Por fin, los españoles han despertado. No son tiempos fáciles para nuestro país. Tras los diversos pactos y negociaciones con Junts y el prófugo de la justicia, Carles Puigdemont, y otros partidos que pretenden desquebrajar la unidad de España, los ciudadanos han decicido que ahora es el momento de levantar la voz, de manifestarse contra el autócrata Sánchez. Día tras día, vemos con más claridad que el destino al que nos aboca este Gobierno es a la destrucción del país.
Este mismo lunes, la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, convocaba el pleno para el debate de investidura de su ‘Sanchidad’, tras el Presidente en Funciones haber cerrado los acuerdos con Sumar, Junts, PNV, EH Bildu y el BNG, los cuales, a través de sus votos a favor, le permitirán al líder socialista ser investido en primera votación. Las declaraciones de Armengol no están libres de polémica, puesto que, ante varias preguntas de los periodistas convocados, declaró con palabras textuales: “Defiendo todas las manifestaciones. Creo en el diálogo para unir a los españoles, pero las declaraciones de otros dirigentes políticos más que unir… separan. ¿Cómo es posible que hable de separación, cuando este despropósito de gobierno ha pactado con los enemigos que están dispuestos a acabar con el Estado de Derecho y haciendo de la Constitución un papel mojado sin valor alguno?
Si la ley de amnistía sale adelante se condonarán los delitos tipificados como son los de conductas determinantes de responsabilidad penal, contable y administrativa desde el 1 de enero de 2012 hasta el 13 de noviembre de 2023. Una aberración en toda regla que no podemos ni debemos consentir. Debemos seguir secundando las protestas por toda España, sin miedo a nada ni a nadie. Las noches están siendo duras en Ferraz, las actuaciones policiales en muchos casos son desproporcionadas.
Nunca imaginamos ver a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado utilizando pelotas de goma, porras y gases lacrimógenos, que recordemos causan irritación en los ojos y lacrimación e incluso si la exposición es continuada puede desembocar en efectos más graves. Todo por orden del Ministerio del interior dirigido por Fernando Grande-Marlaska y más indignante aún, que se realice de manera indiscriminada a niños, ancianos, periodistas o cualquier viandante, aunque no se encuentre en la propia concentración. Me resisto por el respeto que les tengo que quieran realizar estas dinámicas porque toda la respetabilidad que siempre se ha demostrado con la población civil, la pierden por órdenes de un gobierno que quiere perpetrar un auténtico golpe de Estado. Muchas son ya las bajas médicas de agentes de la UIP para no acudir al Congreso para blindar la investidura de Sánchez, porque no quieren verse envueltos en esta espiral de impopularidad.
El líder socialista parará a la historia, está claro, pero lo hará convirtiéndose en el destructor de la democracia y todos los acólitos que lo apoyan serán igual de culpables por confabular con este felón. La idea fundamental de la defensa es la de parar un golpe. Todos los patriotas que amamos este gran país nunca aceptaremos que mercadeen con España y nos defenderemos ante aquellos que la quieran destruir, porque ESPAÑA NO SE VENDE.
Al menos no se dirá que no lo hemos intentado