lo alto. Alucino la responsabilidad que se crean algunas personas…
Además encontramos entre las concursantes a ‘Palito’, la chica de la familia Bosé. Creo que es un perfil que no dará ni un solo quebradero de cabeza puesto que es correctamente aburrida y sostenible. Laura Londoño (¡Ni idea, oiga!) Leí que es actriz de telenovelas. La chica viene con polémica de haber “denunciado” cobrar menos que el actor protagonista de su último proyecto, ni más ni menos que El Levy, al que Mercedes Milá le regaló tanto los oídos que lo “jartó”… y al que muchas querrían llevarse a casa. Sinceramente, yo no sabría donde colocarlo. Otro de los concursantes también es actor y se trata de Jorge Sanz. El reputado actor, venido a menos, los mentideros aseguran que las deudas contraídas podrían obligarlo a salir en determinados formatos. Recuerdo que participó en aquel concurso de cenas entre famosos; le tocó lidiar con la Miss María Jesus, con Avilés y la Aldón. La verdad que viene curtido en paciencia. Además, sabe cocinar y sus salidas suelen ser ágiles e ingeniosas. Su temperamento puede darnos grandes momentazos.
La siguiente es Tania Llasera, otra que escribió un libro de cocina y que también lo utilizó poco o se le olvidaron las cosas, que también puede ser. Divertida, capaz de reírse de sí misma, sincera, autocrítica y creo que es un perfil que da mucho color a cualquier programa. Otro es Eduardo Casanova, el niño de la serie Aída se tornó tan libre como hiperactivo. Histriónico y con más voluntad que eficacia. Para mí, los ojos más bonitos del concurso. Apuesto por un enamoramiento furtivo en la trastienda. Otra de las actrices que irrumpirán en MasterChef es la polifacética Blanca Romero. La actriz, modelo, cantante a ratos, la misma que llevó al altar a un “Cayetano” allá en Asturias, Patria querida, donde una despampanante Carmina se cagaba en tó… el clima del norte no iba bien para lo suyo. Blanca es un tanto controvertida y fría, pero vulnerable con las cosas del comer. Su carácter recio y al ser una mujer a la que le gusta tener todo controlado pueden provocar que pierda en control durante el transcurso de los programas.
La siguiente es otra mujer relacionada con la realeza: Genoveva Casanova. No es prima de Eduardo, pero sí tiene en común con Blanca otro “Cayetano”. La mexicana me parece un poco insulsa y dudo que haya pisado la cocina de su casa… y segura estoy de que seguirá sin hacerlo. De hecho, fue la primera expulsada. Seguro que no ha aprendido nada y tampoco creo que le interese. La siguiente es Sandra Gago, modelo felizmente casada con el tenista Feliciano López, aquel que una dijo que tenía las pelotas de adorno. Dispuesta está por descubrir. Alba Carrillo la metería gustosa a gratinar y, seguramente, se hará algún que otro podcast a su costa. El siguiente es Miguel Diosdado, actor conocido de novelas españolas de sobremesa, ni fu ni fa, ya veremos lo que nos da… Y, por último, un influencer de profesión: Daniel Illescas. Menos mal que no vota el público, porque con un millón de seguidores y sin saber freír un huevo, tendría el concurso ganado. Él quiere que su abuela se sienta orgullosa de él. No se da cuenta de que las abuelas siempre lo están… aunque seas un penco.
Esto es lo que puedo analizar por ahora del programa concurso MasterChef 8. Bajo mi punto de vista, M8 tiene demasiados concursantes para el formato que es y que debería de haber menos cuñas con los jueces como protagonistas. El señor los llamó para el arte culinario, como actores sinceramente me parecen nefastos. Samantha es tan densa como impostada solo me gusta de ella el lugar del que es oriunda: Pedraza, un pueblo fantástico con encanto, el que a ella le falta, desde mi punto de vista. Supongo que el primer programa duró más de la cuenta a consecuencia de ser el inicio de todo y porque no empieza después del informativo. Las dos de la madrugada no es un horario prudente si pretenden fidelizar a la audiencia. Hasta más ver, amigos de Minuto Cotilla.
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