MC8: El factor suerte

Comienza la gala 10 de MasterChef Celebrity con la alegría de siempre; los concursantes profesionales se encuentran dispuestos tanto a trabajar como a entretener. Huele a fiesta en el escenario y empieza el show con la salida estelar de la colaboradora de programas Lorena Castell al puro estilo Jennifer López. Además, Lorena es presentadora, bailarina, empresaria… y también ganadora de una de las ediciones de MasterChef Celebrity.

He de confesaros que no soporto a Lorena, opinión absolutamente personal. La mujer es densa e intensa, aunque tengo que decir que ayer estuvo light. No parecía ella. El show que realizó fue para dar paso a la parafernalia del primer reto: un bingo. La artista organiza cada mes un espectáculo denominado ‘Bingo para Señoras’, en donde dicha actividad es la protagonista y está rodeada de toda una fiesta de variedades cabareteras, cantos y bailes con mucho brilli-brilli.

El bingo adaptado al formato del programa consistía en sustituir los números por ingredientes, técnicas de cocinado y utensilios de cocina. A cada concursante se le daban dos cartones y quien cantase línea, ganaba tres ingredientes extra… aparte de los que hayan aparecido en su cartón. Los tres debían ser de los que se hayan “cantado” al finalizar el bingo… y el que cantase bingo lograba barra libre o, lo que es lo mismo, poder entrar en el “supermercado” para poder coger lo que quisiera.

Los agraciados fueron Jesulín de Ubrique cantando línea y Laura, la que lo gana todo, quien acabó cantando bingo. De los dos cartones que disponían, eligen uno y con el contenido de dicho cartón, les tocaba elaborar un plato libre. Además de ese reto, descubren bajo una caja un ingrediente estrella: aceite de oliva. El oro liquido lo debían incorporar al plato y que destaque en él.

La invitada Lorena Castell fue quien decidió la técnica que debía usar cada celebrity con ese mismo ingrediente; fritura, bizcocho de aceite, helado de aceite, esferas, falso caviar, emulsión y espaguetis de aceite. La valoración, junto a la de los jueces habituales, es realizada por cuatro exconcursantes de MasterChef de la edición de anónimos, los cuales no sabían a quien correspondería cada plato. Los mejor valorados fueron dos: el de Toñi Moreno y el de Jesús Janeiro.

Toñi y su dorada, elaborada con la técnica de fritura consiguió 3 de los 4 votos. Jesús y su espagueti de aceite con conejo, uno. La valoración del jurado fue más que minuciosa, un resultado desigual, alguno no estaba a la altura del avance del concurso. A Jesús le había faltado una ‘salsita’ para aderezar; a Blanca, por su parte, no saber construir… y mira que se lo advirtieron los profesionales cuando lo estaba preparando… “Blanca, auna los ingredientes en el plato”, decían. Si es que, Blanca es mucha Blanca y ella va a su bola, unos espárragos aquí, enfrente una crema de erizo, a la derecha otra cosa… ¡Vas a saltitos comiendo su plato!

Por su parte, Álvaro y Laura pincharon. Laura también. Esta última falló, mientras que Toñi y Dani, con su solomillo, fueron los mejores. Dos platos sencillos que destacaron por demérito de los restantes. ¿Quién fue la ganadora indiscutible? ¡Toñi Moreno, señores! Y con la ganancia colgada al cuello, bueno… mejor no, la mujer está más encorvada, no sé si por la postura de tanto cocinar o como forma inconsciente que algunas personas usan a modo de protección… se van todos a la prueba de exteriores.

El Bosque Mediterráneo será esta vez el escenario elegido. Enclave situado en la Sierra de Madrid, un guiño del programa con el Medio Ambiente y la lucha contra los incendios que devasta la flora y la fauna de nuestros montes. Los cocineros, en homenaje, tenían que cocinar sin fuego; ni parrillas ni vitrocerámica. Las técnicas empleadas, la maceración, el microondas y el uso de artilugios para cocinado a baja temperatura. Toñi y Dani, como ganadores del anterior reto, fueron los capitanes. Dani, el chico con suerte, eligió como compañeros a Álvaro Muñoz Escassi y a Laura. Ellos serían el equipo rojo, mientras que Toñi, como representante del azul, optó por Jesulín y Blanca, azules como el mar.

Los elegidos para para degustar los platos fueron 60 comensales, un grupo compuesto por bomberos y agentes forestales; aguerridos “cuerpos” que luchan contra los incendios. El menú se componía de crema fría de espárragos con huevo a baja temperatura y bizcocho de sifón -una masa que parece esponja- como entrante. De primer plato, salmón marinado acompañado de vinagreta de mango. El segundo sería un tartar de buey. El postre, por su parte, frutos rojos del bosque con crunchy de galleta; todo ello con múltiples aderezos y “cosas”.

