MC8: Los juegos del hambre

Si, desde el principio, se lanzaba alguna puya que otra; desde ayer, las pedradas vuelan. Estan los naifs que lloran desconsolados cuando se va su amigo o quienes se emocionan cuando su colega lo hace bien. Está el novato mediático, el influencer que no se atreve… y luego están Jesulín o Jorge Sanz que van a currar y a ganar. “Jesús, ¿por qué quieres que vaya a eliminación ‘X’? Respuesta: “Porque es fuerte y sería uno menos a batir”. ¡Con dos amígdalas!

A Tania no le gusta Jesús, un señor simpático delante de las cámaras y que detrás es un señor mayor que les da la chapa todo el rato con su mujer. A Jorge Sanz lo tienen calado, dicen… El actor es un estratega nato, creen que les hace perder la prueba por equipos porque sabe cocinar más de lo que asegura… y logra salir victorioso de los retos individuales.

Álvaro Muñoz Escassi también les genera desconfianza, tiene mano y sabe cocinar, aunque diga que no, según el grupo. Pero como el jinete no es borde como Jorge es alto y dicen que es guapo… no van tan a machete contra él, por eso no le hace falta flauta para encantar serpientes o, quizás… a veces. Y está el querubín con pluma, Eduardo, que no quiere que se vaya nadie. Claro, hijo… y aquí estamos comiéndonos las uvas y todo en fin de año. Total, los participantes hacen su entrada sonrientes y felices, como si en el programa anterior hubiesen logrado la estrella Michelín. Me da la impresión de que los han torturado durante una semana viendo vídeos de cocina y practicando durante 24/7, porque el progreso a velocidad de la luz que han experimentado; sobre todo, alguna… no es producto de la casualidad.

Comienza la primera prueba que está dividida en tres cribados. En cada uno de ellos se descartaban a los peores hasta quedarse dos para batirse en duelo culinario. El ingrediente principal: los mejillones. Algunos concursantes no los habían cocinado nunca: Toñi, por supuesto, Dani -el influencer- los conocía… de vista y de lejos, diría yo…

El primer reto: mejillones a la marinera. Aquí ya quedaron fuera Jesulín, Eduardo, Blanca y Daniel -el guapo influencer-. Lo destacable fueron los riquísimos mejillones de Toñi. Por primera vez, la periodista lloró de alegría. Yo todavía sigo sin creerme que esté escribiendo semejante hazaña. Del segundo reto: mejillones tigre fueron descartados los dos Jorges: Cadaval y Sanz. Sí, los de Toñi volvieron a estar de nuevo buenos… tan buenos, que se queda sola con Laura en el duelo a quien también invitaron a un exganador de MasterChef.

El veredicto sería una cata a ciegas; los jueces se retiran y, en su lugar, dejan a Juanma Castaño y Miki Nadal que se dedican a dar alegría y jolgorio. En juego había no solo los 4000 euros, también el pin de la inmunidad. ¡Por poco gana Toñi! Y ya me daría un pasmo de esos de gritar ¡TONGO, que me la han cambiado! Finalmente, lo gana Laura, la dulce colombiana, a la vez que generosa, pues cede toda esa donación a Toñi. Esta se va como un pavo hinchado a la prueba de exteriores y no se lo critico a la mujer de no saber freír un huevo en las anteriores semanas, el patito feo de las cocinas pasó a convertirse en el cisne blanco, cisne cuello negro.

El equipo de MasterChef se desplaza a Ávila. Para ser exactos, a la Escuela Nacional de la Policía en celebración del Bicentenario. Un expolicía ganador de MasterChef y medallista olímpico en piragüismo, alto, guapo, buen marido y mejor padre, con ojos azules, elaboró un menú tipo coctel. Su nombre es Saúl Cravioto. Laura y Toñi –el cisne- fueron las capitanas y eligieron a sus respectivos equipos. La andaluza no escogió a su amigo Jesulín y a Jorge Sanz lo dejaron el último. Los Juegos del Hambre ya no se esconden.

La prueba en sí no resulto desastrosa, salvo un postre y la matanza que perpetró Jorge Cadaval sobre un salmón ya muerto al que apaleó para sacarle unos lomos… que quedaron como recién rumiados por una vaca. En mitad del cocinado se estrechan lazos de amistad que se forjan en los pasillos o en la convivencia por detrás de las cámaras. Eduardo Casanova, un carrusel emocional, intenta dar visibilidad a esos toques psicológicos que da la vida; sus traumas e inseguridades que Tania recoge con ternura maternal. Realmente, no hay ningún problema en ir montado todo el día en una montaña rusa, salvo que te pille en el mismo vagón y sin sujeción. Aplicar la empatía s lo más sano para cosas que nos pueden suceder a todos. Lo cierto es que Eduardo es un torrente sin encauzar, una Dana en estado puro.

El equipo rojo sería el que saldría victorioso; como mejor del equipo, Jesulín. La verdad, el tío saldrá del programa cocinando lo justo, pero que se toma en serio su trabajo es algo que nadie puede negar. A la prueba de eliminación van Toñi, Daniel, Blanca, Escassi, Jorge Sanz y Tania, esta última siendo del equipo ganador por el cual vestiría el delantal negro con el que la habían “castigado” la semana anterior por chivar cosas desde el balcón a los de abajo.

Jesús, como mejor aspirante, goza de dos privilegios: el primero salvar a uno de los perdedores y el segundo meter a uno de los ganadores en la prueba de expulsión. El diestro salvó a Daniel, el chico, que estaba acongojado, se hubiese ido seguro. El niño es tan guapo como soso y mira que es guapo… una pena. Laura sería la que acudiría a la lista de eliminados y, a pesar de que podría haber entregado el pin de la inmunidad y salvarse, no lo hace. Este gesto acabó gustando al torero. Él la reta y ella responde: ese es el juego, mojarse y no solo participar. Los porqués del motivo de Jesús salvar al más débil sirvieron para condenar a una de las fuertes, de primero de cualquier concurso.

El cocinado fue de tema asiático. A cada uno le tocó un plato típico de un país de ese continente. Tania, La India; Toñi, Corea; Laura, China; Jorge Sanz, Filipinas; Escassi, Tailandia y Blanca, Japón, país en el cual había vivido varios meses en su época de modelo. Falló estrepitosamente Tania Llasera, última expulsada ante el llanto inconsolable de Eduardo Casanova, la ama. Llanto de los de verdad, con moquera visible que se desprendió en un fino hilito y que cayó encima del cámara que tenía abajo…

A la espera del próximo jueves, donde Jesulín perdió el reto personal contra Laura y que tendrá que aprenderse la canción famosa que ella canta en su obra. Casi que el diestro saldría ganando preparando un bacalao al pilpil y un suflé.

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