MC8: La suerte de cara, la cocina en el culo

Como gnomos felices y saltarines, a la búsqueda de frambuesas por el bosque, entran las celebrities al plató de MasterChef. Los jueces del programa dan paso rápidamente a la primera prueba; cuatro frigoríficos, cada uno con diferentes ingredientes, esa es la expectativa del primer reto. Con un tiempo de elaboración de 120 minutos, la prueba consistía en abrir cada frigorífico en tan solo 5 segundos y, a continuación, se iniciaría una subasta donde los concursantes pujarían, si les interesase, por lo que han visto en el interior del electrodoméstico. Cada nevera tiene un “precio” de salida, precio cuyo valor son minutos que se acabarían restando al tiempo total de cocinado, añadiendo 5 minutos más en cada puja.

Jesulin, Laura, Jorge, Blanca, Escassi y Dani, ese sería el orden en el que pujaron en reiteradas ocasiones. Toñi, sin puja alguna, se quedó esperando a ver la luz de la inspiración… y le tocó el último por pura lógica matemática. Todos debían preparar platos de alta cocina con los ingredientes del frigorífico electo. Algunos concursantes, en poco tiempo, cuentan además con la dotación de ingredientes básicos que el concurso pone a disposición de ellos. El ganador se llevaría los 4000 euros para donar, más el “delantal dorado” que otorga la inmunidad. Manu Vaqueiro, el actor de las telenovelas y subcampeón de otra edición, fue el primer invitado del programa. Además del jurado habitual, había comensales sorpresa; amigos de cada participante probarían los manjares y sin saber a quién pertenecía cada elaboración.

Entre los comensales sorpresa se encontraban; Finito de Córdoba, Lara Dibildos, David Meca, Miguel Zamorano, Miguel Abellán, María Zurita, una ex empleada de hogar de Laura y, cómo no, Terelu que no hay manera de perderla de vista… y algún que otro comensal menos conocido. Esos fueron los amiguetes osados y valientes que acudieron a la llamada del programa. Con respecto al cocinado, la cosa estuvo regular… salvo Laura. La alta cocina, a no ser que les hubiesen subido la altura de la encimera, no se vio, salvo en quien cito con anterioridad. El sabor que tanto reclama Samantha… justito, algún plato en el limite del mal… menos Laura.

Ya os podéis imaginar quién ganó. A ver, todos juntos: ¡Lauraaaa! Laura y su postre que tenía técnica, estética y estaba rico. Los demás estuvieron igualados en valoración… menos Toñi Moreno que obtuvo un cero como un ‘hula hoop” gigante. Y, con Laura, nuevamente inmune, algo que le empieza a convertir en un poquito “insoportable”, el equipo de MasterChef Celebrity 8 se va a la prueba de exteriores.

La ciudad elegida se encuentra en la Costa del Sol y es Málaga. Para ser exactos, el sitio elegido es el Real Club Mediterráneo y, como invitado de honor, un zorro llamado Antonio Bandera ¿Les suena? Antonio siempre “es bien” allá donde participe; siempre con tablas e irradiando simpatía y con una humildad envidiable. El actor se encuentra inmerso en un proyecto que comprende el Teatro Soho-Caixabank y, por ello, el restaurante La Pérgola del Mediterráneo, la ubicación elegida por el programa, se halla en ese mismo lugar para la prueba de exteriores.

Laura, como ganadora indiscutible, gozaría de la doble capitanía contando así con varios privilegios; entre ellos, formar los dos grupos y la elección de los platos de cada uno. Entre vichyssoise de anarcardos y puerro, corvina, tipinambo -tubérculo-, mollejas, chips de berenjena y un postre, todo con muchas “cosas”, se fue desarrollando un cocinado complicado. Dani, el influencer, es el guapo corta rollos del grupo. A él le dieron la tarea de pelar las gambas, eso es lo que hizo durante todo el tiempo y daba igual lo que le preguntaras o comentaras, la respuesta persistente era “¡JO!, ¿Has visto cuántas gambas?”,”¿Alguien puede ayudarme” Y, “aún tengo más en la nevera”. Tan solo estuvo happy cuando se acercó Banderas y le preguntó si quería que lo ayudase… ¡El guapo influencer casi llora de la emoción!