Amigos, esta iba a ser la primera vez que el salmón no sería apaleado; un experto Escassi, le sacó los lomos con mimo y ternura. Todo iba bien. Toñi muy centrada y eficiente, Dani dando ánimos persistentes a su equipo; muchas veces, sin venir a cuento, pero le debe parecer que, al hablar, se nota más su capitanía. Todo dejó de ir bien cuando se anuncia un cambio de cocina. Este movimiento de concurso sólo lo entiendo como show maléfico de cara al espectador; porque, claramente, beneficia al equipo que va peor en ese momento del cocinado. Así fue, el equipo de Toñi lo tenía todo estupendamente encaminado, el de Dani no iba mal… pero tenían preparaciones sin comenzar. Es en ese instante, cuando Toñi se derrumba por un rato. Lo de Dani no fue un sofoco, sino que fue como meter a una vaca a pastar en mitad del Sáhara.

Por su parte, Blanca, del equipo de Toñi, protestó con razón, estaban en desventaja; las encimeras sucias, montones de jarras con cosas sin meter en el frigorífico y un postre sin empezar. El conjunto no salió mal, faltaron cosillas en algunas elaboraciones, pero estaba rico. Los jueces dieron buenas valoraciones en general. El equipo de azul, Toñi, Jesús y Blanca, expresaron de nuevo su opinión sobre el hándicap que supuso el cambio de cocina, algo que los perjudicó y que a su vez benefició, no por méritos, al equipo que resultó ganador, Dani, Álvaro y Laura, los cuales pasaban a ser los tres primeros semifinalistas del concurso. El ganador individual fue Álvaro, quien donó los 4000 euros correspondientes. Del equipo perdedor, Jesulín recibió el mismo galardón, premio moral únicamente, porque no le serviría para nada más. Jesús, Blanca y Toñi serían los que acudiesen a la prueba de eliminación.

En esta prueba, el primer invitado fue Boris Izaguirre, archiconocido por tantas cosas, además de por ser exconcursante de MasterChef. El humorista y colaborador habitual de programas se mostró participativo en la contextualización del reto donde los participantes se jugaban su expulsión. Las exclusivas de revista falsas fue el contexto ideado. En esta prueba, todos estuvieron comentando tres portadas de revista de cada uno de los participantes. Toñi tenía alguna, así como Blanca. De Jesús Janeiro lo debieron tener complicado a la hora de elegir una. Y, ¿en qué desembocó el reto? ¡Cocinar trampantojos! El encargado de presentar tres de las especialidades de los trampantojos fue el chef Óscar Calleja, que cuenta con un Sol Michelín en su restaurante. En esta ocasión estas elaboraciones parecieron postres. Luego hubo también una falsa tortilla de maíz con un montón de “cosas”; espaguetis falsos, gofres que no lo era, galletas Oreo y chupachups que eran foie. ¡Un trampantojo mojón todo!

La fiesta de todas esas preparaciones raras comenzó con ingredientes raros, mezclas extrañas y desconozco quiénes fueron los que eligieron ese tipo de cocina para degustar y el motivo de ello; porque, salvo el aburrimiento y tener pasta que no sabes dónde gastar, no se me ocurre otra cosa para hacer algo así. Entre sudores van saliendo los platos. Jesulín sufrió lo indecible. Como siempre, el diestro no desfalleció ni un segundo y emplató en el último minuto. A Toñi le salió bien, pero sin sustancia, Blanca llegó, cumplió con creces y todo resultaba estar bueno.

Sinceramente, a Jesús le falló la primera elaboración, que no le salió bien y esta provocó que perdiese tiempo en ello, algo que le restó para que le saliesen perfectas el resto de las elaboraciones, aún así, estéticamente cumplió el reto. No fue sorpresa que el diestro fuera el expulsado de la semana y, como él dice, así es el concurso y alguien se tiene que ir, pero… me repito como el ajo, que Dani, el guapo influencer, esté de semifinalista de MasterChef Celebrity 8 es como si Avilés fuese nominado a un Ondas, pero bueno, a otra le dieron una Menina, ¿No? ¡Pues como a Dani!

Jesulín se fue por la puerta grande del programa, con el cariño de todos y lo que es más importante, con el respeto que cada uno le han profesado. Se vio un tío currante, serio y firme en su trabajo, además de honesto, sincero y profesional. ¡Hasta más ver, amigos!

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