Golpe de suerte, ¿destino o causalidad?

Esta semana voy a hablaros de la película dirigida por Woody Allen e interpretada por Lou de Laage en el papel de Fanny y que podéis encontrar en los cines de España desde hace ya unas semanas. La vida misma nos lleva a diferentes situaciones en las que servidora puede plantearse si una simple acción acaba siendo casualidad, causalidad o, simplemente, el destino. La pregunta que vengo a haceros con la excusa de este filme es, ¿realmente todo lo que nos sucede existe o, por el contrario, lo creamos nosotros mismos? 

Las escenas de la película de ‘Golpe de suerte’ parecen del teatro. Planteamientos que, aparentemente, son cuestiones de azar y que llevan a la protagonista a una serie de situaciones por las que ocurren unos sucesos u otros. La rapidez en los diálogos que se realiza en este largometraje es la principal seña de identidad que nos hace ver que esta lleva su nombre. Es la número 50, en la cual el género predominante es la comedia romántica con sus ápices de humor e ironía. 

La argumentación en esta historia viene con moraleja. Seguramente, más de uno de los que estéis leyendo estas líneas os sintáis identificados con algunos hechos que suceden en ‘Golpe de suerte’. Sobre todo, aquellos que pasen de los 40. La trama, a primera vista, es sencilla, pero consigue enganchar según van pasando el transcurso de los minutos. La música en esta película es muy adecuada y está plagada de escenas continuas, sin cortes y cuenta con una buena realización. Por su parte, la moraleja del director es la de que reflexionemos sobre las decisiones que tomamos en nuestra vida, ellas son una auténtica realidad que él mismo plasma en esta ficción. 

El filme trata de un encuentro casual que irá marcando el destino de todos sus protagonistas. Fanny, que vive en París, es una mujer supuestamente felizmente casada con su marido Melville Popupand. Sin embargo, ella se siente “sola” con la única compañía de su periódico. Con respecto a la economía que manejan, muy buena y esta provoca que puedan permitirse desde caprichos minoritarios hasta grandes como viajes.

Nuestra protagonista podría sentirse halagada de contar con un marido el cual la considera un tesoro; pero, en esta vida siempre existe un “pero”, hasta en las familias y parejas que se encuentran aparentemente más consolidadas. Este tiene que ver con la actitud del marido el cual no solo es un controlador de su vida en general, sino que también de su mujer. Un golpe de suerte, causado por un “encuentro casual”, con un excompañero del instituto, cambiará la situación emocional de Fanny, la cual volverá a sentirse nuevamente amada tras la irrupción de este chico cuyo nombre es Alain interpretado por Niels Schneider.

Otra de las preguntas que quiero haceros son las siguientes: ¿Quién no ha tenido un amor de juventud como el que acontece en este película? ¿A qué mujer no le gusta sentirse amada y colmada de detalles como que le regalen flores? ¿A quién no se le ha pasado alguna vez por la cabeza ser infiel a una pareja con una aventura sin ser descubiertos? Tanto Fanny como Alain estuvieron enamorados desde tiempos de la adolescencia… y el golpe de suerte traería consigo un cambio drástico en su vida.

Bajo mi punto de vista, creo que no llega a ser necesario contratar a un detective para poder confirmar las sospechas de infidelidad, por parte de quien es el traicionado o engañado. Hay momentos en los que los hábitos o rutinas de uno varían y ahí podemos encontrar el primer indicio de infidelidad. De todas formas, también pienso que, antes de jugar a ese juego sentimental de los protagonistas, sería mucho más sencillo sentarse a dialogar con firmeza y respeto en una mesa o sillón y hablar (el típico y temido dicho: tenemos que hablar…) todo lo que falla en esa relación, incluso en los casos más extremos acabar divorciándose. 

Volviendo a Fanny, ella tenía todo lo que cualquier mujer querría tener, pero le fallaba la situación emocional y gracias a ese golpe de suerte o azar, casualidad o causalidad, su vida pasará a ser diferente. La causalidad es, según sendas disciplinas, una causa que origina en el tiempo un efecto mientras dura esa misma causa. Encontrar un nuevo amor siempre es tener una ilusión, pero ¿ese bienestar perdura por siempre? Creo que el capricho del destino une y separa a las personas a su antojo. Y como ‘Golpe de suerte’, el destino hace y deshace amores y desamores. 

Por ese motivo, tan solo me queda deciros que, ¡Cuidado, amigos, cada vez que se os cruce una nueva persona o sentimiento en vuestras vidas. Porque al igual que sucede en esta película, la realidad puede superar a la ficción, al mismo tiempo que logra cambiar todas las rutinas y situaciones emocionales que tengamos en el presente. Es por ello que os insisto lo siguiente: ¡Seamos cautelosos!

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