Un difícil panorama

Me equivoqué, he de admitirlo. Erré en el análisis y cuando un caballero se equivoca, debe admitirlo sin complejos y sin excusarse de ninguna de las maneras. En mi defensa digo que el análisis estaba hecho para unas hipotéticas Elecciones Generales en diciembre, pero no contaba con la maquiavélica inteligencia del señor Pedro Sánchez.

El adelanto electoral nos cogió a todos con el paso cambiado. Este permitió parar el desgaste que cada semana minaba las posibilidades electorales del Partido Socialista y la creciente ilusión por conformar un Gobierno que sacase del Palacio de la Moncloa al PSOE y Podemos, a la vez que alejasen de la primera línea política a los independentistas catalanes y vascos. Pero, lamentablemente, no pasó así o, por lo menos, no con la suficiente contundencia. Es cierto que España pidió cambio y que el Partido Popular ganó las Elecciones Generales, pero por menos de lo que se esperaba y que Vox además bajó de manera importante, imposibilitando aunar los apoyos necesarios para dar a nuestro país un rumbo de recuperación, de gestión adecuada de los recursos, de bajada de impuestos generalizada a las empresas y a los autónomos, eso sin contar a los maltrechos bolsillos de los ciudadanos españoles.

La designación de Alberto Núñez Feijóo como candidato a una hipotética investidura, por parte de nuestro Rey Don Felipe, nos abrió un hilo de esperanza. Sin embargo, no parece que la aritmética parlamentaria permita que se forme un Gobierno del Partido Popular con Vox.  Pero, ¿Qué queda ahora? ¿Tenemos motivos para la esperanza? Quizá sí, pero mi habitual optimismo en todos los ámbitos de mi vida, se torna hoy en desesperanza, porque Pedro Sánchez y todo su ejército de sátrapas ya preparan el asalto al Estado de Derecho. Todos ellos se preparan para perpetrar la enésima traición a España y una cesión más al independentismo más radical. España, queridos amigos, dependerá de un prófugo de la justicia… y sus destinos, estarán en manos de aquellos que sueñan con verla destruida. 

España es un gran país, cada pequeña pedanía, cada pueblo, cada ciudad, cada provincia y cada comunidad autónoma son paraísos repletos de belleza; parajes extraordinarios, una gastronomía amplia y sabrosa, nuestras costumbres y fiestas son admiradas en todo el mundo, nuestros parques nacionales, ejemplifican su belleza. España es mucho más que sus políticos e instituciones, pero su buena marcha y su prosperidad dependen de políticas que fomenten la creación de empleo, de que se fomente el emprendimiento, la explotación sostenible de nuestros recursos naturales y turísticos. En definitiva, España necesita políticos y gobernantes comprometidos y, desgraciadamente, la izquierda ha demostrado que sólo tiene un objetivo: gobernar a toda costa pactando con quien sea con tal de seguir en la Moncloa. 

Sólo me queda la esperanza de que algo o alguien pare esta sinrazón: de que un milagro permita la repetición de unas elecciones y sin aventurarme a pronosticar el resultado, nos diese la oportunidad de demostrar a España que hay otra manera de gobernar, porque los extremos están al otro lado. El radicalismo y el verdadero peligro está en mantener en el Gobierno a la extrema izquierda, se llame como se llame. Está en dar el bastón de mando y el poder de decisión a Otegui, Puigdemont y los suyos. ¡Dios salve a España!

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

2 Comments

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*