Crónica de un ‘apuñalamiento’ anunciado

Día 12 de abril de 2022. María Teresa Campos, ya bastante perjudicada, decide hacer una de las  entrevistas menos esperadas del momento junto a un anónimo Gustavo, conocido por ser su chófer y hombre de confianza, al que reconocía como su mano derecha, fiel confidente y parte activa de su rutina familiar; “el hijo que nunca tuve”, fueron sus palabras. 

Estas palabras retumbaron en los medios: algunos con mejor actitud, reconociendo la labor de este  hombre durante 33 años de discreción y afecto. Sin embargo, en otros, realmente en el de siempre, donde curiosamente estaban contratadas las hijas naturales de la periodista, repartiendo veneno y, aprovechando la renovada salida del anonimato del asistente de María Teresa, “acosándolo” al uso de  dicha productora, no dejándole ni tan siquiera descansar en su propia casa ni a Gustavo ni a su familia, rebuscando trapos sucios, como el tener una casa bonita procedente de sus esfuerzos y ahorro y no un piso cochambroso que igual, según esta gente, es demasiado para el «servicio». Ni un reproche de las Borrego. Calladas ante las barbaridades que se decían de un hombre que, a la hora de la verdad, era quien cuidaba de su señora madre mientras ellas hacían alguna que otra exclusiva en sus constantes vacaciones o vendían a alguna parte de la familia… a ver si rascaban algo.

A día de hoy, Gustavo se encuentra en la casa de Gran Hermano, contrato firmado de forma previa al deceso de la señora Campos -cómo suena esto- y que justifica sin dudas que Gustavo presentara la renuncia a su puesto como chófer. Con la misma, ellas hubieran preferido que simplemente pidiera una excedencia o ser despedido para tener derecho a indemnización. Teniendo en cuenta que iba a entrar en la casa y que el contrato estaba ya firmado; en mi opinión, no se puede alegar nada en contra de su honestidad como trabajador.

Sobre este tema del contrato al que él pensó en renunciar y finalmente aceptó, teniendo en cuenta que ya estaba firmado, sospecho que pueda ser algo similar a cosas sucedidas en tiempos no muy pasados con clausulas de no cumplimiento de contrato. En mi opinión, creo que realmente a Gustavo no le puede apetecer, por más que él diga que sí, que es como «el último regalo de Teresa», estar en un reality como GH, tan intrusivo… y aun menos si es que finalmente, hay algo para su persona en la lectura del testamento. ¿Cómo podría saber Gustavo si estaba o no añadido al testamento si firmó el contrato de forma previa al deceso? 

A ver, está claro que la mayoría de la gente no instiga a las personas para chismear si forman parte o no del testamento. Aparte de ser de mal gusto, a nivel ético es algo que da como un poquito de rechazo, ¿No creéis? De hecho, creo que no formar parte del testamento sería lo mejor que podría pasarle teniendo en cuenta lo que le esperaría fuera de la casa de Guadalix, que hay ocasiones en las que los lobos se visten de borregos, ya sabéis…

Ahora sí, ya tardaban, pero era necesario que Gustavo estuviera dentro: Aparece Alejandra Rubio, colaboradora, tertuliana, periodista y criminóloga sin títulos en su programa, reprochando que Gustavo, empleado y hombre de confianza de su abuela, no les haya comentado nada a ellas de su inminente entrada en Gran Hermano VIP. Sí, es q ella ha decidido que este hombre debe dar explicaciones a unas señoras que se mantuvieron calladas, que no silenciadas, mientras su programa se dedicaba a intentar humillarlo, hundirlo y dejarlo como un hombre interesado cuya fortuna se debiera a no muy buenas artes. Dejando aparte la confidencialidad del contrato. Pero bueno, no tienen reparos en venderse entre ellas mismas, como para contarles secretos… 

No entiendo del todo el tener que explicarle a las hijas o a la nieta de su jefa, relación a la que Alejandra describe como “cordial, sin más” -y, tras 34 años de servicio y convivencia, “cordial» dice mucho- lo que va a hacer con su vida laboral. O que Alejandra decida por sí misma que su abuela no tenía ni idea ¿le habrá preguntado a ella al haber presentado su empleado la renuncia?

El exchófer de María Teresa habla de que su jefa, al entender que el tiempo junto a ella se acababa, quiso que él tuviese oportunidades laborales: hizo exclusivas a su lado, lo presentó socialmente, etc. Se llama amor y protección, no me parece raro que sus hijas y nieta no lo entiendan, teniendo en cuenta que ellas no solo han vendido la debilidad de  su madre, si no la de otros familiares y anónimos sin reparos, incluso antes de nacer. 

En general, Gustavo es un hombre que me ha dado ternura, que no lo creo cuando asegura que está encantado de permanecer en la casa de Guadalix, lugar que me parece un cebo para pirañas y, que lo que no consiguieron previamente; ahora, al mostrar una intimidad en la que ninguno somos perfectos, dará pábulo a maledicentes y a quien necesitaba atacarlo y anteriormente no podía hacerlo al estar refugiado en un anonimato que él mismo ha vendido.

Tristemente, si no se hubiera producido el fallecimiento de la periodista, tampoco creo que tuviese la mínima oportunidad de salir airoso; porque, en realidad, no se han tenido respeto ni entre ellas mismas para acusarse de lo peor estando Teresa de cuerpo presente. Así que, teniendo también en cuenta la forma en la que públicamente han tenido a bien tratar al “servicio”, me da la sensación de que va a estar todo más reñido fuera que dentro de la casa de Guadalix y que, cuando el exchófer de María Teresa salga, va a necesitar toda la ayuda posible para enfrentarse a lo que se le vendrá encima, porque esto solo acaba de comenzar.

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