Laura iba de un equipo a otro mandando a grito pelado; quejas de azules, quejas de rojos y ella con ese tono que trepana los tímpanos y envuelto en insolencia. Fallaron varias elaboraciones, eso no es novedad, pero sí lo es que la capitana consiguiera cabrear a Jorge Cadaval, el humorista, con una educación exquisita, estaba harto de tanto grito y de que se culpase a todo el mundo menos a ella misma. La chica es cuqui y perfecta. El resultado de la prueba fue justo. No se salvó ningún equipo. Todos tuvieron que ir a la prueba de eliminación… menos Laura que tenía su inmunidad ganada, algo que, bajo mi punto de vista, también debiera de haber sido valorada negativamente; su capitanía no fue buena y sus maneras a la hora de ejercerla… dejaron mucho que desear.  Yo la hubiese puesto al baño María desde el minuto 1 y con la olla tapada.

Y con esos mismos rifirrafes, llegamos a la última prueba, otro clásico de Masterchef: los duelos. Laura todavía seguía disfrutando de privilegios como el de salvar a uno de los participantes; ella elige a Blanca. Ante cuatro campanas por destapar se quedan: Jesulín, Jorge, Toñi, Dani y Escassi. El primero en destapar la primera campana escogería a un compañero para batirse en duelo culinario. De esa manera, ambos prepararían el mismo plato. Invitan al chef Oriol Castro, un catalán, dueño del segundo mejor restaurante del mundo y el primero en Europa. Los galardones otorgados por esos grupos de expertos que desconocemos quien, a su vez, los hizo expertos. Como honor al chef catalán, debajo de cada campaña había especialidades catalanas. Todas resultaron ser postres. ¡Volvemos con Laura! Esta chica me está resultando un poquitín pesada, la verdad… Otro privilegio, elegir quién empezaría con el ”destape” y elección de duelista. Y, ¡Cómo no! Elige a Toñi… y Toñi al menos fuerte o al más malo, a Dani. Ambos preparan una crema catalana en 30 minutos.

La victoria fue para Toñi, pero no ganó por ¡Wow, la Toñi se ha salido!, sino que lo hizo tras Dani no entrar. ¡Qué desastre! No sólo volvía a cocinar, retando a un compañero, es que alguien con la incapacidad culinaria de este chico, no debería permanecer en ese concurso ni un segundo más. ¿Por qué lo digo? Leedme atentamente: Dani elige a Jesús, ambos elaboran lionesas rellenas de nata con vainilla. A pesar de que el duelo estuviera igualado, el diestro lo hizo mejor. Y después fue a por Álvaro. En esa ocasión, la preparación serían buñuelos de viento. El chaval venía ya de hacer dos elaboraciones; la primera nula y la segunda regular, pero parecía que esta segunda ya venía con el calentamiento hecho. Es entonces cuando falla Álvaro, porque un mal momento lo tiene cualquiera y, a su vez, el influencer se salva. Y en el capítulo de duelos cuando solo quedaban el jinete y Jorge Cadaval.

El 50 por ciento de Los Morancos se fue a su casa por una mousse de limón sacada en el último minuto por obra y gracia del Cristo del Gran Poder y Santa Lola Flores, un mérito, todo le fallaba, pero no dejó de intentarlo, como en todo el concurso. Jorge Cadaval trabajó durante todos los programas mostrándose concentrado y serio, lo que se dice profesional, sacando su lado humorístico en el momento preciso y nunca abusando del chascarrillo fácil. Una pena, ya que Jorge es de los que sí que sabe cocinar.

Estoy segura de que, si Jorge te invita a cenar a su casa, además de divertirte, cenas. Mientras que, con Dani, el salvado por suerte sería de los que te acabarían preparando una influ/fiesta con catering patrocinado, plato que lo más seguro subiera a sus stories de Instagram. Sin lugar a duda, por edad, convicción y filosofía de vida, prefiero cenar en casa de Jorge. ¡Hasta más ver, amigos!

¡Informado al minuto!

¡Síguenos en nuestro canal de Telegram para estar al tanto de todos nuestros contenidos!

https://t.me/MinutoCrucial

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*